La joven presentó en Madrid la carta de invitación de una familia alemana que la iba a hospedar durante su estadía, pero las autoridades españolas la rechazaron porque no estaba certificada. El consulado alemán en Argentina, en cambio, le había confirmado a Quiroga que el documento era legítimo.
Fue entonces cuando la enviaron a un salón de Barajas, en donde también se encontraban retenidos otros viajeros procedentes de Nigeria, de Senegal, de Argelia, de Nicaragua, de Venezuela, de Paraguay y de Estados Unidos. “Estuvimos todos juntos, y nos acompañamos en la incertidumbre, en la agonía y en la inseguridad jurídica que estábamos viviendo”, relató Quiroga a Público.
La estudiante no ha tenido por ahora ninguna noticia del consulado español, pero afirma que está consultando su situación con abogados de derecho internacional. “No tengo nada que decir contra los españoles”, indica. “Sí contra el sistema de la Unión Europea y con la información que ellos manejan. Lo que yo quiero es que las autoridades pertinentes pongan las reglas claras a nivel internacional, y que se maneje una información pública, correcta y veraz para que ningún ciudadano del mundo vuelva a sufrir lo que nos tocó a nosotros”.
La semana que viene una comisión técnica de la Cancillería argentina viajará a España para acordar mecanismos más flexibles en torno a la política migratoria española. Así se decidió el pasado lunes tras un reunión del vicecanciller argentino Alberto D’Alotto y el secretario de Estado español de Asuntos Exteriores e Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia, dada la “preocupación” del Gobierno argentino por la frecuencia con la que ciudadanos argentinos son expulsados de España.
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