viernes, 21 de agosto de 2015

Garzón defiende incluir la fuga de capitales y los fondos buitre en la justicia universal

BUENOS AIRES- El genocidio es un crimen de lesa humanidad, pero la fuga de capitales que puede ocasionar la quiebra de un país no lo es. La tortura es un delito imprescriptible, pero no así la extracción indiscriminada de minerales en países de África. Ésta es la contradicción que el juez Baltasar Garzón quiere resaltar para ampliar los horizontes del principio de jurisdicción universal.


"Hay crímenes económico-financieros que responden a políticas agresivas y que afectan a países completos, a millones de personas", planteó en Buenos Aires el exmagistrado de la Audiencia Nacional. "También hay crímenes contra el medioambiente que afectan a productos básicos para la subsistencia humana".
Acompañado de su par argentino Raúl Zaffaroni, integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Garzón propuso "abrir un debate que ya existe en muchos ámbitos" sobre la justicia universal –la aptitud de un juez para investigar delitos de lesa humanidad perpetrados en otro territorio–y que "en unos años va a ser una realidad".

El juez español reconoce que la justicia universal ha sufrido un retroceso en varios países. Fue inevitable mencionar a España. En marzo de 2014, el Gobierno de Mariano Rajoy limitó la jurisdicción extraterritorial de los magistrados españoles en una reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial que fulminó prácticamente este principio.

Garzón aseguró que de seguir el PP en el Gobierno, será imposible juzgar los crímenes de la dictadura franquista, y que por tanto, se modifique el régimen de impunidad. Reclamó, por ello, que cada partido detalle en los programas electorales las políticas que llevarían a cabo sobre Memoria, Verdad, Justicia y Reparación.

"Estamos viendo cómo actividades que afectan a millones de personas se vienen produciendo de forma sistemática, políticas constantes que agreden a la comunidad nacional y que van más allá de lo que tradicionalmente venimos conociendo como crímenes de genocidio, de lesa humanidad o de guerra", alegó el juez español.

Algunos de los delitos con efectos atroces que quedan impunes fueron mencionados: "La responsabilidad penal internacional de las corporaciones en sus acciones en distintos países, la diferencia de trato que hay respecto de las corporaciones en las legislaciones de los países donde tienen sus casas matrices y de los países donde desarrollan sus inversiones y se producen violaciones sistemáticas a los derechos humanos, las actividades de extracciones masivas de recursos naturales que ponen en riesgo no sólo las comunidades sino la naturaleza misma, las responsabilidades de los bancos cuando reciben fondos de países que están al borde del default y la de los organismos reguladores", detalló Garzón.

"Desarmar un país produce muertos"

"El concepto de delito de lesa humanidad va variando", señaló junto a él Zaffaroni, ex miembro de la Corte Suprema de Argentina. "Lesa humanidad son conductas macro-estafatorias que pueden desarmar países. Por otro lado, lesa humanidad es aumentar el contenido de carbono en la atmósfera. Es también muertes masivas, o genocidios por goteo".

"Desarmar económicamente un país produce muertos y el recalentamiento global está produciendo muertos. La frecuencia con la que estamos teniendo catástrofes en el mundo en estos quince años es mucho más alta que antes. Si legamos a pasar los dos grados centígrados de calentamiento global, eso no tiene retorno, y no podemos calcular las consecuencias, son imprevisibles", alertó el magistrado.

Garzón encabezará en Buenos Aires el Congreso de Jurisdicción Universal en el Siglo XXI, al que asistirán en septiembre juristas y referentes de derechos humanos como la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y la premio Nobel de la Paz, la guatemalteca Rigoberta Menchú.

La Fundación Internacional Baltasar Garzón comenzó a trabajar hace dos años en torno a los nuevos principios que debían guiar la jurisdicción universal. En 2014, Madrid acogió el I Congreso Internacional, y ahora han decidido cerrar este ciclo en Argentina "porque, como ningún otro país, se ha caracterizado por su lucha contra la impunidad", en palabras del juez.

Luego comenzará otra fase, en la que participarán otras organizaciones, para que el principio de jurisdicción universal no se desentienda de tantos delitos sociales, económicos, financieros y medioambientales que en la actualidad prevalecen sin ser juzgados.


