lunes, 27 de septiembre de 2010

El valor de la palabra

¿Alguna vez se ha preguntado por qué “damos” nuestra palabra “de honor” cuando queremos que se confíe en lo que decimos? ¿Nuestra palabra no es de por sí honorable?

Existía una época en la que la palabra era un valor por sí misma. No se necesitaban aclaraciones ni testimonios por escrito, porque la palabra era inviolable aunque no hubieran pruebas materiales de lo dicho.

Ahora vivimos en una sociedad que asiste paralizada a un recorte de garantías sociales que se consiguieron a base de continuas luchas en el siglo pasado. No nos movimos con el desfalco que hicieron los bancos y que pagamos entre todos con dinero público, y así se dieron carta blanca para seguir impunemente con reformas laborales, despidos, precarización del empleo o congelación de salarios. Del hilo están suspendidos miles de trabajadores con una existencia precaria, nos eliminan derechos universales de un día para otro, y sin embargo la gente sólo sale a la calle para festejar cualquier victoria en los partidos de fútbol.

Del mismo modo que no cuidamos nuestros derechos, tampoco cuidamos de la palabra. Ambos pierden su significado, y nos hemos acostumbrado a que así sea.

Si funcionáramos en un sistema político respetable, los políticos podrían ser procesados, o inhabilitados en el ejercicio de la función pública, por las promesas que hicieron y no cumplieron. La impunidad es tal que presentan sus propuestas hasta por escrito, en lo que luego tratan de sacralizar con el nombre “Programa de Gobierno”.

Una vez alcanzado el poder, se pierde el valor de la palabra oral y escrita. No importan los compromisos realizados, y los discursos de antaño se desvelan como sugerentes campañas de imagen que sólo pretendían seducir y comprar.

Si nosotros no somos capaces de darle valor a la palabra, perdemos un derecho más. La política será un espacio de marketing donde cualquiera puede proclamar lo que quiera sin que luego sus acciones se verifiquen con su palabra.

He aquí un recordatorio de qué nos aseguraba el presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, no hace tanto tiempo. ¿Qué haremos en esta ocasión?





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