Ban Ki-moon tuvo que recorrer en autobús 700 kilómetros, pero al menos fue agasajado con un cumpleaños feliz en la gasolinera mientras disfrutaba de algunos alfajores (típico dulce argentino). La presidenta, Cristina Fernández, se disculpó bromeando: "No tenemos nada contra los chilenos, pero las cenizas son de ellos".
Lo mismo le ocurrió al presidente electo de Perú, Ollanta Humala, también de gira oficial por la región, al tener que viajar en barco desde Montevideo a Buenos Aires. La ceniza afecta incluso al fútbol, ya que es posible que se reprograme la Copa América, que tenía previsto empezar el 2 de julio.
Cientos de vuelos anulados
Estos son sólo casos anecdóticos del caos que ha provocado en el Cono Sur la ceniza volcánica procedente de la cordillera chilena de Los Andes. Centenares de vuelos han sido anulados y más de 100.000 personas se han quedado varadas en los aeropuertos a lo largo de los últimos cinco días. La nube de cenizas ha llegado a Australia y a Nueva Zelanda e incluso ha obligado a suspender dos rutas desde Barajas.
También se ha visto afectado el sur de Brasil, donde la ceniza volcánica ha llegado a los 3.000 metros de altura. La situación también es complicada en la Patagonia argentina, sobre todo en las ciudades turísticas de Bariloche (suroeste del país) y Villa La Angostura, un pueblo situado a 90 kilómetros del volcán que ha quedado cubierto por una capa de cenizas de 30 centímetros de espesor.
Las provincias argentinas más afectadas han sido las de Río Negro, Neuquén y Chubut, que se han declarado en estado de "emergencia agropecuaria". Algunas localidades se han quedado sin energía eléctrica, los colegios están cerrados y los expertos prevén que la erupción siga al menos dos días más.
* Artículo aparecido el 15-06-2011 en el diario español Público.
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