Alex Freyre y José María Di Bello se casaron este lunes en Ushuaia, en la provincia sureña de Tierra de Fuego. Lo mantuvieron en secreto hasta el último momento para que ningún recurso judicial pudiera interponerse en su decisión. Ya habían salido escarmentados el 1 de diciembre, cuando intentaron contraer matrimonio por primera vez en la capital argentina.
La pareja, portadora del virus del VIH, decidió casarse en aquella jornada por ser el Día Internacional de Lucha contra el Sida, aunque en realidad habían intentado oficializar su unión desde mucho antes. La primera negativa les llegó en abril de este año, cuando el Registro Civil de Buenos Aires rechazó la posibilidad de que pudieran contraer matrimonio.
Entonces interpusieron un recurso de amparo, y ganaron. “Logramos, increíble e impensado para muchos, un fallo favorable en primera instancia”, recordaba este lunes Alex Freyre. Se pronunció a su favor la jueza de Buenos Aires Gabriela Seijas, que además decretó la inconstitucionalidad de los artículos 172 y 188 del Código Civil que establecen que el matrimonio puede realizarse sólo entre un hombre y una mujer.
Un día antes de la fecha señalada para el casamiento, intervino una magistrada nacional, Marta Gómez Alsina, que declaró nulo el fallo de la jueza porteña. La pareja acudió de todos modos al Registro Civil, pero la celebración no pudo concretarse.
La Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, organización de la que forman parte Alex Freyre y José María Di Bello, aprovechó la atención mediática que despertaba el caso para reclamar los derechos que debían tener los homosexuales. “Medidas de este tipo son las que hacen imperioso que el Congreso sancione la ley que permita el matrimonio para todas y todos”, señalaba su secretario general, Esteban Paulón.
Casarse en Tierra de Fuego tampoco fue fácil. Los dos habían viajado bastante por el país, y consideraron que podría ser más fácil conseguir su objetivo en la provincia de Tierra de Fuego. “Nosotros vinimos a Ushuaia por trabajo, y cuando fuimos avanzando en la posibilidad del casamiento avisamos a nuestras familias”, contaba a la prensa Freyre.
Se fueron hasta allí, tramitaron el cambio de domicilio como exige la legislación para pedir turno en el Registro Civil, y dejaron pasar los días en la más absoluta discreción. Todo se precipitó el 22 de diciembre, cuando recibieron una nueva negativa a su petición. Decidieron por ello presentar un recurso extraordinario, y finalmente una gobernadora de la provincia, Fabiana Ríos, firmó el decreto de aval.
A tres horas del casamiento les comunicaron por fin que estaban autorizados para consumar su unión. “Estamos sumamente emocionados, felices. Por nosotros y por lo que implica simbólicamente para todos los gays, transexuales y lesbianas”, comentó la pareja al término de la celebración.
En Argentina sólo contemplan la unión civil para parejas homosexuales las ciudades cordobesas de Río Cuarto y Villa Carlos Paz, además de la provincia de Río Negro y la Ciudad de Buenos Aires,. La capital aprobó en 2002 la Ley de Unión Civil, que se convirtió en la primera resolución que reconocía en América Latina a las parejas del mismo sexo.
Buenos Aires, en particular, es considerada una ciudad amistosa con los homosexuales y por eso en los últimos años ha querido presentarse como la capital sudamericana del turismo gay. Cuenta con bares, discotecas, agencias de turismo e incluso servicios inmobiliarios para este colectivo. De hecho, la rueda de prensa que ofrecieron Freyre y Di Bello esta semana se realizó en un hotel gay.
El casamiento de la pareja acelera ahora el debate que mantiene la Cámara de Diputados argentina para sacar adelante un proyecto de ley sobre el matrimonio gay. “Este año se convocaron los debates pero no hubo el quórum para establecer los dictámenes·, explica a Público el director del Instituto Nacional Contra La Discriminación la Xenofobia y El Racismo (Inadi), Claudio Morgado. “Calculamos que el año que viene esto podrá ser posible”.
Para la organización es fundamental que se reconozcan no sólo las uniones civiles, sino también los matrimonios homosexuales. “Muchos hechos de discriminación se interiorizan en el proceso lingüístico”, explica Morgado. “En la unión civil, además, no está explicitado el tema de la adopción, el resguardo patrimonional o el derecho a la herencia”.
A juicio del director del Inadi, el matrimonio entre personas del mismo sexo es un paso fundamental que va más allá de la posibilidad de utilizar el mismo término que se emplea para las uniones heterosexuales. Es un modo de alcanzar la equidad no sólo de derechos, sino también de palabra.
Avances en otros países
México
Ciudad de México se convirtió la semana pasada en la primera ciudad de la región que aceptó el matrimonio entre homosexuales. También les reconoce el derecho de adopción.
Uruguay
Es el primer país de América Latina que ha legalizado la unión civil entre personas del mismo sexo (finales de 2007) y que ha permitido la adopción para parejas homosexuales (septiembre de 2009).
Brasil
Sólo el Estado de Rio Grande do Sul permite las uniones concubinarias de cualquier sexo.
Colombia
La Corte Constitucional de Colombia reconoció este año a los homosexuales derechos patrimoniales y de seguridad social. Además les permite cobrar la pensión en caso de que fallezca la pareja. Se permite la adopción sólo a parejas de distinto sexo.
Nicaragua
Fue el último país que despenalizó la homosexualidad. La asamblea legislativa del país realizó una modificación en el Código Penal que entró en vigor en 2008.
* Artículo aparecido el 30-12-2009 en Público
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