sábado, 2 de abril de 2011

Primeras condenas por la Operación Cóndor

Por primera vez la Justicia argentina ha reconocido los delitos de lesa humanidad perpetrados en el marco del Plan Cóndor. El pasado jueves, un ex militar y tres civiles fueron sentenciados por los crímenes de lesa humanidad que cometieron en Automotores Orletti, que fue no sólo un centro clandestino de detención durante la última dictadura argentina (1976-1983) sino además una de las bases operativas de la campaña de represión que coordinaron las dictaduras del Cono Sur entre la década de 1970 y 1980.

El ex general Eduardo Cabanillas, por entonces jefe de Automotores Orletti, fue quien recibió la pena más dura: cadena perpetua por cinco casos de "homicidio calificado por su comisión con alevosía”, y 29 delitos de “privación ilegítima de libertad (...) agravadas por mediar violencia y amenazas” y de “imposición de tormentos”.

Otros dos de los imputados, los ex agentes de la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) Eduardo Rufo y Honorio Martínez Ruiz, fueron condenados cada uno a 25 años de cárcel por 65 casos de “privación ilegítima de libertad” y 60 delitos de torturas. Por último, el ex agente de inteligencia del Ejército Raúl Gulielminetti, procesado por cometer estos mismos crímenes contra una veintena de personas, fue sentenciado a 20 años de prisión.

Bajo el nombre de Automotores Orletti se conoce al centro clandestino de exterminio que funcionó de junio a noviembre de 1976 en lo que antes había sido un taller mecánico. Los militares se referían a este lugar como “el Jardín”. La SIDE, junto con el Ejército argentino y miembros de las Fuerzas Armadas uruguayas, estuvo a cargo de la represión. Allí fueron torturadas unas 300 personas, muchas de ellas extranjeras.

Por eso Uruguay ha recibido con especial júbilo la sentencia, dado que se calcula que por Automotores Orletti pasaron decenas de prisioneros de este país. “Estoy emocionada. Esto es un poco de justicia cuando se necesita tanto” confesó Macarena Gelmán, nieta recuperada del poeta argentino Juan Gelman. “Para mí implica además un reconocimiento muy esperado de todo lo que sucedió”.

La madre de Macarena, María Claudia García, estaba embarazada cuando fue detenida y trasladada junto con su marido a Automotores Orletti. Él fue asesinado, mientras que ella fue enviada a Uruguay, donde dio a luz en cautiverio. Madre e hija fueron separadas, y Macarena terminó siendo apropiada por la familia de un oficial de policía. En el año 2000 pudo recuperar su identidad gracias a Juan Gelman, y a Abuelas de Plaza de Mayo, que no habían dejado de buscarla.

También Francia ha dado la enhorabuena a la Justicia argentina. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores definió ayer como ejemplar la condena a cadena perpetua del ex general Eduardo Cabanillas, y recordó que tanto Argentina como su país han impulsado la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas Contra las Desapariciones Forzosas, que ya cuenta con el apoyo de 91 países desde que entrara en vigor en diciembre pasado.


* Artículo aparecido el 2-04-2011 en el diario español Público.

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