El ex capitán de la marina Alfredo Astiz, uno de los representantes más significativos de la dictadura argentina (1976-1983), permanecerá por ahora en Argentina. La Corte Suprema de Justicia rechazó por “improcedente” un pedido de Francia que esperaba extraditar al represor, más conocido como “el ángel de la muerte”, para juzgarlo por la desaparición de dos monjas francesas durante el régimen militar.
Según el máximo tribunal, "la
jurisdicción penal argentina se está ejerciendo sobre la base del principio de
territorialidad”, que establece que los delitos serán investigados en el lugar donde se
perpetraron.
En una resolución de varias hojas, los jueces subrayaron que Francia
no tiene “facilidades notoriamente mayores que la República Argentina
para conseguir las pruebas del delito", y que dado que Astiz ya tiene
abierta una causa en el país, el acusado no puede ser juzgado dos veces por el
mismo delito.
En abril de 2010 otro tribunal argentino se opuso a la
extradición del ex marino, pero Francia reclamó entonces a la Corte Suprema, sin éxito. Ahora
deberá esperar a que la causa sobre el asesinato de las religiosas Leónie
Duquet y Alice Domon se resuelva en este país.
La insistencia de Francia en este caso tenía por objetivo "prevenir
decisiones absolutamente sorprendentes" por parte de la Justicia argentina, según
reveló hace más de un año la abogada de las familias de las monjas Sophie
Thonon. Para la letrada, era importante insistir en la extradición de Astiz para
evitar que la Justicia
argentina pudiera volver a condenar con “penas irrisorias” a ex militares del
régimen de represión. Thonon, que acusó a los jueces argentinos de permitir “algunas
exoneraciones penales escandalosas”, aseguró que Francia debía “prevenirse ante
una situación idéntica en el caso Astiz”.
En 1990, la Justicia
francesa condenó en ausencia al ex marino por el secuestro y asesinato de las
dos monjas, mientras que el Gobierno galo solicitaba a Argentina ese mismo año,
por primera vez, la entrega del ex marino. Llegaron después otros pedidos de
extradición, en 2001 y en 2003, que fueron siempre desestimadas por el país
latinoamericano.
Astiz ha sido reclamado además por Suecia, España e Italia.
Este último país, de hecho, también lo condenó en ausencia a prisión perpetua
por la desaparición de tres italianos. Mientras tanto, Astiz cumple prisión
preventiva en una cárcel de la provincia de Buenos Aires como imputado en la
megacausa del centro clandestino de detención ESMA, que desde 2009 investiga a
19 personas por la desaparición de las monjas y del periodista argentino
Rodolfo Walsh, entre otras víctimas.
El “ángel de la muerte” pasó a la fama por servirse de su aire de inocencia para
infiltrarse dentro de Madres de Plaza de Mayo como hermano de un desaparecido.
En diciembre de 1977 aquel joven rubio y de ojos azules, asiduo de un grupo de
activistas de derechos humanos, señaló con un beso a las monjas francesas y a
las fundadoras de Madres, que horas después fueron secuestradas, torturadas, y
lanzadas en vida al río de la Plata
con los llamados “vuelos de la muerte”.
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