Tras la llegada de la democracia, el ex almirante fue uno de los nueve procesados en el Juicio a las Juntas de 1985 que le condenó a cadena perpetua, la misma pena a la que fue sentenciado Videla. Pero un año después de llegar Carlos Menem a la presidencia (1989-1999), Massera fue indultado y puesto en libertad.
En 1998, la jueza responsable del caso que hoy investiga en Argentina los crímenes franquistas, María Servini de Cubría, lo sentenció a prisión preventiva por apropiación ilegítima de niños nacidos en cautiverio durante la dictadura. Este delito no estaba cubierto por la amnistía de Menem. Le fue concedido el arresto domiciliario.
Tendrían que pasar varios años para que la Justicia argentina interviniera de nuevo. En 2003 se declararon inválidas las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, que desde 1986 garantizaban la impunidad de los responsables de la dictadura. En 2006 el máximo tribunal penal del país, la Cámara de Casación Penal, declaró la inconstitucionalidad de los indultos, lo cual fue confirmado por la Corte Suprema.
Pero el tiempo se impuso a la Justicia. Massera sufrió en 2002 un derrame cerebral, y en 2005 fue declarado incapaz por demencia, por lo cual se suspendieron todas las causas en su contra.
* Artículo aparecido el 8-11-2010 en el diario español Público.
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