Bolivia celebró este domingo elecciones judiciales y no
políticas, pero en el país andino se interpretan los resultados de estos
comicios como un plebiscito a la gestión de quien impulsara este proceso
inédito, el presidente Evo Morales.
Hasta que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) difunda los
resultados oficiales, a más tardar el 29 de octubre, las únicas cifras
disponibles son las de una consultora, Ipsos Apoyo, que realizó un sondeo a
boca de urna para el canal privado de televisión ATB. Según esta empresa, los
votos nulos y blancos rozan el 60%, frente a un 39% de sufragios válidos. La
oposición, que hizo campaña para que la ciudadanía invalidase su papeleta,
celebró que los votos nulos alcanzan supuestamente el 45%.
Con el rostro serio y sin sonreír en ningún momento, el
presidente Evo Morales compareció tras el cierre del proceso electoral para
señalar todo lo contrario. “La participación del pueblo boliviano fue todo un
éxito”, sostuvo. “Quienes invitaron a boicotear estas elecciones fracasaron”.
Lo mismo salió a respaldar el presidente del TSE, Wilfredo
Ovando. "De algo que estamos seguros es que hubo una asistencia masiva de
la población en este proceso electoral" indicó el magistrado.
El supuesto fracaso de la votación puede achacarse a dos
motivos. El primero hace énfasis en la poca información que tuvo la población
sobre los 115 candidatos. El segundo recuerda el descontento indígena que ha
erosionado en las últimas semanas el apoyo a Morales por su afán de construir
una carretera en un parque natural.
Unos 5,2 millones de bolivianos debían elegir a los 56
magistrados de los cuatro máximos tribunales del país. La oposición, que ha
proclamado la derrota del presidente en estos comicios, no olvida que desde
2005, Evo Morales ha ganado con mayoría absoluta los seis procesos electorales
celebrados en el país.
Éste sería el primer varapalo en las urnas que recibe el
presidente desde que llegara al poder, hace casi seis años.
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