La situación actual refleja una realidad bien distinta: sólo el 49 % de los hombres y el 55% de las mujeres de entre 20 y 24 años han concluido su educación secundaria.
Ello tiene una consecuencia muy adversa para el desarrollo de América Latina: todos los jóvenes que se incorporan al mercado de trabajo sin haber terminado esta etapa de su instrucción "quedan expuestos a un alto nivel de vulnerabilidad social, por cuanto los ingresos laborales que recibirán tenderán a ser bajos, y tendrán un elevado riesgo de ser pobres y de transformarse en los prescindibles".
Así sucede en las zonas rurales, donde el 26% de los hombres y el 31% de las mujeres han terminado la Secundaria, mientras que entre los jóvenes indígenas este porcentaje se reduce al 22% en el caso de los hombres y al 20% en el de las mujeres.
Consciente de este reto que tiene por delante, la Cumbre Iberoamericana que comenzó ayer en Argentina lleva precisamente por lema Educación para la inclusión social y pretende aprobar un ambicioso programa que por fin haga de la educación no un lastre para el crecimiento, sino un derecho igualitario que sirva de aliciente para el desarrollo.
En el Plan Metas 2021, los países asistentes se comprometerán a invertir unos 100.000 millones de dólares (85.000 millones de euros) en los próximos 11 años para erradicar las últimas trazas de analfabetismo en América Latina. Otra aspiración del proyecto consiste en que cada ciudadano tenga la oportunidad de acceder a no menos de 12 años de educación básica.
Los datos de la CEPAL son más alentadores cuando tratan la asistencia infantil en la educación Primaria, que en promedio se sitúa en el 97%. El problema llega cuando los jóvenes comienzan el ciclo de Secundaria y se ven desalentados a seguir estudiando por "las condiciones adversas de carácter económico, académico, de integración o formación de identidad" que encuentran en su camino.
Inversión pública
La CEPAL reconoce el esfuerzo de América Latina por aumentar su inversión pública más allá de la crisis que estalló en 2008, aunque, si se comparan unas naciones con otras, se observa, por ejemplo, que el gasto social en países como Ecuador, Perú y Guatemala no supera el 8% de su PIB, mientras que en otros, como Argentina, Brasil, Cuba y Uruguay, sus Gobiernos destinan más de un quinto de su PIB a la financiación de políticas públicas.
Lo cierto es que los recursos que se han destinado a los presupuestos educativos han ido en aumento en la región, a pesar de que la mayoría de los países ha sufrido una caída absoluta del PIB en los últimos dos años. Pero no hay que olvidar que América Latina es la región con más desigual del planeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario