viernes, 2 de septiembre de 2011

La Unión Europea bloqueará el petróleo de Siria

Desde este sábado el Diario Oficial de la Unión Europea cuenta con una directriz más: la prohibición de importar petróleo sirio o cualquiera de sus derivados. Pero aunque la medida se extiende a todo derivado del crudo, no entrará en vigor hasta el 15 de noviembre, a petición de Italia, para garantizar la entrega de contratos ya pactados.
Ésta es la quinta ronda de sanciones de Los Veintisiete, que ya había prohibido el ingreso a su territorio a 50 personas relacionadas con el régimen, incluido el presidente sirio Bashar al Assad, y que además había impuesto un embargo de armas y la prohibición de comerciar con nueve empresas próximas al Gobierno.

¿Cómo afectará esta decisión a las exportaciones y a la economía de un país cuya posición estratégica es fundamental?

Para la Unión Europea, no supondrá un gran sacrificio prescindir del petróleo de Siria. Según la agencia de estadística europea Eurostat, sólo el 1,5% del petróleo que importa el bloque proviene de Siria (en comparación, de Libia se exporta casi el 10% del petróleo que consume la Unión). Esto significa que la Unión Europea dejará de pagar a Siria 4,1 millones de dólores al año. Una cifra no muy cuantiosa.
El daño a la economía siria, en cambio, es considerable. El 94% de sus exportaciones van a parar a la Unión Europea, sobre todo a Alemania (32%), Italia (31%), Francia (11%), Holanda (9%) y Austria (7%), de acuerdo con la Agencia de Información a la Energía estadounidense (EIA).
Al mismo tiempo, lo que Siria exporta a Estados Unidos es irrelevante, más allá de que el pasado 18 de agosto el presidente Barack Obama anunciara el bloqueo de las exportaciones petroleras y la prohibición a ciudadanos de su país de invertir en el país de Bashar Al Assad.
En 2010, Siria exportó unos 385.000 barriles por día, una producción muy lejana a la que llegaba en 1995 con sus 610.000 barriles diarios. Quien se encarga de toda esta extracción de petróleo es un consorcio formado en un 50% por la Compañía Estatal de Petróleo Sirio y en su otra mitad sostenida sobre todo por la multinacional anglo-holandesa Shell (con una participación del 32%).
La producción de petróleo y gas representa en Siria un 20% del PIB nacional (es decir, una quinta parte del producto interior bruto), así que es cierto que el Gobierno de Al Assad verá reducidos sus ingresos, pero como los beneficios estatales provienen sobre todo de la agricultura, el bloqueo europeo no es necesariamente una estocada mortal para la economía nacional.
No obstante, la importancia de Siria no se limita a la producción petrolífera: su posición estratégica lo convierte en una nación clave por el llamado gasoducto árabe, un conducto de 1.200 kilómetros de longitud que se extiende desde Egipto hasta Libia y que pasa también por Jordania y Siria, además de involucrar al Líbano y a Turquía.
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Artículo publicado el 02-09-2011 en Infobae América

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