"Todo buque que se proponga transitar entre puertos ubicados en la Argentina continental y las Malvinas o atravesar aguas jurisdiccionales argentinas a Malvinas, o cargar mercadería entre estos puertos, tendrá que solicitar autorización previa al Gobierno argentino", señala el decreto.
El presidente de la Cámara de los Comunes británica, Nicholas Winterton, calificó la medida de "patética e inútil" y solicitó una reunión con funcionarios del ministerio al reanudarse las sesiones del Parlamento la próxima semana. Además, el secretario del grupo mixto parlamentario sobre las Malvinas, el diputado conservador Andrew Rosindell, ha pedido al Foreign Office que convoque al embajador de Argentina.
Sin embargo, el ministerio británico no ha dado tanta importancia al decreto argentino. "Esto no afecta a las aguas territoriales de las Falklands [como Londres designa a las Malvinas], que están controladas por las autoridades de la isla", señaló Exteriores.
En 1982, Argentina fue derrotada en una guerra que emprendió contra Reino Unido para recuperar la soberanía del archipiélago. Ambos países mantienen una disputa sobre las islas que se remonta a 1833, cuando pasaron a control británico.
"Hay numerosas resoluciones de la ONU en las que se pide que ambos países reanuden las conversaciones para arribar [llegar] a un acuerdo en materia de soberanía y que ninguna de las partes tome acciones unilaterales en la zona", afirmó la presidenta Fernández. "Estas [resoluciones] han sido desoídas sistemáticamente por Reino Unido, que se niega a sentarse a discutir como ordena la ONU", añadió.
El Gobierno argentino creará una comisión permanente integrada por varios ministerios con el fin de coordinar las acciones necesarias para hacer cumplir el decreto. También ha anunciado que presentará una reclamación ante las Naciones Unidas el próximo junio.
Estas medidas se han dispuesto ante la llegada este viernes de una plataforma petrolífera que iniciará una serie de exploraciones al norte de las islas para determinar si hay o no petróleo.
Los geólogos creen que en el área alrededor de las Malvinas podría haber importantes reservas energéticas, si bien exploraciones en la llamada cuenca norte de las Malvinas en 1998 no llevaron a que se iniciara ningún tipo de explotación.
No es esta la única reacción del Gobierno argentino ante el inminente comienzo de las perforaciones petrolíferas en las aguas que rodean el archipiélago. Días antes, las autoridades argentinas prohibieron que un barco de las islas Man (territorio británico) embarcara tubos petroleros en un puerto bonaerense porque procedía de las Malvinas, según explicó la Cancillería.
* Artículo aparecido en Público el 18-02-2010.
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