Desde que falleciera de improviso el 27 de octubre de 2010 por un "paro cardiorrespiratorio no traumático", Néstor Kirchner ha seguido presente en la vida política de Argentina. No podría haber sido de otra manera. Entre 1989 y 2011, el peronismo ha gobernado este país durante 20 de 22 años y los últimos nueve han estado en manos del kirchnerismo, una variante peronista que se identificó rápidamente con su dirigente.
Antikirchneristas
La fuerza de este nuevo rumbo político fue tal, que los peronistas disidentes, es decir, los no alineados con el matrimonio presidencial, pasaron a ser denominados los anti-kirchneristas. Pero de un día para otro, y a falta de un año para las elecciones presidenciales, desapareció el político argentino más influyente de las últimas décadas, el que además, según se presumía, iba a ser el candidato que sucedería a Fernández.
El mérito de la presidenta ha sido el de dominar en poco tiempo los espacios que controlaba Kirchner a pesar de que ella era la mandataria. "Cristina goza de una relación muy prolífica con los argentinos", explica a Público Jorge Giacobbe, director de la consultora Giacobbe y Asociados. "Hay que tener en cuenta que estamos votando ante una situación de amenaza de crisis y, en medio de todo esto, la sociedad le va a procurar un 52% de respaldo, lo que quiere decir que la gente cree que ella sabe cómo seguir".
"Y, sin embargo, dos años después, Cristina ganará las elecciones presidenciales" sostiene Giacobbe. "El electorado de Argentina va dar una vuelta de campana sobre su decisión anterior. Estamos ante un giro impresionante, así que no creo que semejante cambio tenga demasiada relación con Kirchner. Al revés, de ser así, la presidenta saldría perjudicada".
Esto no significa que la influencia de su marido se haya evaporado. "Si su figura sigue siendo relevante es porque su recuerdo no es inoportuno. Lo que molestaba eran sus formas, su aspereza. La mayoría de las personas somos mejores una vez nos morimos, precisamente porque ya no estamos", añade el director de la consultora.
"El kirchnerismo ha construido un mito propio, un relato que ya no viene a cuento si es verdad o no. Pero Cristina Fernández ha liberado su potencial a partir de la desaparición de su jefe y, de este modo, ha podido establecer un nuevo contrato con la ciudadanía que tiene éxito", dice Giacobbe.
Empatía femenina
Algo inusual que muestran
las últimas encuestas es una mayor aprobación de la presidenta entre las
mujeres que entre los hombres al contrario de lo que sucedió en los
anteriores comicios y que en parte se atribuye a la empatía que
despierta la fortaleza de la mandataria a la hora de seguir adelante con
el proyecto que comenzó su esposo. Atrás quedan los recelos sobre un
debate omnipresente que se preguntaba quién gobernaba en realidad el
país desde 2007, cuando Cristina Fernández sustituyó a Néstor Kirchner al frente del Ejecutivo.Es muy probable, en cualquier caso, que la viudez de la mandataria haya dulcificado su relación con los argentinos, pero este no parece ser el motivo determinante de su popularidad. Sí han influido, en cambio, las políticas sociales impulsadas por la presidenta, como la asignación universal por hijo o la nacionalización de las pensiones.
Sin la proyección que le dio su marido, seguramente nunca hubiera llegado al poder, pero lo cierto es que ahora Cristina Fernández deberá responder sola, con cuatro años más de Gobierno por delante, a un respaldo electoral sin precedentes.
* Artículo aparecido el 16-10-2011 en el diario español Público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario