El presidente de Argentina, Mauricio Macri, ha
reforzado de manera inédita su capital político tras las elecciones
parlamentarias que se celebraron este domingo en todo el territorio. El respaldo ha sido contundente
en las cinco jurisdicciones más relevantes, y ha superado el número de
votos que obtuvo en las elecciones primarias hace apenas dos meses.
Con el 40 % de los sufragios a nivel nacional, el
jefe de Estado ha reafirmado como principal fuerza del país a la alianza
con la que llegó al Gobierno, Cambiemos. Arrasa en la capital argentina con más de la mitad de los votos y gana cómodo en las principales provincias de la nación: Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe.
La coalición oficialista pierde terreno en dos de las
diez jurisdicciones que había conquistado en las elecciones primarias
del 13 de agosto, pero extiende su influencia sobre otras cinco. En
total, trece de los 24 distritos del país revalidan la gestión del
Gobierno. De de los casi 33 millones de argentinos que fueron a votar,
10 lo hicieron por Cambiemos.
Aunque también ha sumado votos con respecto a las
elecciones primarias, el desempeño de la expresidenta Cristina Fernández
de Kirchner, senadora electa en la provincia de Buenos Aires, se ha
deslucido ante la victoria por cuatro puntos de diferencia que sacó su
rival, el oficialista Esteban Bullrich.
Macri ha conseguido la que probablemente sea una de
sus mayores satisfacciones: revertir los 20.000 votos de ventaja con los
que la exmandataria aventajó en las elecciones primarias al candidato
del Gobierno y asegurarse dos de los tres senadores que ponía en juego este distrito, en el que vive el 38 % del padrón electoral.
“No alcanzó para superar a nuestros adversarios”,
reconoció Fernández de Kirchner ante sus simpatizantes tras conocer los
resultados. “Pero el resto de la fuerzas opositoras no han podido
resistir el avance del oficialismo y nosotros hemos crecido”, afirmó.
Tras gobernar durante dos períodos consecutivos entre
2007 y 2015, la expresidenta aspira a que su nuevo frente, Unidad
Ciudadana, aglutine un peronismo disgregado que ahora ha quedado aún más
debilitado tras esta jornada electoral.
Dominio sobre el peronismo
En el norte del país, Macri ha conseguido perforar el
dominio histórico del peronismo en las provincias de Salta y Chaco,
además de asegurarse las jurisdicciones de Corrientes y Jujuy.
Su alianza gobernante también ha triunfado en otros
distritos con gobernadores peronistas, como Entre Ríos (este), La Rioja
(oeste), y Santa Cruz (sur), cuna del kirchnerismo desde que en 1991
fuera elegido como mandatario provincial el expresidente fallecido
Néstor Kirchner (2003-2007).
Cambiemos se abre paso en otras dos provincias en manos opositoras:
Santa Fe (centro), la tercera provincia del país gobernada por el
socialismo, y Neuquén, al suroeste, cuya administración local controla
el conservador Movimiento Popular Neuquino desde que se fundó hace 56
años.
Pese a estos resultados, el oficialismo no tendrá
mayoría en ninguna de las dos Cámaras del Congreso, porque estas
elecciones sólo renuevan 24 de los 72 asientos del Senado y 127 de las
257 bancas de Diputados.
Cuando asuman en diciembre los nuevos legisladores,
Cambiemos seguirá siendo primera la primera minoría en la Cámara Baja
con 21 diputados más, mientras que en la Alta acorta distancias con el
peronismo al aumentar de 17 a 26 su número de bancas.
Mención aparte merece el histórico resultado del
Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), la cuarta fuerza más
votada a nivel nacional con el 6,7 por ciento de los sufragios, más de
1,6 millones de votos que superan los conseguidos por dos peronistas que
se veían presidenciables: el diputado Sergio Massa, líder de la tercera
fuerza en Diputados, y el exministro Florencio Randazzo.
Perspectivas de Macri
Tras dos años de gestión, y a punto de alcanzar la mitad de la legislatura, Macri se convertirá muy probablemente en el primer presidente no peronista en completar su mandato en diciembre de 2019.
Sin avances sólidos en materia económica, aunque con una pequeña recuperación en relación a 2016,
el Gobierno parece haber convencido a buena parte del electorado de que
el país arrastraba con la gestión anterior un desorden que era
necesario encauzar.
En una sociedad muy polarizada, el oficialismo ha vuelto a seducir a un sector que aborrece a la expresidenta,
y a otro segmento de la población que tiene la expectativa de que
Argentina necesita reordenar la economía con varios ajustes antes de
comenzar a crecer.
Pero el apoyo en estas elecciones dejan a Macri
posicionado para un horizonte más ambicioso: el de su reelección por
cuatro años más a partir de 2019, una idea que hasta el momento había
sido esbozada muy tímidamente y que ahora cobrará vigor ante un
escenario en el que no están previstas nuevas convocatorias electorales.
* Artículo aparecido en el diario español Público el 23 de octubre de 2017.
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