miércoles, 26 de noviembre de 2008

Peligro ruso

La privatización es un tejemaneje de altos vuelos en España: no hay más que recordar la venta a corporaciones privadas de empresas en su día estatales Telefónica, Iberia, Tabacalera, Endesa o Argentaria. Por eso no dejan de resultar curiosos los aspavientos políticos que ha originado el interés de la rusa Lukoil por la repentina bien amada Repsol que en su día también pertenecía al Estado. La inquietud parece provenir por el hecho de que Lukoil sea una multinacional con sede en Rusia (ni siquiera puede decirse que sea rusa como sinónimo de estatal). El revuelo mediático hace presuponer además que Repsol YPF es una empresa española a la cual defender de ciertos compradores extranjeros. Por eso ha intervenido Zapatero, que al principio no mostró excesivo entusiasmo en que Lukoil pudiera comprar el 30% del accionariado de Repsol.

Quizá se explica entonces la entrada en escena del rey, que de acuerdo con el diario Público, llegó a llamar hasta seis veces al presidente del Gobierno para que considerara su postura con respecto a la intervención de la multinacional rusa.
La Casa Real, incluso, reconoció la participación del rey como intermediador en la posible compra de Lukoil, según publica el portal Cotizalia. El Palacio de la Zarzuela no tardó mucho en ponerse en contacto de nuevo con la prensa para decir que no, que en realidad el rey no había tenido nada que ver porque ese no era su papel.

Mientras tanto, Zapatero habla de una defensa a Repsol –como si fuera una empresa estatal, primero, y como si alguien la estuviera atacando, en segundo lugar– aunque reconoce que no habrá ninguna intervención del Gobierno para evitar que Lukoil se haga con las acciones que sobre Repsol mantiene la constructora Sacyr Vallerhermoso. Es más: trata de calmar los ánimos diciendo que el 20% de las acciones de Lukoil pertenecen a una compañía asentada en Estados Unidos, para que se tenga en cuenta que la empresa rusa no es tan rusa y que la presencia de capital estadounidense es una tranquilidad para todos.

El miedo surge porque si se llega a concretar la operación, Lukoil pasaría a ser el primer accionista de Repsol. En ese caso, La Caixa rompería con la petrolera el control compartido que mantienen sobre Gas Natural, para evitar que el pulpo ruso se extienda hacia otro recurso estratégico.

A todo esto, surge la pregunta de por qué tanta alharaca en España por el destino de una multinacional –Repsol– que es considerada una de las principales compañías españolas, aunque los negocios se muevan en esferas privadas, y aunque todo ello se produzca en un país, que, paradójicamente, no tiene petróleo.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Los pedazos de Afganistán

Primero en el sur, luego en el noroeste de Afganistán. Las noticias en las agencias se superponían: apenas era publicada la noticia de que un bombardeo de las fuerzas armadas de Estados Unidos había acabado con la vida de 40 civiles que asistían a una boda –y siempre con la coletilla 'la mayoría mujeres y niños' cuando llegaba otra: al menos siete personas han muerto en la provincia de Bhadgis, aunque el responsable del consejo provincial del distrito Ghormach, en donde se produjo el ataque, eleva la cifra a 30.

¿Qué excusa esgrime la coalición liderada por Estados Unidos? Primero, que no tienen conocimiento de ninguna muerte, y segundo, 'que los errores ocurren'. Es entonces cuando el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha elevado su tono de protesta un poquito más que en ocasiones anteriores. En su primera alocución dirigida al ya presidente electo de Estados Unidos, Karzai reclamó: “Espero que su elección traiga paz y vida a nuestro pueblo y que aporte cambios en su estrategia de guerra contra el terror ”.

Karzai no parece preocupado de que Barack Obama haya anunciado su intención de aumentar el número de tropas en el país.

Mientras tanto, los medios de comunicación evitan incluir en el contenido de sus noticias información de contexto que alumbren algo sobre la situación en Afganistán, más allá de comentar un número determinado de muertos por una ofensiva militar que no despierta el más mínimo interés. Desde octubre de 2001, año en que Bush decidió poner en práctica la ocupación que llevaba tiempo deseando, las noticias de muertos en Afganistán son comunes. Tanto, que ya no llaman la atención, como ahora tampoco las de Iraq.


Sin embargo, la ACNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados) recuerda que en esta misión que encabeza Estados Unidos con el nombre de 'Libertad Duradera', 1.500 civiles han muerto en los ocho primeros meses de 2008, un 35% más que el año anterior. Desde que se derrocara el régimen de los talibanes a finales de 2001 no se había llegado a tantas muertes civiles como en agosto: 330 personas.


La OTAN también está presente en el país, con la International Security
Assistance Force (ISAF), que fue constituida a sugerencia del Consejo de Seguridad de la ONU. Más de 53.000 soldados componen esta fuerza internacional en la que participan 40 naciones. La ISAF pretende marcar una diferencia con la operación militar 'Libertad Duradera', integrada a su vez por una mayoría de militares estadounidenses (unos 15.000). Pero la realidad es que todos ellos, en total unos 70.000, están bajo el mando de Estados Unidos.


La suma de las muertes de noticias aisladas no cubren la cifra final: más de 4.000 muertos desde que Estados Unidos invadió en el país. Por eso, más que el recuento diario de los bombardeos o ataques que se perpetran contra la población, sería conveniente una mayor cobertura y más análisis de fondo sobre las consecuencias de una ocupación extranjera que ni siquiera con el nuevo presidente de la potencia ocupante tiene visos de terminar.

Despidos indiscriminados y a voleo: la nueva política que impulsa el Gobierno de Argentina*

 No hubo una evaluación de su desempeño, ni un aviso de advertencia. Carolina Salvatore, una empleada de la Secretaría de Educación de Arge...