* Artículo aparecido el 20 de agosto de 2015 en el diario español Público.

lunes, 10 de agosto de 2015

Argentina se decanta por el legado del kirchnerismo

BUENOS AIRES- El kirchnerismo que lidera la presidenta Cristina Fernández celebra por partida doble el resultado que obtuvo este domingo en las elecciones primarias. Su fuerza fue la más votada en todo el país y también en el principal distrito de la nación. Su único candidato para suceder a la mandataria, Daniel Scioli, ha ganado estos comicios. El oficialismo sale refrendado con cierta holgura, aun cuando su máxima líder optó por no presentarse en ninguna lista.
Daniel Scioli, festejando el triunfo en el estadio de Luna Park

Con el respaldo unánime del Frente para la Victoria (FpV), Scioli ha obtenido el 38 % de los votos, y sobresale sobre su rival más próximo por trece puntos de diferencia. El gobernador de la provincia de Buenos Aires es el postulante a la presidencia más apoyado en todo el país, aunque las dos fuerzas opositoras que le hacen frente están a ocho y dieciocho puntos de diferencia de la coalición oficialista.

Si este resultado se trasladara a las elecciones presidenciales del 25 de octubre, a Scioli no le bastarían esos números para evitar la segunda vuelta. Ése es un privilegio que sólo ostenta la presidenta Cristina Fernández, elegida en primera ronda las dos veces que se postuló al cargo que ocupa.


Pero lo cierto es que éstas son las elecciones más importantes en lo que va de año, y las llamadas PASO (elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) suelen establecer un apoyo que resiste fiel para las elecciones presidenciales. Por eso esta votación constituye también la más clara fotografía que hasta ahora puede obtenerse para constatar el apoyo popular de cada uno de los postulantes, al margen de encuestas y opiniones.

Además se despeja el camino para los seis precandidatos que podrán continuar con sus aspiraciones al Gobierno, y elimina a los otros nueve que no consiguieron superar el umbral mínimo (1,5 %) para permanecer en la carrera electoral.

Datos duros



A dos meses y medio de las elecciones generales, Scioli se posiciona entonces por delante de los frentes opositores de Cambiemos y Unidos por una Nueva Alternativa (UNA), que aunque enfrentaban en internas a rivales, suman en total el 30 % y el 20 % de los votos respectivamente.



En segundo lugar a nivel nacional se confirma el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri, que disputaba el liderazgo de Cambiemos con el líder de la Unión Cívica Radical (UCR), Ernesto Sanz, y la dirigente de Coalición Cívica Elisa Carrió.


Al haber ganado Macri a estos dos últimos por amplio margen, su frente volcará todo su apoyo al único candidato que ahora los representa para alcanzar la Casa Rosada (el palacio de Gobierno). No es menor este respaldo, porque los radicales solían ser la segunda fuerza política de Argentina por detrás del peronismo

El precandidato Sergio Massa, exfuncionario kirchnerista, confirma su lugar en el tercer puesto con el 13 % de los votos. Él también ganó en una interna, en su caso con el gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota, bajo el paraguas de UNA.

De los cuatro frentes de izquierda que se presentaban, el único que continúa en la contienda es el Frente de los Trabajadores de Izquierda (FIT), una coalición trotskista que enfrentaba en una interna a sus dos precandidatos, Jorge Altamira y Nicolás del Caño. Ganó este último, y en total el FIT consiguió el 3,3 % de adhesión. Es la quinta alianza más votada del país, pero con un magro resultado.

No puede soslayarse que hubo una merma en la participación en estas PASO presidenciales, aun siendo obligatorias. El 73 % de los argentinos fue a votar, mientras que en 2011 votó el 81,41 % del padrón, año en el que estas primarias se instauraron por primera vez para elegir a los candidatos a presidente y vicepresidente. La lluvia persistente de estas últimas jornadas fue un motivo de desaliento, con varias zonas afectadas por inundaciones.

 

Provincia de Buenos Aires


El kirchnerismo también reivindica los resultados en la provincia de Buenos Aires, que alberga el 37 % del padrón electoral. Aunque la única candidata de Cambiemos, María Eugenia Vidal, fue la más votada del distrito con el 31 % de los votos, el FpV sacó más sufragios en total porque enfrentaba a dos candidatos rivales pero compañeros dentro de la alianza oficialista: el jefe del gabinete de ministros Aníbal Fernández y el presidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez. Con el 20 % de los votos, Fernández le sacó a su adversario dos puntos de diferencia.


Muy leve impacto tuvieron las acusaciones desde un famoso programa de televisión del grupo Clarín, conducido por el periodista Jorge Lanata, que vinculaba al jefe de ministros con el tráfico de efedrina y lo señalaba como el autor intelectual de tres homicidios. Ajeno a estas denuncias de última hora, el apoyo popular a Fernández se impuso dentro de la contienda oficialista en la provincia más importante de Argentina.

