martes, 27 de enero de 2015

Cristina Fernández reforma los servicios secretos de Argentina

BUENOS AIRES.- La presidenta argentina Cristina Fernández ha decidido disolver la Secretaría de Inteligencia (SI), que será sustituida por la Agencia Federal de Inteligencia con un director y un subdirector propuestos por el poder Ejecutivo, pero que deberán ser aceptados por el Senado.
 
Cristina Fernández durante su intervención en televisión. / REUTERS
 
En un mensaje grabado de casi una hora que emitieron todos los canales del país, la jefa de Estado anunció que estos cambios serán tratados por el Congreso en forma de proyecto de ley para "transparentar un sistema que evidentemente no ha sido de inteligencia y no ha servido a los intereses nacionales".

Esta decisión llega tras una semana en la que ha sido cuestionado el papel de los servicios de espionaje del Estado, y su alcance en la órbita política y en las pesquisas judiciales, principalmente la relativa al atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) que investigaba el fallecido fiscal Nisman.

"Esto era una deuda que teníamos desde el retorno de la democracia en 1983", sostuvo la mandataria. "Ni jueces, ni fiscales, ni funcionarios podrán contactarse con agentes de la nueva Agencia Federal de Inteligencia. La única forma que los funcionarios tendrán para contactarse con la Agencia Federal de Inteligencia será la institucional".

La presidenta también ha decidido transferir el sistema de escuchas que ordenan los jueces, hasta ahora en manos de Inteligencia, a la Procuración del Ministerio Público Fiscal. "Es el único ministerio que no depende del Ejecutivo, de la Corte, o del Poder Legislativo", dijo.

El proyecto de ley que ha ordenado Cristina Fernández para reformar los servicios de Inteligencia a también prevé la creación de una base de datos cuyos archivos no podrán clasificar a los sujetos por raza, religión u opinión política.
"A mí no me van a extorsionar, no me van a intimidar. No les tengo miedo. Que hagan las denuncias que quieran", dijo la presidenta
Hacía un mes que la jefa de Estado no comparecía ante la opinión pública a raíz de una fractura de tobillo, motivo por el cual se presentó ante las cámaras en una silla de ruedas.

La presidenta comenzó su disertación refiriéndose al comienzo del Gobierno de su esposo Néstor Kirchner, cuando "había dos hitos de la impunidad en la Argentina: uno, el terrorismo de Estado, cuyos responsables no habían sido juzgados; otro, el terrorismo internacional con dos atentados".

La mandataria se refería a los ataques a la embajada de Israel y a la AMIA que sacudieron el país en el lapso de dos años (1992 y 1994), y que causaron 29 y 85 muertos respectivamente.

"Al mes de diciembre, llegamos a 16 juicios de lesa humanidad, 558 condenados y más de 900 procesados. De la voladura de la Embajada de Israel y de la AMIA no hay un solo condenado ni detenido", recordó la mandataria.

'Caso Nisman'

El pasado 13 de enero, tras regresar precipitadamente al país, el fiscal Nisman denunció públicamente a la mandataria Cristina Fernández por intentar encubrir la supuesta responsabilidad de Irán en el ataque a la mutual judía a cambio de la firma de un memorándum entre ambos países para intercambiar petroleo iraní por granos. Cuatro días después, Nisman apareció muerto en el baño de su departamento con un disparo en la sien.

Fernández afirmó que llevaban seis años reclamando en la ONU la colaboración de Irán en la causa AMIA, y que el pedido de captura de Interpol contra sospechosos iraníes nunca entró en cuestión. En 2013, "logramos que Irán aceptara sentarse a discutir un memorándum de entendimiento para que la causa saliera de la parálisis permanente”", expuso.

A partir de ese momento, integrantes del servicio de Inteligencia "comenzaron a bombardear este acuerdo" en palabras de la mandataria. "Se intensificaron una serie de denuncias contra esta presidenta de lo más insólitas", dijo. "Comenzaron a sucederse con un ritmo de vértigo, con la complicidad de grupos de jueces, de fiscales, de denunciantes anónimos, periodistas, medios de desinformación, aparecieron denuncias con cuentas en el extranjero, cuentas en Suiza, todo tipo de denuncia contra esta Presidenta como nunca se ha visto en la democracia".

El memorándum no fue aprobado finalmente por el Parlamento de Irán, y además fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal argentina.

