jueves, 25 de octubre de 2018

Disturbios en Buenos Aires inauguran debate del presupuesto en el Congreso

Los enfrentamientos entre manifestantes y agentes de seguridad que tuvieron lugar este miércoles en las inmediaciones del Congreso argentino obligaron a los diputados a suspender la sesión para debatir el proyecto presupuestal 2019 enviado por el Gobierno de Mauricio Macri y respaldado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

"Estas cosas sirven para no discutir el presupuesto y para polarizar a la sociedad", dijo a Sputnik un joven llamado Pedro frente a la sede el parlamento.

Los altercados de esta índole complacen a los sectores más fanatizados en una sociedad tan dividida como a argentina, afirmó.

"En la polarización que tenemos, cada sector se nutre de lo que quiere", aseguró.

Bajo esa óptica, la derecha mira "a 'estos negros' que tiran piedras y alaba la eficiencia del operativo policial, mientras los sectores sociales observan cómo reprimen al pueblo y qué herramientas utilizan para aprobar estos presupuestos apoyados por el FMI, que solo sacan plata de las partidas para pagar intereses de deuda", comentó.

La Cámara de Diputados suspendió el debate ante la tensión que provocaban los disturbios afuera del Congreso.

Aunque la violencia también se vivió dentro del recinto.

Nicolás Massot, jefe del bloque oficialista Cambiemos, y el legislador Daniel Filmus, de la coalición opositora Frente para la Victoria (FpV), tuvieron que ser separados.

COMIENZO DE LOS DISTURBIOS

Un grupo de diputados salieron del recinto a mediar entre la policía y los manifestantes, cuando supieron que comenzaban los disturbios.

"Salimos y llegamos hasta la esquina que estaba vallada, donde había una muchedumbre y un par de diputados que pedían a la policía que les abrieran la valla para poder salir, entre ellos Myriam Bregman (del Frente de Izquierda de los Trabajadores) y un par de legisladores del FpV", relató a Sputnik el fotógrafo Santiago Viana, del diario Popular, que acompañó a los legisladores.

Personal de la Gendarmería había acordonado el Congreso, mientras la policía de la ciudad estaba apertrechada.

"En un momento se armó un tumulto y un efectivo tiró gas pimienta al piso, y nos gasearon a todos", contó el fotógrafo, que tenía aún los ojos llorosos.

En una primera línea comenzaron a avanzar entre 20 y 30 policías motorizados "que fueron barriendo la calle en una actitud excesivamente violenta y desorganizada, festejando entre ellos cuando una bomba de humo caía en medio de la columna" de manifestantes, prosiguió Viana.

Los seguían agentes policiales que tiraban perdigones de goma y, en una tercera fila, policías que arrojaban "paintball (bolas de pintura) a mansalva para marcar a los que están en la primera línea de la marcha y así luego ir a por ellos", relató.

La refriega, según este fotógrafo, duró entre 40 minutos y una hora.

El joven no supo si los enfrentamientos comenzaron por algunos manifestantes que arrojaron piedras, palos y bombas molotov, o por los uniformados, que además de contar con el respaldo de camiones hidrantes, lanzaron balas de goma, gases lacrimógenos y bolas de pintura.

El martes por la noche, recordó Viana, aparecieron cerca del Congreso escombros en bolsas y en volquetas, lo que fue difundido en las redes sociales ante la sospecha de que el Gobierno de Macri buscaba generar un desborde en la marcha del miércoles.

Al menos 27 personas fueron detenidas, entre ellos Nacho Levi, un integrante de la organización barrial Garganta Poderosa, un delegado de la agencia estatal de noticias Télam, Fabricio Bacca, y al menos un miembro de la empresa de construcción naval Astillero Río Santiago.

"Los disturbios comenzaron hace tres años con el Gobierno de Macri recortando en áreas sensibles", dijo uno de los manifestantes que se identificó como Alberto y trabaja en el Astillero tras acudir a la movilización desde La Plata, a 60 kilómetros de Buenos Aires.

Mientras se retiraba con otros compañeros de la plaza situada frente al Congreso, Alberto aseguró que el Gobierno intenta ahora "pasar un proyecto que recorta en salud y educación, y conlleva el cierre de fábricas".

"Mientras tanto seguimos sin aumentos salariales, la inflación nos está matando y los servicios nos están consumiendo", lamentó.

El Gobierno espera que el Congreso apruebe en las próximas horas el presupuesto 2019 para que el directorio ejecutivo del FMI, que se reúne este viernes, dé luz verde a un nuevo crédito por 7.100 millones de dólares que se suma a los 50.000 ya aprobados en junio.

* Reportaje publicado el 25 de octubre de 2018 en la agencia Sputnik.

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