
"La cirugía de la señora presidenta se realizó sin ningún inconveniente ni complicaciones", informó el portavoz presidencial, Alfredo Scocciamarro. "Durante la intervención, que duró alrededor de tres horas y media, se le realizó una tirodectomía total, presentando una buena recuperación postoperatoria inmediata". El portavoz de la mandataria aseguró que ya estaba despierta y, que desde ese momento, recibiría "los cuidados correspondientes".
La presidenta, de 58 años, había sido internada a primera hora de la mañana en el hospital privado Universitario Austral, perteneciente al Opus Dei y situado a 50 kilómetros de Buenos Aires.
El pasado 28 de diciembre se hizo público el tumor maligno que aquejaba a Fernández. Los doctores ya habían adelantado que, tras la operación, la jefa del Estado podría recuperarse con rapidez y que no tendría necesidad de recurrir a quimioterapia por "la ausencia de compromiso en los ganglios linfáticos y la inexistencia de metástasis".
La convalecencia de la jefa de Estado argentina se extenderá hasta el 24 de enero, porque
todavía debe someterse a un tratamiento para eliminar posibles restos
de tumor que no hayan sido extirpados durante la cirugía. Será tratada
con yodo radioactivo, lo que implica que deberá pasar ciertos periodos
aislada.
Hasta
que reciba el alta, cientos de personas pertenecientes a agrupaciones
oficialistas acamparán frente al hospital para mostrarle su apoyo.
Algunas, que se han instalado con tiendas de campaña y hasta con
parrillas para cocinar, realizan una vigilia desde el lunes con el fin
de "hacerle el aguante" a la "morocha".
Está previsto que Fernández esté internada en el hospital 72 horas. Después se trasladará a su residencia de El Calafate (en la Patagonia, al sur del país) para pasar allí el resto del tiempo que le han concedido de licencia médica. Durante 20 días, su vicepresidente, Amado Boudou, la sustituirá.
Boudou no ejercerá su cargo interino desde la Casa Rosada, sino en la sede central del Banco Nación, situado enfrente. El despacho reservado para el vicepresidente en la Casa Rosada está ahora en remodelación, dado que no se encontraba en condiciones de ser ocupado. La oficina había quedado en desuso porque el vicepresidente del anterior Gobierno, Julio Cobos, terminó distanciándose de la mandataria. A los seis meses, se trasladó al Senado, donde también tenía un despacho como titular de la Cámara Alta.
Cuando la semana pasada se refirió a su enfermedad, Fernández fue la primera en reconocer de manera implícita que se hubiera generado un gran problema de haberse descubierto su tumor cancerígeno unas semanas atrás, cuando el que estaba a cargo de la vicepresidencia era Julio Cobos, con el que prácticamente había dejado de hablarse.
El mayor conflicto que tuvieron ambos fue en junio de 2008, cuando el exvicepresidente confirmó su alejamiento definitivo del Gobierno al sentenciar con su voto el rechazo parlamentario a un proyecto de subida de impuestos a la exportación de granos, que también impugnaban las patronales agropecuarias. Este gesto le consagró, desde entonces, como "traidor".
Con la tranquilidad del nuevo vicepresidente, que no pondrá en juego su confianza, Fernández pasó ayer sus últimas horas antes de la operación en la residencia oficial de Olivos, a las afueras de Buenos Aires. Según trascendió a la prensa, sólo recibió visitas "en calidad personal". Mientras tanto, predomina una gran reserva sobre las próximas actividades de Boudou, de 48 años, que fue exministro de Economía durante el primer Gobierno de la mandataria.
El presidente paraguayo, Fernando Lugo, superó un linfoma no-Hodgkins (no agresivo) y su homólogo venezolano, Hugo Chávez, se recuperó de un tumor que tenía alojado en la pelvis.
* Artículo aparecido el 5 de enero de 2012 en el diario español Público
Hermetismo oficial
Algunos medios destacaron el hermetismo en torno a la operación de la presidenta. El hospital, que desde la semana pasada había derivado los turnos que no eran urgentes, redujo ayer su actividad al mínimo. En medio de un fuerte operativo de seguridad, clausuró durante la operación la planta en la que se encontraba.Está previsto que Fernández esté internada en el hospital 72 horas. Después se trasladará a su residencia de El Calafate (en la Patagonia, al sur del país) para pasar allí el resto del tiempo que le han concedido de licencia médica. Durante 20 días, su vicepresidente, Amado Boudou, la sustituirá.
Boudou no ejercerá su cargo interino desde la Casa Rosada, sino en la sede central del Banco Nación, situado enfrente. El despacho reservado para el vicepresidente en la Casa Rosada está ahora en remodelación, dado que no se encontraba en condiciones de ser ocupado. La oficina había quedado en desuso porque el vicepresidente del anterior Gobierno, Julio Cobos, terminó distanciándose de la mandataria. A los seis meses, se trasladó al Senado, donde también tenía un despacho como titular de la Cámara Alta.
Cuando la semana pasada se refirió a su enfermedad, Fernández fue la primera en reconocer de manera implícita que se hubiera generado un gran problema de haberse descubierto su tumor cancerígeno unas semanas atrás, cuando el que estaba a cargo de la vicepresidencia era Julio Cobos, con el que prácticamente había dejado de hablarse.
El mayor conflicto que tuvieron ambos fue en junio de 2008, cuando el exvicepresidente confirmó su alejamiento definitivo del Gobierno al sentenciar con su voto el rechazo parlamentario a un proyecto de subida de impuestos a la exportación de granos, que también impugnaban las patronales agropecuarias. Este gesto le consagró, desde entonces, como "traidor".
Con la tranquilidad del nuevo vicepresidente, que no pondrá en juego su confianza, Fernández pasó ayer sus últimas horas antes de la operación en la residencia oficial de Olivos, a las afueras de Buenos Aires. Según trascendió a la prensa, sólo recibió visitas "en calidad personal". Mientras tanto, predomina una gran reserva sobre las próximas actividades de Boudou, de 48 años, que fue exministro de Economía durante el primer Gobierno de la mandataria.
Otros líderes con cáncer
La presidenta argentina es la quinta dirigente de América Latina que padece cáncer en los últimos dos años. La han precedido el expresidente de Brasil Lula da Silvaque fue diagnosticado hace unas semanas de un tumor en la laringe y su sucesora, Dilma Rousseff, que se curó a su vez de un cáncer en el sistema linfático.El presidente paraguayo, Fernando Lugo, superó un linfoma no-Hodgkins (no agresivo) y su homólogo venezolano, Hugo Chávez, se recuperó de un tumor que tenía alojado en la pelvis.
* Artículo aparecido el 5 de enero de 2012 en el diario español Público
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