Néstor Kirchner, esposo de la actual presidenta Cristina Fernández, ha muerto en el aniversario del bicentenario de su país, un 2010 que estaba destinado a ser un año patriótico lleno de festejos para conmemorar la independencia de Argentina. Desde ahora este 2010 será también recordado por el fallecimiento de un político de gran envergadura.
El ex presidente murió de improviso poco antes de las 10 de la mañana (casi 15:00h en España) en la ciudad del Calafate, provincia de Santa Cruz (sur del país) por un “paro cardiorrespiratorio con muerte súbita”, de acuerdo con el equipo médico presidencial. Había sido ingresado sobre las 07:00 en el hospital José Formenti acompañado de Cristina Fernández, tras haber sufrido una descompensación cardíaca en su residencia.
Ahora queda en duda lo que significará el fallecimiento de Néstor Kirchner en la política argentina ante las próximas elecciones presidenciales de 2001. Él fue la figura fundamental de lo que se ha llamado kirchnerismo, que reúne en torno a sí gran parte de las bases peronistas. “Será deficil imaginar este modelo sin él” reconocía ayer Agustín Rossi, jefe del bloque de diputados oficialistas.
La actual presidenta argentina debería convertirse ahora en la principal referencia del kirchnerismo para no perder la fuerza que hasta ahora le ha permitido alcanzar la presidencia. Se trata, en realidad, de mantener unido todo el aparato social y político que tenía como gran líder a su marido y que ahora necesita no sólo para ganar los próximos comicios, sino para mantenerse en el Ejecutivo. Por eso no deberían descartarse cambios en el actual Gobierno, con el fin de darle un carácter propio, ya independiente de Néstor Kirchner, que le permita no perder terreno ante la oposición.
Lo más probable es que Cristina Fernández sea la próxima candidata por el Frente Para la Victoria, aunque el hueco que ahora deja su marido podrá ser aprovechado por sus rivales políticos, sobre todo los que pertenecen al peronismo disidente (es decir, contrario a los Kirchner) como el ex presidente Eduardo Duhalde o el ex gobernador de la provincia de Santa Fe Carlos Reutemann. También puede salir beneficiado el propio vicepresidente Julio Cobos, perteneciente a la Unión Cívica Radical, el otro gran partido histórico junto al peronismo.
Kirchner
Apenas tenía 60 años, pero la fragilidad de su salud había quedado en evidencia en los últimos meses. En febrero cundió la alarma cuando el ex presidente tuvo que ser operado de urgencia debido a una repentina obstrucción que sufrió en la arteria carótida derecha.
“Los médicos se enojan, pero tenía que levantarme de la cama para luchar” dijo Néstor Kirchner tras salir de aquella intervención quirúrgica. “El amor y el sentimiento me han fortalecido el corazón (…) En mi caso particular les quiero decir que no tengo otro destino que estar junto a ustedes”.
El pasado 11 de septiembre, volvió a ser sometido a una cirugía de improviso tras un problema que sufrió en una arteria coronaria.
Hasta la presidenta Cristina Fernández reconoció públicamente hace unas semanas que había reprendido a su esposo por trabajar a un ritmo demasiado intenso. En abril de 2004 Néstor Kirchner ya había sido internado durante seis días en un hospital de la provincia de Santa Cruz debido a una hemorragia causada por una gastroenteritis erosiva aguda. A los pocos meses, en febrero de 2005, se sometió a un chequeo médico, y en enero de 2006, volvió a preocupar su estado de salud cuando se dio conocer que había sufrido una descompensación gástrica.
Desde 2009 se desempeñaba como diputado nacional del Frente Para la Victoria, la coalición que lo llevó al poder en 2003 y que también apoyó a su esposa para que lo sucediera en el Gobierno al término de su gestión, en 2007. Hay quienes consideraban que Kirchner gobernaba a la sombra de Cristina Fernández, aunque los dos insistían en que el actual Ejecutivo tan sólo profundizaba las medidas del Gobierno anterior. “La que decide es ella”, indicó en una ocasión Néstor Kirchner. “Ella tiene todo lo que hay que tener y somos soldados que la estamos acompañando”.
Reacciones
Tras la noticia de la muerte de Kirchner, funcionarios del Gobierno se trasladaron ayer desde Buenos Aires hasta el Calafate. Todos los partidos, además, han dejado por el momento sus diferencias de lado y han mostrado su consternación por el repentino fallecimiento del marido de Cristina Fernández.
Uno de los primeros en manifestar su pesar por la muerte del ex presidente ha sido el actual vicepresidente Julio Cobos, que mantiene un enfrentamiento abierto con el actual Gobierno. “Murió un gran presidente de la Nación”, afirmó ayer. “Me pongo a disposición de la Presidenta por esta situación de dolor”.
“Nuestro país lo necesitaba tanto a este hombre. Se fue alguien indispensable”, sostuvo por su parte la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.
Los restos de Néstor Kirchner recibirán sepultura el próximo viernes en el cementerio municipal de su ciudad natal, Río Gallegos, en la provincia de Santa Cruz. Hoy a las 10:00 (hora argentina), tendrá lugar el velatorio del ex presidente en el palacio de Gobierno de Buenos Aires, la Casa Rosada. Se prevén al menos tres días de luto nacional y el cese de todas las actividades en un país que ayer sólo estaba preparado para la realización del Censo Nacional de Población.
Desde primera hora las banderas ondeaban a media asta, y miles de personas acudieron a la Plaza de Mayo para rendir homenaje a un hombre y a un político que dejó para siempre su impronta en la historia de Argentina.
* Artículo aparecido el 28-10-2010 en el diario español Público.
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