lunes, 27 de agosto de 2012

"Es ridículo enamorarse a los 58 años"

Es uno de los periodistas consagrados de Il Corriere della Sera. Discreto a lo largo de su carrera, ha escrito sin mayores sobresaltos en uno de los diarios más importantes de Italia durante más de 30 años. Por eso algunos se preguntan qué le ha sucedido a Paolo Conti para que esta semana publicara un artículo en primera página del periódico en el que anunciaba, a bombo y platillo, que no se quiere enamorar. “Cincuenta y ocho años son muchos”, sentenció.




El escrito, que ha sido uno de los más leídos y difundidos en estos días, ha generado una gran controversia y una infinitud de réplicas de las que se ha hecho eco el mismo Corriere. Conti, cierto es, aborda uno de los asuntos más manidos pero que al mismo tiempo más fascinación provoca en el ser humano. Una cuestión sobre la que casi todos se sienten interpelados.

"Tengo 58 años, desde hace más de cuatro estoy soltero y separado (con hijas amadísimas) y encuentro digna de lástima, es más, ridícula, la sola hipótesis de enamorarme", sostiene.

"Las historias terminan", continúa. "Todas, admitámoslo, en un modo o en el otro. Y dolorosamente. A veces se desempeña un papel, a veces otro. El amor es una trampa cruel y despiadada en la que uno cae de buena gana cuando se es joven (…) pero a los 50, 60 años, no está bien para nada".

El escritor recuerda haberse enamorado varias veces, “descubriendo después que se trata siempre de un confrontación entre un futuro verdugo y una futura víctima”.

Paolo Conti desprecia a "los seres humanos que se transforman en ridículas parodias de sí mismos de hace 30 años" y aduce que el llegar a una edad madura no significa que "entonces puedan o deban realizarse las mismas actividades de cuando uno tenía toda la vida por delante".

En su defensa salió el crítico literario Giorgio Montefoschi. "En la vida hay espacio sólo para un amor. El amor verdadero es una cosa completamente profunda, inefable e irrepetible. Entiendo lo que dice: yo el amor lo he conocido y para mí es imposible sentirlo de nuevo. La suya me parece una declaración de honestidad", afirmó.

El director de cine Michele Placido, reconocido internacionalmente por películas como Romanzo Criminale, se ha casado con una joven que tiene 37 años menos que él. "Cuando he conocido a Federica", dijo el famoso italiano, "tenía 55 años y dos matrimonios fracasados a la espalda. Con cierto cinismo pensaba que mi destino era una existencia libre y beata. Pero después ha llegado esta muchacha a convulsionar mi vida".

Placido, de 66 años, reconoce que al principio tampoco apostaba por su relación con Federica. Pero once años de noviazgo han dulcificado su idea de lo que significa ser y sentirse amado. "¿Demasiado tarde para enamorarse, como dice Paolo Conti? No. Sin Federica, seguro que mi vida habría sido más árida", argumenta el célebre director. "Me doy cuenta de que tengo cerca una figura especial que me enriquece. Vivo el presente y soy feliz".

A partir de aquí el debate ha sumado nuevas voces y perspectivas. Desde otro periódico, Blitz Quotidiano, el periodista Lucio Fero asume que el amor o el sexo “30 años después implica un riesgo de 7 a 1, pero es como jugar en la Champions League”.

Sin recurrir a juegos metafóricos, el presidente de la Società Italiana di Psicologia, Antonio Lo Iacono, ha explicado para este artículo qué se puede esconder detrás de las palabras del periodista italiano. “Creo que quien dice “no me quiero enamorar más” expresa un deseo intentando negarlo”, expone este psicólogo y psicoterapeuta. “Es también posible que  el sujeto no se haya nunca enamorado o que todavía esté lamiéndose antiguas heridas de amor”.

Lo Iacono considera un error abordar el enamoramiento como si se tratase de un plan a programar, a semejanza de lo que podría ocurrir con una invitación a cena o unas vacaciones. "Decir ‘no me quiero enamorar’ es como decir ‘no me quiero morir’… ninguna de las dos depende de la voluntad", alega el titular de una de las más importantes asociaciones de psicología en Italia.

El italiano abre el abanico de lo que significa amar. "Puede ser un momento pasajero ligado a una idealización y a las necesidades del momento del individuo, o bien puede ser un proceso dinámico en continua evolución que se confirma, aun transformándose, hasta el fin del amor o de la vida de los protagonistas", expone Lo Iacono.

Por eso no tiene sentido rechazar el enamoramiento, como tampoco es coherente rechazar la muerte. Ambas son dos cuestiones que no dependen de la voluntad.

¿Qué ha desencadenado, entonces, el artículo de Paolo Conti que Il Corriere ha puesto en portada? “El amor puede dar miedo a ciertas personas porque puede desbaratar un proyecto, una costumbre, un ambiente, e incluso un grupo de trabajo o una comunidad”, apunta el psicólogo. "El enamoramiento suele estar asociado a la locura, a algo de incontrolable que tiende a demoler costumbres, a cambiar comportamientos, a meter en crisis un sistema de referencia social, cultural, familiar o individual".

