viernes, 27 de enero de 2012

Cristina Fernández regresa con el reclamo de las Malvinas



Tras 21 días de convalecencia médica por una operación en la tiroides, la presidenta argentina Cristina Fernández ha reasumido sus funciones y no ha perdido el tiempo a la hora de recuperar el que ha sido el mayor asunto de controversia durante su ausencia: el conflicto con Reino Unido por las islas Malvinas, que fueron invadidas por los ingleses en 1833, y cuya soberanía reclama desde entonces el país latinoamericano.

Durante su primer acto oficial, Cristina Fernández no dejó pasar el calificativo de “colonialista” que días antes el ministro británico David Cameron había adjudicado a Argentina. “El año que viene se van a cumplir 180 años de la usurpación que hizo el Gobierno de Reino Unido [de las islas], que echó a los argentinos que estaban allí y transplantó ingleses aquí”, recordó la presidenta.

Desde la Casa Rosada, la mandataria anunció la desclasificación de un documento, protegido hasta ahora como secreto de Estado, que juzgaba el desempeño de las Fuerzas Armadas durante la ocupación argentina de las Malvinas en 1982. El informe Rattenbach fue elaborado por una comisión de castrenses a pedido de la Junta Militar que gobernaba el país por entonces, y establece las responsabilidades de aquella precipitada intervención que terminó por hundir a la dictadura (1976-1983).
  
Recursos naturales

Muy seria al respecto, Fernández indicó que el reclamo de la soberanía argentina que tanto molesta en Reino Unido “también abarca la defensa de nuestros recursos naturales, porque están depredando nuestro petróleo y nuestra pesca”.

“Nadie”, aclaró la mandataria, le pide además “a los habitantes de las Malvinas que dejen de ser ingleses, como no se lo pedimos a ningún español, ni a ningún italiano, ni a ningún ucraniano”, aclaró.

La mandataria descartó una vez más cualquier tipo de intervención militar, y explicó que su Gobierno seguirá con la política de recordar “a nuestros muertos”, y de reclamar “que se cumpla la resolución de Naciones Unidas para que el Reino Unido se siente a dialogar y a negociar sobre esta cuestión”. 

Al margen de este asunto, Cristina Fernández se mostró molesta por los comentarios suspicaces que se originaron cuando su equipo médico certificó, después de su intervención quirúrgica del 4 de enero, que en realidad era un tumor benigno lo que al principio había diagnosticado como un carcinoma papilar en la tiroides. "Faltó que opinara la Organización Mundial de la Salud”, adujo. “Ahí algunos quedaron muy desnudos. Yo le agradezco a todos los que no se alegraron, que se ve que son más”, indicó.

Con una clara cicatriz en el cuello, y sin ocultar su ironía, la mandataria dijo que no había querido cubrir la herida con un pañuelo porque en ese caso Clarín, el periódico más vendido del país, iba a decir al día siguiente: “ésta no se operó”. “Saben que la estética me puede, pero la política está antes que la estética”, defendió.

Cristina Fernández contó también cómo se sintió cuando le comunicaron que no tenía cáncer. “Me dieron el resultado. Entonces me senté con unas fotos, esas típicas mías con él [su antecesor y difunto marido, Néstor Kirchner]. Me dijeron que no habían encontrado células cancerígenas en los nódulos, pero sí otro nódulo que no había aparecido antes. Ese fue el único momento en que me puse a llorar”, admitió.


*Artículo aparecido el 26-01-2011 en el diario español Público.

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