martes, 10 de noviembre de 2009

Argentina juzga su último dictador*

“Sí, acá estoy, hijo de puta”. Después de tres días de juicio, sólo uno de los militares acusados de crímenes de lesa humanidad en el juicio del regimiento Campo de Mayo se dignó a abrir la boca. El ex general Fernando Verplaetsen, que según su defensor “no comprende preguntas y no recuerda nada de la época”, reaccionó de esta manera cuando la acusación se refirió a él y dijo que podía prestar perfectemente la atención a lo que pasaba en la sala. “Hijo de puta”, le repitió el militar de 84 años a un abogado de la querella. “La puta que te parió”.

No están tan sueltos de palabra el resto de los inculpados en un proceso que por primera vez sienta en el banquillo a un ex presidente de facto desde que se anularan en 2003 las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Su nombre es Reynaldo Benito Bignone, y está acusado de secuestrar, torturar y asesinar a 56 personas entre 1976 y 1978 en el cuartel militar Campo de Mayo, el mayor lugar de torturas y exterminio que funcionó por aquellos años. Se calcula que por allí pasaron unas 5.000 personas. Los que sobrevivieron no pasan de 50.

Por eso el proceso judicial que comenzó el pasado lunes (día 2) tiene especial importancia. “Se trata de uno de los juicios mas esperados por la comunidad y por los organismos de derechos humanos, por la magnitud de lo crímenes allí cometidos”, ha señalado el ministro de Justicia, Julio Alak. Junto a Bignone, y además de Verplaetsen, que además fue el ex jefe de Inteligencia de Campo de Mayo, son imputados a su vez otros cinco militares retirados y un ex comisario.

Pabellones del horror

La escasez de testigos que pudieran dar cuenta de lo que sucedió en la jurisdicción de Campo de Mayo fue uno de los principales obstáculos que se encontraron para comenzar con el pleito. Aunque esta instalación no se ha hecho tan famosa como la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), un campamento de torturas ubicado en plena ciudad de Buenos Aires, no le queda atrás en lo que a brutalidad y ensañamiento se refiere.

Aquel predio que trató de pasar desapercibido en las afueras de la capital emprendió uno de los más cruentos planes de aniquilación de toda la dictadura. Funcionó de 1976 a 1980, y quien estuvo al mando gran parte de ese tiempo fue el ex general Santiago Omar Riveros. Él es uno de los procesados en esta causa y ya ha sido condenado a cadena perpetua, en agosto pasado, por el homicidio en 1976 del militante político Floreal Avellaneda en lo que fue el primer juicio por crímenes en Campo de Mayo.

Allí funcionaron, de 1976 a 1980, al menos cuatro centros de tortura y muerte. También existía un hospital que sirvió como maternidad clandestina destinada a las prisioneras embarazadas. Una vez daban a luz (muchas veces tras un parto provocado) les quitaban a los recién nacidos, que eran entregados a aquellos militares que no podían tener hijos con sus parejas.

Bignone ante la Justicia

El ex general Bignone fue colocado en el poder por los militares después de que perdieran ante Reino Unido en su lucha por las Islas Malvinas. Durante su periodo como presidente de facto (1982-1983), y antes de que los últimos coletazos de la dictadura cedieran a la transición democrática, Bignone ordenó la destrucción de archivos que comprometían al régimen que él por entonces personificaba.

Al poco de ceder el poder a Raúl Alfonsín (1983-1989), que fue el primer presidente elegido democráticamente en las urnas, Bignone fue declarado culpable de los crímenes de Campo de Mayo. Se salvó porque su sucesor implantó las leyes del perdón para proteger a los representantes de la represión. Ahora el ex dictador, de 81 años, se enfrenta de nuevo a los tribunales por terrorismo de Estado.


Se han identificado 98 nietos que la dictadura arrebató a detenidas

En la parte querellante del proceso judicial contra Bignone y los otros represores se encuentran representadas las Abuelas de Plaza de Mayo, que durante 32 años han persistido en la búsqueda de hijos de personas desaparecidas y que están presentes en este juicio dado que entre las víctimas se encuentran seis mujeres embarazadas y sus parejas. En estos días, además de celebrar el comienzo del juicio de Campo de Mayo, festejan también la identificación del nieto número 98, llamado Martín Amarilla Morfino.

Su caso es peculiar porque sus familiares biológicos ni siquiera sabían hasta hace unos días que la madre, Marcela Morfino, estaba embarazada antes de ser secuestrada. “Es una alegría, una fiesta”, declaró a Público la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. “Es como el nacimiento de un chico robado durante la dictadura”, manifestó.

Pero el camino, como ella mismo confiesa, es largo. “Todavía estamos buscando a 400 chicos”, reconocía a este periódico. “Algunos procesos están estancados porque no hay datos para aportar, pero hay otros que están moviéndose”. El final que se espera, en cualquier caso, siempre es el mismo: rescatar la identidad de aquellos que nacieron en una de las épocas más sombrías de la historia argentina. Así hacen honor a las palabras que una vez pronunció el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, las mismas que las Abuelas se encargan de recordar todavía hoy: “Creían que nos mataban, y nos estaban sembrando”.


"En Campo de Mayo no dejaron casi testigos"


Entrevista al abogado Alan Iud, abogado de las Abuelas de Plaza de Mayo en el juicio



¿Cuál es la relevancia de este proceso?

Es altísima. Por primera vez Mignone, que fue el ultimo presidente de la dictadura, está ahora imputado por crímenes de lesa humanidad, y junto a él, toda la cúpula responsable del lugar clandestino de detención más grande del país.

Entonces ¿están satisfechos?

Nos hubiera gustado que fueran procesados también los que ejecutaron las órdenes. La Justicia no fue eficaz en identificar y llevar a juicio a quienes estaban en las salas de torturas. Con la cantidad tan grande de víctimas que hubo no pueden ser responsables sólo unos cuantos militares.

¿Tendrán lugar otros juicios?

Sí, pero no existe todavía una identificación de los autores directos de los crímenes. Se prevén otros juicios con los mismos imputados.

¿Por qué es tan famoso como campo de concentración la ESMA (La Escuela de Mecánica de la Armada) y no tanto el Campo de Mayo?

La ESMA es mas conocida porque simbólicamente es el centro en el cual hay más sobrevivientes. Por otra parte, impacta mucho que este campo militar estuviera ubicado en la ciudad de Buenos Aires, tan cerca de por donde la gente pasaba todos los días. En cambio el Campo de Mayo está situado en la provincia, a bastantes kilómetros de la capital.

¿Cuántos gente salió viva del Campo de Mayo?

No se sabe exactamente. Por allí pasaron muchos detenidos en distintas circunstancias. Pero lo que se conoce de El Campito, el principal centro clandestino dentro del predio de Campo de Mayo, es que los supervivientes no llegaron a 15.

¿Por qué la imputación de Bignone ha causado tanto revuelo?


Fue el hombre que seleccionaron los militares para ser el personaje de transición, y se lo eligió porque parecía desvinculado de lo más sanguinario de la dictadura. Ya se está viendo que no es así.





* Artículo para el diario español Público (domingo 8 de noviembre de 2009)

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