Algo a lo que no todos están dispuestos. "Muchos se han enamorado tarde porque antes no había llegado el momento", concluye Iacono. Es lo mismo que opinará el director Michele Placido, quien además se ha permitido lanzarle al periodista una propuesta: "Mi sugerencia el que se deje sorprender, siempre. Porque las cosas pueden realmente suceder cuando uno menos se lo espera".


* Artículo publicado el 23 de agosto de 2012 en Infobae América.



viernes, 24 de agosto de 2012

¿Cuántas personas han vivido a lo largo de la histoiria?

En la década del 70, un escritor señaló que el 75% de todas las personas que habían vivido en la Tierra a lo largo de la historia estaban vivas en ese preciso instante.

Su apreciación era difícil de comprobar. Esa estimación habría sido verdadera si el número de personas nacidas en el siglo XX hubiese superado con creces el de cualquier época precedente o si gran parte de la población viva en 1970 hubiera sido extraordinariamente vieja.

La Oficina de Referencias sobre Población (Population Reference Bureau), una organización no gubernamental con sede en Estados Unidos, ha puesto en cuestión la validez de estas premisas. Según han explicado, de ser cierta esa teoría, el siglo XX se habría caracterizado por el extraordinario ritmo de crecimiento de la población. Pero si es falsa la idea de que ahora están vivas las tres cuartas partes de la población que alguna vez existió, ¿cuál es la estimación verdadera?

Pues que a lo largo de toda la historia han nacido 108.000 millones de seres humanos.

Foto: Infobae

Este resultado no deja de ser una estimación. Pero tampoco debe ser desechado como si fuera una quimera. De entrada, es algo interesante conocer esta conclusión que tiene al menos una base semicientífica, como indica el PBR. Ellos mismos reconocen que no hay documentación demográfica disponible para el 99% del tiempo que abarca este estudio.

Para suplir esta deficiencia, la Oficina parte del año 50.000 a. C. Aunque los homínidos caminaron sobre la Tierra hace millones de años y el Homo sapiens ancestral ya existía en el año 700.000 a. C., la ONU considera que el Homo sapiens moderno apareció en aquella época.

El punto de partida

Los cálculos comienzan en el 50.000 antes de Cristo, que es cuando se considera que el Homo sapiens habitaba la Tierra, según el informe Determinantes y Consecuencias en las Tendencias Poblacionales de Naciones Unidas.

Era el comienzo de la agricultura. Por entonces caminaban sobre la Tierra cinco millones de almas, según el cálculo de Naciones Unidas. La población comenzó a crecer muy lentamente, unas 8.000 personas cada año. Así pasaron a ser 300 millones los habitantes de la Tierra en el 1 d. C.
Para hacerse una idea, 45 millones vivían en el año 14 bajo el dominio del Imperio romano, que abarcaba el territorio comprendido entre lo que hoy es España y Asia menor.

Hay que dar un salto hasta 1650 para que la población mundial alcanzara los 400 millones. Especial daño hacían por aquella época las sucesivas epidemias que se difundieron con el auge de las caravanas asiáticas, las rutas comerciales y el surgimiento del Imperio de Mongolia.

Una de las epidemias más devastadoras que haya conocido el hombre fue la de la peste negra, en el siglo XIV. Tuvo su origen en la región de Crimea entre 1346 y 1347, y de ahí se expandió por Medio Oriente y Europa. En apenas medio siglo, la plaga terminó con la vida de entre un tercio y dos tercios de la población europea, que no superaba los 100 millones de personas.

Aplacada por la fama de esta peste, no hay que olvidar otras epidemias que han dificultado el conteo de la población de todo el mundo a lo largo de su historia. Quede al menos mencionada la primera plaga de la que se tiene registro: denominada con el nombre del emperador de aquella época, la epidemia de Justiniano mató a unas 10.000 personas por día en Constantinopla, capital del Imperio bizantino, y redujo su población en un 40 pòr ciento.

Hasta que las epidemias fueron remitiendo, la población mundial no pudo aumentar a grandes pasos. Pero en 1800, la población era ya de 1.000 millones. Y desde entonces, el crecimiento se desbocó hasta alcanzar los 7.000 millones que en la actualidad calcula la ONU.

Volviendo entonces a la reflexión que realizaba el escritor de 1970, puede decirse que de acuerdo con los datos explicados arriba, el porcentaje de población viva en la actualidad con respecto a todos los que alguna vez habitaron este planeta es del 6,5 por ciento. Un porcentaje que no se acerca al 75% que estimó aquella persona, pero que no por ello deja de ser una cifra sorprendente.


* Artículo publicado el 24 de agosto de 2012 en Infobae América.

martes, 14 de agosto de 2012

"Vendo riñón en buen estado, no tengo dinero"


El drama social de la crisis que afecta a España puede encontrarse en una página de anuncios de compraventa. Algunos acuden a estas web para ofrecer sus órganos

“Se vende riñón en perfecto estado tengo 41 años necesito dinero ni cobro paro ni ayuda ni nada y si no lo vendo me muero de hambre asi que me da igual venderlo mejor sin un riñón que vivir tirado en la calle que es como acabare pronto si no lo vendo este puto sistema es lo que nos está obligando hacer toda la vida trabajando y no tengo nada por no tener no tengo ni ganas de vivir” [sic].

