sábado, 1 de diciembre de 2012

Las cinco frases del hombre "más importante" de Medio Oriente

 La revista estadounidense Time seleccionó a Mohamed Mursi como el personaje más influyente del mundo árabe, el presidente egipcio que afronta la mayor crisis de legitimidad desde que asumiera su cargo el pasado junio.



"No me gusta que la gente diga en mi país: 'Estados Unidos está contra nosotros'"

"...porque sé que los estadounidenses son distintos respecto a esas posiciones que se han mantenido durante largo tiempo –los dobles estándares”.

En la entrevista que ha concedido en exclusiva a Time, el presidente de Egipto Mohamed Mursi habló en buenos términos del país que gobierna Barack Obama. El hombre más importante de Medio Oriente -según la revista estadounidense- recordó el dicho estadounidense “Somos una nación de naciones” y sostuvo que el gigante norteamericano ha conseguido llegar a eso de alguna manera, “aunque en lo internacional haya otras cosas”:

Mursi dice que comienza una nueva era, “basada en relaciones equilibradas y de beneficios mutuos que deben ser respetados desde todos los lados”. El mundo árabe, el islámico, la Unión Europea, África, Rusia y China son actores que ahora confluyen en “una competición muy muy difícil”.


“Socialmente no podemos ser iguales. Culturalmente tampoco”

Lo que no significa que sea imposible la cooperación y la integración, en palabras del presidente egipcio. Pero Mohamed Mursi muestra mayor énfasis a la hora de hablar de la economía, que “no es equilibrada en el mundo”.

“Por un lado están los productos primarios y por el otro, la tecnología y los productos elaborados gracias, en parte, a la aplicación de la ciencia". Mursi subraya que hay una gran diferencia de precio entre los bienes primarios y lo que luego se obtiene de su producción y su venta, “haciendo que los pobres sean más pobres y los ricos, más ricos”.

Por eso él quiere hacer una diferencia en la economía, no sólo en la política. Y cree que los líderes políticos tienen, al respecto, una gran responsabilidad para hacer que los seres humanos puedan vivir juntos. Conseguir, en suma, “cierto balance”. Aunque luego “socialmente no podemos ser iguales, nunca. Y culturalmente tampoco”.

“El precio del desarrollo es mucho, mucho más barato que la guerra”

Mursi admite que tiene por delante un gran desafío en Egipto y que hay fuerzas que tratan de “ir hacia atrás, sin duda”.  Se ha visto en Túnez, en Libia, y ahora en Siria. “Esta región debería tener la oportunidad de desarrollarse. Y el precio a pagar es mucho más barato que la guerra”, asegura Mursi. “La gente está buscando mejorar su situación y tener mejores vidas para sus hijos y nietos. (…) La gente se ha dado cuenta de que la libertad es mejor que la dictadura”.

Lo cual lleva tiempo. Mursi confía en la democracia como forma de organización social y considera que los egipcios están preparados para vivir en ella. “Tenemos recursos. Tenemos potencial. Tenemos una población única. Estamos en camino, aunque no sea fácil”.


“Los hermanos Musulmanes son una organización democrática”

 



Ésta fue la respuesta directa de Mursi a una de las pocas preguntas que le realizó Time sobre el movimiento islamista del que él procede. El presidente egipcio defiende esta estructura política, que goza de un gran apoyo social, que es la más antigua e importante de Egipto y del mundo árabe. “Las creencias islámicas respetan la libertad de cada uno, la libertad de creencia, la libertad de expresión, la igualdad, la estabilidad, los derechos humanos”, afirma. “Esto sucede no sólo en Estados Unidos”.

Al reflexionar sobre la antigüedad de un país como el suyo, el presidente sostiene que la Constitución del país (la única que se estableció) es arcaica -de 1923- y que es consciente de que ahora se dirigen hacia una estabilidad, pero que ésta no llegará a no ser que tengan “libertad, democracia y derechos para todos –para mujeres y para hombres, y para musulmanes y cristianos”.


“Veo más cosas de las que ven mis compatriotas”


Es una de las últimas frases de la entrevista. Por primera vez, el presidente se refiere a las multitudinarias manifestaciones que han sacudido su Gobierno desde que asumiera su cargo en junio de este año, y al decreto que aprobó para blindar sus poderes ante el Poder Judicial, cuando ya tiene en sí el Poder Ejecutivo y el Legislativo -dado que la Junta Militar que gobernó en la transición desde la caída de Hosni Mubarak suprimió la Asamblea dos días antes de las elecciones presidenciales.


Mursi dice que están aprendiendo. “Estamos aprendiendo a debatir, a diferir, a ser mayoría y minoría –cuando lo que ahora hay, según él, es mayoría y oposición-”. El presidente sostiene que es muy malo no tener actualmente ni Parlamento ni Constitución, y que él quiere terminar ya con el proceso que los conduzca a eso.

Pero mientras tanto, a falta de una Carta Magna, él es el responsable “de emitir leyes, lo que es una gran responsabilidad”. Sobre el decreto, asegura que no lo quiere usar “a no ser que tenga que hacerlo”.

Y con relación a las últimas manifestaciones que han colapsado la plaza Tahrir en El Cairo, dice que son algo positivo, “pero que la violencia no”, una violencia que él relaciona con el remanente del antiguo régimen que representaba Mubarak.

Mursi dice que sólo lleva cinco meses en el poder, y no 30 años, como su antecesor. Y subraya una vez más que la gente tiene derecho a manifestarse, pero que no dará marcha atrás. “Es mi responsabilidad. Veo más cosas que ellos”, dice. “Y creo que el 80% o 90% de la población egipcia está de acuerdo con lo que he hecho".


* Artículo publicado el 29 de noviembre de 2012 en Infobae América

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