Los guarismos en este distrito también le sonrieron a Macri, porque la relativa victoria de Vidal le beneficia. Es la candidata que él colocó dentro de Cambiemos para luchar por la gobernación de Buenos Aires, e individualmente, ha sido la más apoyada. La apuesta de la fuerza de Massa, el exgobernador Felipe Solá, ha quedado más atrás con el 21% de los votos.

Los 32 millones de argentinos habilitados para votar debían elegir un mínimo de cuatro cargos, según el distrito. Además de designar candidatos a presidente y vicepresidente, optaban también por los postulantes a la Cámara de Diputados y por los parlamentarios del Mercosur, elegidos tanto en representación de todo el país como de cada distrito. Ocho provincias elegían también senadores.

De los once alianzas y partidos que iban a las urnas, quedan seis en disputa para las elecciones presidenciales. Ningún candidato ha sido en realidad consagrado, así que otra campaña política comienza hoy mismo: la que mantendrán los aspirantes a la presidencia en la carrera final por la jefatura de Estado.



* Artículo aparecido el 10 de agosto de 2015 en el diario español Público.

domingo, 9 de agosto de 2015

La izquierda sigue dividida ante las elecciones de Argentina

El país elige este domingo a los candidatos que podrán competir por la presidencia. Las fuerzas de izquierdas intentan figurar como una alternativa de Gobierno más allá de la gravitación electoral que gira en torno a Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa

 
Cristina Fernández de Kirchner vota en Santa Cruz

BUENOS AIRES.- Argentina se despide este año del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. El país prepara la transición con una sucesión de elecciones que desde abril sostienen una ininterrumpida campaña electoral. Pero este domingo ya no se trata sólo de comicios locales. Por primera vez en 2015 se celebra una votación nacional para elegir a los candidatos que podrán disputarse la presidencia. 

La agenda mediática se guía por los actos y dichos de los tres postulantes con más posibilidades de alcanzar el poder. Uno es oficialista, los otros dos son de la oposición. Pero en total hay quince precandidatos a la presidencia. De los cinco que se definen de izquierdas, dos compiten entre sí en el mismo frente. Como representantes de fuerzas más pequeñas, la atención a sus líderes es menos incisiva.

Por un lado, está el Frente Popular, un espacio en el que se unieron cuatro formaciones y que parece conformarse con superar el umbral de votos necesario para competir en las elecciones presidenciales. El Movimiento Socialista de los Trabajadores-Nueva Izquierda no tiene aspiraciones mucho más ambiciosas. Lo mismo sucede con la lista Nuevo Más. Todas se presentan por separado.

La fuerza que más adhesión podría conseguir en estas elecciones es el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), una coalición trotskista del que forman parte el Partido Obrero (PO) y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). En 2013, el FIT tuvo un desempeño inesperado. Sacó el 6,4 % de los votos y metió tres diputados en el Congreso.

Uno de ellos es Nicolás del Caño, que desde el PTS espera ganar en la interna al fundador del PO, Jorge Altamira, y aspirar a la presidencia de Argentina. En las elecciones a intendente (alcalde) de la ciudad de Mendoza celebradas en mayo, consiguió desplazar del segundo puesto al propio kirchnerismo con el 16,87 % de los votos. Éste fue el mejor resultado que obtuvo una fuerza de izquierdas para un cargo ejecutivo desde el regreso de la democracia en 1983.

En una entrevista con Público, Del Caño expresa sus diferencias con el Gobierno de Cristina Fernández y sostiene que el actual Ejecutivo ha beneficiado a grandes empresarios durante sus doce años de gestión, más allá del discurso progresista que tiene en algunos terrenos.





"También ha causado una gran desazón que el Ejecutivo sostuviera a un genocida como César Milani (imputado por delitos de lesa humanidad) al frente del Ejército, cuando fue el mismo expresidente Néstor Kirchner el que descolgó el cuadro del exdictador Jorge Videla en el Colegio Militar", recuerda este joven de 35 años.

Con un discurso salpicado de referencias a los trabajadores, añade otro ejemplo. "En las negociaciones de las subidas de los salarios, el Gobierno pone un techo inferior a la inflación actual, pero la rentabilidad de los bancos y las entidades financieras fue en 2015 de un 57 % más", afirma. "Ahí no hay topes, esa ganancia no se discute. Lo reconoce la propia presidenta: 'Ustedes han ganado como nunca, se la han llevado en pala', les dice ella misma".

Sin embargo, hay muchos votantes de izquierdas que aprueban la administración kirchnerista y que se sienten identificados con el peronismo gobernante. "El pueblo en Argentina viene de la crisis de 2001", concede el precandidato. "El crecimiento económico de estos años, junto con la posición del Gobierno en ciertas temáticas como los derechos humanos, generó una expectativa, pero eso ya ha comenzado a resquebrajarse".