Es un mensaje precipitado, con errores ortográficos y sin signos de puntuación, pero de una contundencia brutal. El anuncio, encontrado en una web española de anuncios clasificados, es del 11 de junio.

No es éste el único caso de gente que recurre a la venta de sus órganos para conseguir dinero de alguna manera. En otras páginas web se pueden ver varios anuncios que ofrecen tanto el riñón como el hígado.

“Vendo riñón por 30.000 euros, grupo sanguíneo a positivo”, aclara un tal Alberto de la isla de Gran Canaria. “Hola, busco persona seria que necesite un trasplante de riñón. Soy una persona seria, no quiero bromas”, advierte otra anunciante de Alicante (este de España).

Hay quienes explican la situación que les lleva a tomar una decisión tan extrema. “Vendo mi riñón para no perder a mis animales”, cuenta un hombre desde Valencia (este). “Estoy en la ruina y tengo que dar en adopción a mis animales y aseguro que eso es peor”.

El anunciante explica que tiene 40 años, que no toma alcohol ni drogas, y que está “súper sano y en forma sin cargas familiares”. Se ofrece a cualquier tipo de pruebas, y aclara que está muy informado “de los riesgos tanto físico como legales y el proceso entero”.

Un tal Orlan, de las islas Canarias, reconoce que es uno de los “5 millones de parados" que hay en ese país, que tiene carnet de donante, y que pone en venta su riñón, su hígado e, incluso, su médula ósea por “hipoteca, enfermedad familiar, etc”.

Los anunciantes acuden a varias páginas: anuncioses.com, anunico.es,blidoo.es, campusanuncios.com, china.anunciosdiarios.com, foros.hispavista.com,es.answers.yahoo.com y nosolosalud.com.

La organización de consumidores FACUA ha denunciado que el tráfico de órganos está prohibida para la legislación española. “La publicidad ha aumentado desde la crisis económica. Hemos visto decenas de anuncios con una facilidad bastante grande, con productos de servicios entre particulares”, explicó a Infobae América su vocero, Rubén Sánchez. “Los protocolos de publicidad entre empresas muy grandes o de otros portales publicitarios no funcionan. Las páginas web deberían presentar protocolos de control para evitar eso".

La organización de consumidores ha denunciado ante la Fiscalía General del Estado y otros organismos públicos los 35 casos de ofertas de venta de órganos que ha detectado sólo en junio.

En cambio, el director de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz, asegura que es "simplemente imposible" vender un órgano en España y que es"rotundamente falso" que la gente pueda vender riñones en España a causa de la crisis.

Pero lo cierto es que al ser clandestinas, se desconoce si operan en España redes organizadas que vendan órganos o que coordinen transplantes al margen de sistema nacional que existe en España.

No es un delito

La Organización Mundial de la Salud declaró en 1994 que la venta de órganos era contraria a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero el Código Penal español no tipifica la venta de órganos propios como un  delito –a no ser que se comercialice con los de otras personas–, aunque  el anunciante se arriesga, en cualquier caso, a 12 años de prisión.

La Iniciativa global para luchar contra el tráfico de órganos de la ONU explica por qué laventa de órganos es un delito en triple sentido: “primero, porque algunos traficantes fuerzan o engañan a sus víctimas a entregar el órgano”. Añaden que “hay casos en los que las víctimas no son pagadas o reciben menos dinero del prometido”. Tercero, “hay personas vulnerables que son tratadas por una enfermedad, real o inventada, y bajo esa excusa les extirpan órganos sin el consentimiento de la víctima”.

En 2008 saltó en los medios de comunicación el caso de William Carrillo Calderón, un boliviano residente en España que estaba intentando vender uno de sus riñones, médula ósea y parte de su hígado y de su pulmón.

Por presión de su familia, terminó por abandonar esa idea. Era periodista de profesión, pero desde que había llegado a España, hace cinco años, Carrillo sólo había conseguido trabajos temporales como peón, camarero, reponedor de productos, actor de doblaje y trabajador en unos almacenes.

Esto sucede en un país que es líder mundial de donación de órganos. En 2011, había35 donantes por cada millón de habitantes, pero las listas de espera superan, por mucho, la oferta que se administra a través del sistema nacional de órganos.

Según la página Havocscope, que analiza los mercados negros a nivel mundial, un pulmón puede venderse en Europa a más de 300.000 dólares. El tráfico de órganos mueve al año, en todo el planeta, más de 75.000 millones de dólares.

* Artículo publicado el 1 de agosto en Infobae América

Despidos indiscriminados y a voleo: la nueva política que impulsa el Gobierno de Argentina*

 No hubo una evaluación de su desempeño, ni un aviso de advertencia. Carolina Salvatore, una empleada de la Secretaría de Educación de Arge...