Ellos han pasado a ser, de acuerdo con el estudio, “una parte desproporcionada de la población pobre, analfabeta y desempleada”. Víctimas “de injusticias históricas como la colonización, la pérdida de sus tierras y recursos, la opresión y la discriminación”, los indígenas son invisibles a la comunidad internacional, no tienen nacionalidad, y su supervivencia está amenazada incluso por el cambio climático.
La publicación, realizada por siete expertos independientes y producida por el Foro Permanente de Asuntos Indígenas de la ONU, fue presentada este jueves de forma simultánea en las ciudades de Bogotá, Bruselas, Camberra, Manila, México, Moscú, Pretoria y Río de Janeiro con el fin de divulgar al máximo posible la situación “alarmante” de las comunidades originarias.
De poco ha servido la Declaración de las poblaciones indígenas aprobada por la ONU en septiembre 2007 tras dos décadas de negociaciones. Por entonces el aimara Evo Morales convocó a “una gran fiesta” para celebrar el texto que reconocía un conjunto de derechos a uno de colectivos más vulnerables del mundo.
Más de dos años después, el nuevo documento de la ONU es sombrío en sus esperanzas. “Pese a los esfuerzos, no se ve solución en el futuro previsible”, admite el estudio. Sirva de ejemplo que en una de las regiones más prósperas del mundo, como lo es Australia, los niños indígenas tienen una expectativa de vida de 20 años inferior a la del resto de la población.
América Latina
Los indígenas en América Latina representan el 15% de la población de la región, pero sus condiciones de vida no se alejan de las que sufren otras poblaciones autóctonas.
“La discriminación es grande en Brasil y un indio no alcanzará nunca los mismos niveles que un blanco. Ni siquiera de un negro”, añadió durante la presentación del informe en Río de Janeiro Marcos Terena, un indígena de la etnia brasileña Yanomami.
La precariedad en la que sobreviven los pueblos originarios de América Latina tiene un rosario de ejemplos que afectan a todos sus países. Un indígena en Paraguay tiene una probabilidad casi ocho veces más alta de vivir en la miseria que cualquier otro habitante. En Colombia, 34 comunidades están a punto de desaparecer por la violencia y por el desconocimiento de sus derechos. Y en Honduras, el 95% de los niños indígenas menores de 14 años son desnutridos.
El informe, que recopila 25 años de denuncias de los indígenas asistentes al Foro Permanente de la ONU, pretende abrir los ojos sobre las condiciones de vida de las comunidades nativas, pero con la realidad por delante: “Ser indígena [en América Latina] equivale a ser pobre y con el tiempo esa situación se ha perpetuado”.
*Artículo aparecido en Público el 15-01-2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario