lunes, 16 de noviembre de 2015

Mucha retórica y pocas respuestas en el cara a cara entre los candidatos presidenciales de Argentina

A siete días de la segunda vuelta de las elecciones del próximo 22 de noviembre, el postulante del oficialismo Daniel Scioli y el opositor Mauricio Macri intercambiaron duros reproches y acusaciones en un debate que consiguió una audiencia récord

 

BUENOS AIRES.- Por primera vez dos aspirantes a la presidencia de Argentina se enfrentaron uno frente al otro ante la expectativa del llamado balotaje (segunda vuelta de los comicios). El debate, que se realizó este domingo en la facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y se retransmitió por todos los canales y emisoras del país, fue un acontecimiento histórico que marcó un récord de audiencia y se convirtió en el programa más visto en el año.

El encuentro se dividió en cuatro bloques: desarrollo económico y humano, educación e infancia, seguridad y derechos humanos, y fortalecimiento democrático. Cada candidato comenzaba con una exposición de dos minutos, a lo que seguían cuatro réplicas y contestaciones de un minuto para que se interpelaran.
 
Era la primera vez que Scioli, candidato por el Frente para la Victoria (FpV), participaba en un debate electoral, pues declinó participar en el anterior que enfrentó al resto de los cinco candidatos presidenciales previo a la primera vuelta de las elecciones del 25 de octubre. Como en aquella ocasión, los participantes del debate no podían interrumpirse, y lo cumplieron. En varias ocasiones, Scioli siguió hablando fuera del tiempo asignado. Apenas eran segundos, pero tuvo fue llamado al silencio por los moderadores repetidas veces.

Macri, que se postula a los comicios bajo el frente opositor Cambiemos, apeló al televidente en cada una de sus exposiciones dirigiéndose a él en singular y en tono familiar, al estilo de sus anuncios publicitarios durante la campaña electoral: “Quiero empezar hablándote a vos que estás terminando el fin de semana”, “nuestro único objetivo es trabajar todos los días para que te sientas mejor”, “te quiero proponer una revolución en la calidad educativa”, “todos tenemos que estar comprometidos”, “les quiero pedir que no nos resignemos”.

El líder de Cambiemos, jefe de Gobierno en la ciudad de Buenos Aires, estuvo al principio algo más elocuente en sus apelaciones a Scioli, que parecía preocupado y tenso sobre el escenario. Macri procuraba dirigirse a Scioli con desenvoltura y aparentando tranquilidad, mientras que el gobernador de la provincia de Buenos Aires solía mirar al frente y pocas veces le devolvió la mirada.


Tras inaugurar Macri el primer bloque temático, Scioli contratacó advirtiendo de que las propuestas de su rival eran un peligro para el conjunto de la sociedad, y le inquirió si iba a levantar el cepo, la limitación de compra de divisa extranjera que estableció el Gobierno desde 2011 para evitar la fuga de capitales. “No hagas de vocero mío, Daniel. Nosotros creemos que hay que expandir la economía, no ajustar. Ustedes son los que ajustaron", replicó el jefe de Gobierno porteño sin responder a la pregunta.

Scioli recordó entonces que Macri se había opuesto a la estatización de empresas como Aerolíneas Argentinas y la petrolera YPF. Su rival lo acusó de haber cambiado. “Argentina tiene que crecer en base a un Gobierno que diga la verdad. El problema es que el Gobierno kirchnerista ha mentido”, apuntó.

Scioli se mostró firme. “No pierdas el tiempo en querer debatir con un Gobierno que termina el 10 de diciembre”, a lo que su contrincante le contestó que representaba la continuidad de la actual gestión, y le preguntó si era cierta la pobreza que reflejan las cifras del cuestionado Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Fue la segunda pregunta sin ser respondida de cuantas seguirían. Scioli le señaló que no pensaba debatir sobre estadísticas ni sobre un Ejecutivo que estaba por terminar. Macri lo atacó con la devaluación que ha sufrido la economía argentina.

Más recriminaciones

Así se llegó al segundo bloque del debate, donde el candidato del FpV se definió como defensor de la educación pública y prometió infraestructura pública y un desarrollo de la ciencia y tecnología. Macri alegó que su principal preocupación eran los niños, y se comprometió a tener la mejor escuela pública de América Latina.

Siguieron las acusaciones salpicadas de promesas ambiguas también en el tercer tema, sobre seguridad y derechos humanos, en el que Scioli dijo que apostaría por la prevención y por políticas de inclusión, porque “con la devaluación se generan desigualdades que promueven la violencia”. Prometió, además, el blindaje de las fronteras, que resumió como orden, autoridad y legalidad.

El candidato de Cambiemos prometió, en su turno, una agencia nacional de seguridad, profesionalizar las fuerzas policiales y “volver a entrar con el Estado en los barrios más peligrosos”. Scioli presumió de tener experiencia en ese asunto y prometió reinvertir todos los bienes confiscados al narcotráfico en la salud pública de los adictos.

En el último bloque, sobre fortalecimiento democrático, Scioli trató de acorralar a su rival con YPF, y Aerolíneas, empresas recuperadas durante el Gobierno de Cristina Fernández. “Veníamos a intercambiar propuestas, pero insistes en generar miedo. Nosotros pensamos que podemos vivir mejor”, fue la respuesta de Macri al esquivar el tema. El candidato conservador anunció que pedirá sanciones contra Venezuela en la Unasur e inquirió a su rival si haría lo mismo, pero éste no dio precisiones al respecto.

En términos generales, el reconocido periodista y escritor argentino Eduardo Anguita explicó a Público que el debate “había sabido a poco” porque las respuestas fueron elusivas y las preguntas que se hicieron entre sí los dos candidatos eran, en su mayoría, “retórica para tratar de captar emocionalmente a la audiencia y no para formular preguntas precisas de cara a la posible gestión”.

“Se hizo mucha referencia a la devaluación y en ningún momento ninguno dijo con qué batería de modificaciones a la actual situación económica financiera piensa llevar la situación fiscal, el comercio exterior y la cotización de la moneda, que es el centro de las preocupaciones de buena parte de la sociedad y de observadores más calificados”, concluyó Anguita.

*  Artículo aparecido el 10 de noviembre en el diario español Público.

 

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