Fernández desmintió además que Nisman hubiera sido nombrado por Kirchner como investigador oficial del atentado, tal y como se había afirmado hasta ahora, y aclaró que su designación había sido iniciativa de la Procuración General [la jefatura de los fiscales]. "Solamente una ignorancia supina puede creer que un presidente puede designar a un fiscal en una causa", indicó. "La designación de Nisman nunca dependió del Poder Ejecutivo".

Primer imputado

Poco antes de que la presidenta le hablara al país, la Fiscalía que investiga la muerte de Nisman anunció la imputación del informático Diego Lagomarsino, excolaborador del fiscal fallecido, por haberle prestado el arma calibre 22 con el que Nisman perdió la vida.

Lagomarsino, según contó la mandataria en su cadena nacional, es hermano de un importante ejecutivo vinculado a las empresas de Clarín, una corporación mediática hoy muy enfrentada al Ejecutivo de Cristina. "Lagomarsino comenzó a tramitar su pasaporte el 14 de enero, el día que Nisman presentó la denuncia", reveló la mandataria. "Ahora el documento fue retenido", añadió la presidenta.
"Solamente una ignorancia supina puede creer que un presidente puede designar a un fiscal en una causa"
El experto informático podría pasar en la cárcel entre 1 y 6 años por entregar un arma de fuego a quien no tenía una credencial para usarla, de acuerdo al Código Penal argentino. La investigadora que lleva el caso, Viviana Fein, también "está evaluando las pruebas recolectadas y los testimonios para saber hasta dónde podría extenderse la imputación", según un comunicado de su Fiscalía.

El sábado, la funcionaria detalló que el disparo que mató al fiscal se había efectuado "sobre la oreja, sobre la piel o a una distancia no mayor a 1 centímetro; prácticamente apoyando el arma en el parietal derecho de la cabeza de Nisman".

El asesor de Nisman, que al parecer fue la última persona que lo vio con vida, se presentó a declarar ante Fein y reconoció que el arma hallada junto al cadáver era suya. Con 35 años, trabajaba para la Fiscalía desde 2007 y tenía en la actualidad un sueldo de 40.000 pesos [unos 4.000 euros], una cuantía inusualmente elevada.

El viernes, el diario Página12 publicó declaraciones de Lagomarsino realizadas a través de una jueza para explicar que cuando fue a ver al fiscal a su departamento, Nisman le había pedido su arma "por seguridad". El informático se retiró para ir a recogerla y luego regresó con la pistola.
Espionaje fuera de control

La información de la denuncia que Nisman estaba por presentar ante el Congreso la extrajo del exjefe de operaciones de la Secretaría de Inteligencia (SI) desplazado en diciembre por la presidenta, Javier Stiusso, muy vinculado a los servicios de espionaje de la CIA y el Mossad. Cuando Lagomarsino fue a ver a Nisman, el fiscal le había revelado que "el día anterior lo había llamado Stiusso y le dijo que se cuidara de la custodia y que, además, tuviera precaución con la seguridad de sus hijas".

Aunque Stiusso no fue nombrado en su discurso, Cristina Fernández sí observó en su discurso que no se podía "seguir manejando a la República Argentina de esta manera", y que tampoco se podía "tener sitiada a la democracia con el miedo y la extorsión".

"Tal vez este lamentable suceso de la muerte del fiscal Nisman sea como el hilo de Ariadna", aventuró la mandataria en alusión a la leyenda mitológica griega con la que Perseo pudo vencer al Minotauro. "A mí no me van a extorsionar, no me van a intimidar. No les tengo miedo. Que hagan las denuncias que quieran", avisó.

Versiones contradictorias

Este lunes también trascendió a la prensa las declaraciones de los custodios que debían proteger al fiscal cuando éste apareció muerto, a través de las cuales salen a traslucir dos versiones contradictorias de lo sucedido ese día.

Los custodios habían recibido un mensaje de Nisman para que estuvieran presentes a las 11 horas del domingo. Como el funcionario no aparecía, subieron a tocar el timbre de su departamento. Uno de ellos afirma que fue a las 14.30, mientras que el segundo alega que no fueron a llamarlo hasta las 17 horas.

Los agentes tampoco se ponen de acuerdo sobre el lugar en el que aguardaban a que apareciera el fiscal. El primero sostiene que esperaban con el coche en el aparcamiento del edificio, mientras que el otro asegura que se apostaron en el subsuelo debido a la lluvia, en donde no había cobertura de telefonía.



* Artículo aparecido el 27 de enero de 2015 en el diario español Público.

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