lunes, 15 de agosto de 2011

Fernández acaricia su reelección con más fuerza que nunca

Muy mal le tendrían que ir las cosas a la presidenta argentina Cristina Fernández para no volver a ser la próxima jefa de Estado durante cuatro años más. Las elecciones primarias de este domingo lo han demostrado sin sutilezas: la mandataria consiguió el 50,07% de los votos, con una ventaja de casi 38 puntos sobre su segundo contrincante, lo que la convierte en la candidata preferida para ser reelegida en los comicios presidenciales del próximo 23 de octubre.

“Nunca me la creí”, ha dicho ayer una risueña Cristina Fernández. “He aprendido más de las derrotas que de los triunfos”. La presidenta destacó la participación en estas elecciones primarias, obligatorias para los argentinos, al haber votado el 77,8% de los 28,8 millones de ciudadanos convocados a las urnas, una concurrencia superior a las registradas en los últimos años.

Estos comicios inéditos, necesarios para elegir a los candidatos que podían presentarse a las elecciones presidenciales y legislativas de dentro de poco más de un mes, dejan dos conclusiones muy claras. La primera, que la diferencia tan grande de votos que ha conseguido la presidenta con respecto a sus rivales indica que la oposición no convence. La segunda, que el modelo kirchnerista representado por Cristina Fernández se ha convertido en la opción más elegida por los argentinos en 23 de los 24 distritos electorales del país.

De esta observación puede extraerse otro análisis. Este año también se están celebrando elecciones locales en casi todas las provincias del país, y los candidatos apoyados por el oficialismo perdieron en algunas de las regiones más importantes. Aquellos resultados se interpretaron como un avance del antikirchnerismo, pero el desenlace de las primarias desmiente semejante apreciación, y desvelan que la gestión de la presidenta ha sido premiada aun en sectores tradicionalmente opositores.

Si además se comparan estos comicios con otras elecciones presidenciales, se puede concluir que el respaldo a Cristina Fernández es histórico. Desde el retorno de la democracia en 1983 sólo la ha superado un presidente, Raúl Alfonsín, que consiguió aquel año casi el 52% de los sufragios.

La presidenta, por tanto, ha recibido aún más apoyo que en los comicios presidenciales de 2007. Y la oposición ya no puede aglutinarse en un frente común porque la ley lo impide, más allá de las diferencias ideológicas de los tres candidatos más votados después de la mandataria, que son el radical Ricardo Alfonsín, el exmandatario Eduardo Duhalde, y el socialista Hermes Binner.

De mantenerse esta tendencia, Cristina Fernández no sólo ganará las elecciones presidenciales, sino que además no tendrá que pasar por una segunda vuelta. Por todo esto tiene motivos para sentirse contenta. Los números están de su lado.


Auge de la izquierda

La sorpresa en las primarias ha sido Hermes Binner, gobernador de la provincia de Santa Fe, que por primera vez se presenta a las elecciones presidenciales después de una gestión muy valorada en su región. Con su 10,26% de respaldo no queda muy lejos de los dos rivales que le preceden, el radical Ricardo Alfonsín y el expresidente Eduardo Duhalde, aunque hasta ahora ambos tenían más presencia nacional que el santafesino.

La izquierda también celebra el resultado obtenido por Jorge Altamira, fundador del Partido Obrero, que consiguió el 2,48% de los sufragios. Altamira acudió a Twitter en su intento de superar el 1,5% del padrón electoral necesario para competir en las presidenciales de octubre, y su campaña llamada #unmilagro despertó tantas simpatías que comenzó a difundirse de manera sorprendente.

La que casi resultó expulsada del escenario electoral fue Elisa Carrió, la segunda candidata más votada en los comicios presidenciales de 2007. Además han quedado afuera tres candidatos de los diez que esperaban presentarse a las presidenciales.

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* Artículo aparecido el 16-08-2011 en el diario español Público

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