Para justificar sus palabras, no sólo menciona el crecimiento vertiginoso que ha experimentado su alianza desde 2011, que pasó de tener medio millón de votos a 1,2 millones en las elecciones legislativas de 2013. Alude además al candidato oficialista, el gobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli, al que se refiere como un político referenciado por políticas de derecha.

"Scioli se reivindicó hace dos semanas como hijo político del expresidente Carlos Menem, cuando es uno de los principales responsables de las políticas neoliberales de privatización", sentencia Del Caño. "Su propio asesor admite que en el próximo Gobierno tendrían que devaluar".

El FIT propone un plan de emergencia que empiece por la nacionalización de la banca y el comercio exterior para evitar la fuga de capitales. Plantean elevar el salario mínimo al costo de la canasta básica familiar y un plan de obras públicas en un país con un déficit habitacional que afecta a más de tres millones de personas. También reclaman el cese del pago de la deuda externa, y el establecimiento de un impuesto extraordinario para las grandes mineras, petroleras, aceiteras y sobre todo, para el sector financiero.

A la espera del alcance real que tengan las alianzas de izquierda en estas elecciones, hay siete listas más que contienen al resto de los precandidatos. Tras las internas de este domingo, al menos cuatro de ellos quedarán eliminados.


Los tres nombres más repetidos


Daniel Scioli es el único candidato del Frente para la Victoria (FpV) que presenta el kirchnerismo para continuar en el Gobierno.

En la alianza Cambiemos, disputan ese lugar el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri (líder del PRO), Ernesto Sanz (representante de la Unión Cívica Radical) y Elisa Carrió (dirigente de Coalición Cívica). Sólo uno de ellos, el que más sufragios consiga, continuará en la carrera presidencial.

El frente UNA será a su vez representado por el diputado Sergio Massa (del Frente Renovador) o por Manuel de la Sota, gobernador de la provincia de Córdoba.


En promedio, las encuestas le otorgan a Scioli un 36 % de intención de voto, seguido por Macri con un 24 % de apoyo. En tercer lugar ubican a Massa, anclado con un 13 % de respaldo.

Un sistema electoral complejo


Argentina es un país que establece un inusual modelo para elegir a sus autoridades. Conjuga dos mecanismos que por separado están presentes en los sistemas electorales de varias naciones, pero que en conjunto establecen un paradigma más raro de encontrar: elecciones primarias obligatorias, y tras los comicios generales, una eventual segunda vuelta que disputan los dos candidatos más votados si el ganador no logra determinada ventaja porcentual.

Más de 32 millones de votantes están convocados a participar en las denominadas PASO de este domingo, llamadas así por ser elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. El lunes se conocerá quiénes son los posibles sucesores de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Las PASO también sirven de filtro para apartar de la carrera electoral a aquellos que no alcancen, al menos, el 1,5 % de los votos. Por otro lado, seis provincias celebran además elecciones locales para elegir a sus gobernadores, con la respectiva tanda de cargos provinciales.

La atención estará puesta sobre todo en la de Buenos Aires, el distrito más importante del país con el 37 % del padrón electoral. Allí, el kirchnerismo tiene a dos precandidatos que aspiran a ser el próximo gobernador: el jefe del Gabinete de ministros, Aníbal Fernández, y el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.

Como novedad, en estos comicios se elige también a los 43 parlamentarios que representarán a Argentina en el Mercosur, uno por cada una de las provincias del país más la ciudad de Buenos Aires, y otros 19 elegidos por distrito único.

De cara a las presidenciales

Pero no será hasta el 25 de octubre cuando se celebren las elecciones generales para elegir al presidente y al vicepresidente. Además se renovarán la mitad de los escaños de Diputados, y un tercio de las bancas del Senado.

Hasta entonces, las elecciones primarias son el mejor pronóstico de lo que puede suceder en las presidenciales, sobre todo desde el desconcierto que se vivió hace tres semanas en la segunda vuelta de las elecciones a jefe de Gobierno en la ciudad de Buenos Aires, cuando ninguna encuesta previó que los dos contrincantes que disputaban el cargo iban a quedar a sólo tres puntos de diferencia.

Las PASO exhiben, en definitiva, un corolario de simpatías y desafecciones, una muestra del tablero político y de las fuerzas reales que tiene cada aspirante a menos de tres meses de los comicios generales.



* Artículo aparecido el 9 de agosto de 2015 en el diario español Público.

Despidos indiscriminados y a voleo: la nueva política que impulsa el Gobierno de Argentina*

 No hubo una evaluación de su desempeño, ni un aviso de advertencia. Carolina Salvatore, una empleada de la Secretaría de Educación de Arge...