"No me gusta que la gente diga en mi país: 'Estados Unidos está contra nosotros'"
"...porque sé que los estadounidenses son distintos
respecto a esas posiciones que se han mantenido durante largo tiempo –los dobles
estándares”.
En la entrevista que ha concedido en exclusiva a Time, el presidente de Egipto Mohamed Mursi habló
en buenos términos del país que gobierna Barack Obama. El hombre más importante
de Medio Oriente -según la revista estadounidense- recordó el dicho
estadounidense “Somos una nación de naciones” y sostuvo que el gigante
norteamericano ha conseguido llegar a eso de alguna manera, “aunque en lo
internacional haya otras cosas”:
Mursi dice que comienza una nueva era, “basada en relaciones
equilibradas y de beneficios mutuos que deben ser respetados desde todos los
lados”. El mundo árabe, el islámico, la Unión Europea, África, Rusia y China
son actores que ahora confluyen en “una competición muy muy difícil”.
“Socialmente no podemos ser iguales. Culturalmente
tampoco”

“Por un lado están los productos primarios y por el otro, la
tecnología y los productos elaborados gracias, en parte, a la aplicación de la
ciencia". Mursi subraya que hay una gran diferencia de precio entre los
bienes primarios y lo que luego se obtiene de su producción y su venta, “haciendo
que los pobres sean más pobres y los ricos, más ricos”.
Por eso él quiere hacer una diferencia en la economía,
no sólo en la política. Y cree que los líderes políticos tienen, al
respecto, una gran responsabilidad para hacer que los seres humanos puedan
vivir juntos. Conseguir, en suma, “cierto balance”. Aunque luego “socialmente
no podemos ser iguales, nunca. Y culturalmente tampoco”.
“El precio del desarrollo es mucho, mucho más barato que la
guerra”
Mursi admite que tiene por delante un gran desafío en
Egipto y que hay fuerzas que tratan de “ir hacia atrás, sin duda”. Se
ha visto en Túnez, en Libia, y ahora en Siria. “Esta región debería tener la
oportunidad de desarrollarse. Y el precio a pagar es mucho más barato que la
guerra”, asegura Mursi. “La gente está buscando mejorar su situación y tener
mejores vidas para sus hijos y nietos. (…) La gente se ha dado cuenta de que la
libertad es mejor que la dictadura”.
Lo cual lleva tiempo. Mursi confía en la democracia
como forma de organización social y considera que los egipcios están
preparados para vivir en ella. “Tenemos recursos. Tenemos potencial. Tenemos
una población única. Estamos en camino, aunque no sea fácil”.
“Los hermanos Musulmanes son una organización democrática”

Ésta fue la respuesta directa de Mursi a una de las pocas
preguntas que le realizó Time sobre el movimiento islamista del que él
procede. El presidente egipcio defiende esta estructura política, que goza de
un gran apoyo social, que es la más antigua e importante de Egipto y
del mundo árabe. “Las creencias islámicas respetan la libertad de cada uno, la
libertad de creencia, la libertad de expresión, la igualdad, la estabilidad,
los derechos humanos”, afirma. “Esto sucede no sólo en Estados Unidos”.
Al reflexionar sobre la antigüedad de un país como el suyo,
el presidente sostiene que la Constitución del país (la única que se
estableció) es arcaica -de 1923- y que es consciente de que ahora se dirigen
hacia una estabilidad, pero que ésta no llegará a no ser que tengan
“libertad, democracia y derechos para todos –para mujeres y para
hombres, y para musulmanes y cristianos”.
“Veo más cosas de las que ven mis compatriotas”
Es una de las últimas frases de la entrevista. Por primera
vez, el presidente se refiere a las multitudinarias manifestaciones que han
sacudido su Gobierno desde que asumiera su cargo en junio de este año, y al decreto
que aprobó para blindar sus poderes ante el Poder Judicial, cuando ya tiene
en sí el Poder Ejecutivo y el Legislativo -dado que la Junta Militar que
gobernó en la transición desde la caída de Hosni Mubarak suprimió
la Asamblea dos días antes de las elecciones presidenciales.

Pero
mientras tanto, a falta de una Carta Magna, él es el responsable “de
emitir leyes, lo que es una gran responsabilidad”. Sobre el decreto, asegura
que no lo quiere usar “a no ser que tenga que hacerlo”.
Y con relación a las últimas manifestaciones que han colapsado la plaza Tahrir en El
Cairo, dice que son algo positivo, “pero que la violencia no”, una
violencia que él relaciona con el remanente del antiguo régimen que
representaba Mubarak.
Mursi dice que sólo lleva cinco meses en el poder, y no 30
años, como su antecesor. Y subraya una vez más que la gente tiene derecho a
manifestarse, pero que no dará marcha atrás. “Es mi responsabilidad. Veo más
cosas que ellos”, dice. “Y creo que el 80% o 90% de la población egipcia está
de acuerdo con lo que he hecho".
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