domingo, 26 de octubre de 2008

El primer origen de la crisis

Las explicaciones de la actual situación son a menudo confusas. Gran parte de las noticias que tratan de explicarla carecen de un contexto que ubique las cifras que suben y bajan y que por sí solas se presentan como el significado de la trama. Lo que es aún más frecuente es el uso de un vocabulario enrevesado que es base de explicaciones equívocas, con lo que se genera una noticia turbulenta donde se barajan todo tipo de causas-efectos mal sobreentendidos y ante la cual parece que se espera un lector sobrado en conocimientos económicos y con una destreza innata de cuantos índices, tasas, instituciones y créditos estén empantanados en los análisis.

Lo mejor para comenzar a explicar una crisis que sobrepasa al ciudadano común es hablar del dinero. Porque ¿cuánto hay? ¿dónde está el límite? El dinero es deuda, dice un vídeo en internet (
Money as Debt), porque si bien antes el dólar – moneda de referencia- tenía su equivalencia a la cantidad de oro real existente, ahora se crea con los créditos -o sea, préstamos- que se piden al banco. Por eso si ahora alguien se presenta con un dólar en la Reserva Federal de Estados Unidos y pide su equivalencia en oro, se encontrará con que ese dólar sólo puede ser cambiado por otro dólar digital -por otro papel. Porque el dinero que existe ahora ya no está respaldado en nada físico, en nada real. Los billetes que tenemos en la cartera cuentan con la complicidad de una sociedad y unas instituciones que dan a todos ellos un valor. Un valor acordado, establecido, pero que ya no está relacionado con la riqueza material del mundo.

Éste es el origen de la primera
especulación de todas: jugamos con dinero que en realidad es contenido vacío, pero que todavía se mantiene porque así queremos que sea, porque al no estar sujeto a nada real, puede crecer hasta límites insospechados. La prueba está en que cuando uno va al banco y decide pedir un crédito de 10.000 euros, ese dinero se crea de la nada. Es como si una persona desde casa tuviera el reconocimiento para firmar cheques que luego tienen valor en un mercado. Él no tiene ese dinero en casa, pero no importa. Emite un cheque y, ya se ha creado dinero.

Los bancos funcionan de manera semejante. Erróneo es creer que lo que hacen los bancos es prestar a unos el dinero que otros previamente han depositado. Los bancos no están obligados a prestar según lo que tienen. Los Gobiernos tratan de establecer unos límites en la creación de ese dinero-deuda. Antes se exigía que los bancos sólo pudieran tener 10 dólares por cada dólar en oro que tenían. Ahora las reglas han cambiado, aunque varían según el país: el dinero que pueda crear un banco no depende del dinero que tiene en depósito, sino en el dinero que puede crear a partir de ese dinero en depósito.

Por ejemplo: una persona quiere comprarse una casa y pide un crédito de 10.000 euros para comprar un coche. El banco crea ese dinero apun
tando esa deuda en la cuenta del cliente. Con una equivalencia de 9 a 1, al banco, para prestar 10.000 euros, le basta para tener en depósito 1.112 euros, dado que puede prestar nueve veces esa cantidad, es decir, 10.000 euros.

Y aquí viene lo mejor. Pongamos que el vendedor que ha vendido el coche al cliente acude a este mismo banco para hacer el depósito de los 10.000 euros que ha recibido. Estos 10.000 euros fueron creados por el banco. Pero estos 10.000 euros se contabilizan como dinero real y le sirve al banco para hacer nuevos préstamos. Si antes un depósito de 1.112 euros lo multiplicábamos por nueve para deducir que el banco podría prestar hasta 10.000 euros, ahora esos 10.000 euros creados de la nada se mueven también con la equivalencia 9 a 1, pero dividiendo. Es decir, que de 10.000 euros el banco puede prestar 9.000.

Y así el juego sigue: esos 9.0
00 que se prestan para comprar, por caso, una moto, luego son devueltos al banco por el vendedor de la moto, y con esos 9.000 nuevos euros se puede prestar 8.100 (atendiendo a la equivalencia 9 a 1). Y así hasta que siguiendo este proceso de préstamo se llega a que con esos 1.112 euros de depósito real en el banco, el banco ha prestado 10.000 euros y, de esos 10.000 ha prestado 9.000, de esos 9.000 ha seguido prestando, hasta que al final el banco ha podido hacer esa operación 90 veces para crear un total de 100.000 euros (1.112 por 90, igual a 100.000).

Como los bancos manejan cifras muy superiores, y la equivalencia no siempre tiene por qué ser de 9 a 1, sino de 20 a 1 e incluso más, la cantidad de dinero que se ha creado es colosal. Es dinero que se crea de la deuda. Y el depósito original de 1.112 euros sigue siendo el mismo.


Y
con esto se cae otra de las creencias generalizadas. Pongamos que el banco paga un 1% de interés a aquellos clientes que hayan metido allí su dinero, y cobra un 3% de interés a todo lo que preste. Fácil será suponer que lo que gana el banco es un sólo un 2%. Pero resulta que si el banco tiene 100 euros en depósito, de nuevo con la equivalencia 9 a 1, puede prestar hasta 900. El balance queda así: el banco paga 1 euro por esos 100 euros en depósito, pero cobra 27 euros de interés por esos 900 que presta.

Pequeño avance para seguir profundizando durante los próximos días en la crisis que comienza a tomar tintes siniestros. Esto es sólo la base para haber creado una base ficticia de dinero. Éste es el asiento para una especulación que ya mete a hedge funds, mutuas, fondos de pensiones, compañías de seguros de por medio. Y ningún análisis puede quedar completo si no nos damos cuenta de que la economía no puede desarrollarse un 10-15% cada año si el planeta es finito y limitado. Este crecimiento temerario no contempla el fin de los combustibles fósiles del planeta. Y eso es algo, que como ya veremos, marcará las próximas generaciones.

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