viernes, 6 de octubre de 2023

Cruces ideológicos y planteos conservadores marcan primer debate presidencial de Argentina

 Los cinco candidatos que aspiran a ganar en Argentina las elecciones generales del 22 de octubre convergieron el domingo en el primero de los dos debates obligatorios sin ningún anuncio de envergadura, con actitudes polarizadas y una desenvoltura dispar al momento de definir sus propuestas.


 

El foro público que enfrentó por primera vez a los presidenciables, organizado el domingo en la ciudad de Santiago del Estero, en la provincia homónima (norte), exhibió las falencias y fortalezas de cada postulante, pero sin que ninguna intervención haya alterado el escenario político, a menos de tres semanas de las elecciones generales.

"Los debates suelen ser absorbidos y aprovechados cognitivamente por los más intensos y que más entienden en política", expresó en una entrevista con la Agencia Sputnik la doctora en Ciencias Sociales Natalia Aruguete, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y profesora de la Universidad Nacional de Quilmes.

En este tipo de contiendas televisivas, "hay un componente mayoritario de fortalecer y confirmar el voto de los que están decididos, más que un viraje del voto de un partido hacia otro", razonó la socióloga, autora del libro "Nosotros contra ellos: Cómo trabajan las redes para confirmar nuestras creencias y rechazar las de los otros" (2023).

Dentro de un debate que desarrolló los ejes temáticos de economía, educación y derechos humanos y convivencia democrática, cada candidato aprovechó para afianzarse en los asuntos que les resultaban más cómodos.

ASIMETRÍAS DISCURSIVAS

Pese a la delicada coyuntura económica que atraviesa el país, con una inflación sin precedentes en los últimos 30 años, el ministro de Economía y candidato del oficialismo a la presidencia, Sergio Massa, salió airoso del debate pese a que pocas horas antes se había difundido un escándalo que involucró a un ex alto cargo de la provincia de Buenos Aires (este), jurisdicción en manos del peronismo que gobierna también a nivel nacional.

El aspirante a la primera magistratura por la coalición electoral Unión por la Patria (centroizquierda), que era quien enfrentaba más riesgos, exhibió cierta solvencia guionizada al sugerir la creación de una moneda digital, un proyecto para regularizar capitales no declarados y la convocatoria de un Gobierno de unidad nacional.

Días después de que se conociera que la pobreza afecta al 40,1 por ciento de la población, Massa comenzó con una disculpa tibia, un intento de distanciarse de la actual gestión de la que es parte, y "mostró una serie de propuestas que daban una imagen de certeza, confianza, firmeza y claridad de qué era lo que se venía, siendo uno de los candidatos más programáticos en su estilo de alocución", observó Aruguete.

Más desdibujado quedó el perfil de la candidata presidencial de la alianza Juntos por el Cambio (centroderecha) que fundó el expresidente Mauricio Macri (2015-2019), Patricia Bullrich, quien mostró poca desenvoltura al referirse a su ambiguo plan económico y se limitó a confrontar con el kirchnerismo y a reclamar firmeza en materia de seguridad.

Quien parte como favorito de cara a las elecciones generales, el diputado, economista y líder de la fuerza La Libertad Avanza (ultraderecha), Javier Milei, fue esquivo, en la medida en que le dejaron sus contrincantes, con una de sus propuestas más representativas: la dolarización de la economía.

"Milei y Bullrich no tuvieron tantas propuestas programáticas, sino que plantearon, desde sus lugares de mayor comodidad y conocimiento, premisas según las cuales podían llegar a mejorar el curso de Argentina", planteó la investigadora.

En el año que en Argentina cumple 40 años ininterrumpidos de democracia, el economista sí quiso hurgar en uno de los consensos que construyó el país en las últimas décadas al negar que la dictadura cívico-militar hubiera causado 30.000 desaparecidos, consigna que defienden las entidades de derechos humanos, y afirmar que fueron 8.753.

En un rechazo implícito al plan sistemático de exterminio que ha dado por probada la justicia argentina, el referente ultraderechista también sostuvo que durante los años 70 hubo "una guerra" en el que las Fuerzas Armadas del Estado incurrieron en "excesos", y aseguró que los integrantes de las fuerzas guerrilleras que combatieron en aquella década, los Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), fueron "terroristas" que cometieron delitos de lesa humanidad.

Para Aruguete, el candidato de La Libertad Avanza "debe estar midiendo que a ciertos sectores del electorado, sobre todo a los jóvenes, los pilares de la democracia y la memoria sobre lo que fue la última dictadura no los interpela de manera inequívoca".

En tanto, la candidata presidencial del Frente de Izquierda de Trabajadores - Unidad (FIT-U), Myriam Bregman, fue la más incisiva con el resto de los candidatos e hizo suyas las banderas de los derechos humanos o la desigualdad de la mujer.

"Eso conformó a usuarios de redes sociales que sobre todo mantienen posturas progresistas, pero Bregman le habló a su electorado, no mantuvo una actitud arriesgada como Massa, que insistió en la unidad nacional y nombró los partidos que incorporaría, con el riesgo de generar perturbación en votantes más peronistas que se quieren distinguir de Juntos por el Cambio", consideró la experta argentina.

En una posición más aislada, el gobernador de la provincia de Córdoba (centro) y líder del espacio peronista Hacemos por Nuestro País (centroderecha), Juan Schiaretti, se enfocó en mostrar su capacidad de gestión en la segunda jurisdicción más importante del país para tratar de recuperar el voto perdido en ese distrito.

El próximo debate presidencial de carácter obligatorio, que tendrá lugar el próximo domingo en la ciudad de Buenos Aires, volverá a mostrar a los cinco candidatos presidenciales dentro de un rígido formato horizontal de deliberación que parece servir más para confirmar las pasiones políticas del electorado que para aportar argumentos racionales que puedan desplazar adhesiones.

La justicia electoral argentina prevé realizar un tercer debate electoral en caso de que haya que celebrar una segunda vuelta de las elecciones generales, la cual tendría lugar el 19 de noviembre si la fórmula más votada no obtiene 45 por ciento de los sufragios afirmativos (ni nulos ni en blanco) o por lo menos obtiene el 40 por ciento y una diferencia porcentual mayor a 10 puntos con respecto a la fórmula que le sigue en cantidad de votos.

 

* Artículo publicado el 2 de octubre en la Agencia Sputnik de noticias.

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