Por primera vez, Argentina juzga la apropiación de niños durante la dictadura que padeció el país entre 1976 y 1983. El pasado lunes comenzó un nuevo proceso por crímenes de lesa humanidad y entre los imputados se encuentra el exdictador Jorge Rafael Videla, que ya acumula dos cadenas perpetuas en su historial judicial, y el exgeneral Reynaldo Bignone, el último representante del régimen militar antes de la llegada de la democracia.
Los acusados, esposados, escucharon impertérritos los cargos que se leyeron en la primera jornada del proceso. Fue insólito ver incluso cómo Videla se dormía durante ciertos momentos mientras la Fiscalía leía la acusación. No perdieron detalle las familiares de las víctimas y los sobrevivientes de la dictadura que acudieron a la sala.
Junto a Videla y Bignone, cinco miembros del Ejército, la Armada y la Prefectura y un médico están acusados de "sustracción, retención, ocultación y sustitución de identidad" de 34 menores de 10 años que nacieron durante el cautiverio de sus madres en centros clandestinos de detención, los espacios de los que se sirvió la dictadura para torturar y asesinar a 30.000 desa-parecidos y para sustraer a unos 500 recién nacidos.
Aunque en 1986 y en 1987 se dictaron las Leyes de Punto Final y de Obediencia Debida, que protegían a los militares de los crímenes de lesa humanidad, la organización Abuelas de Plaza de Mayo intentó que el plan sistemático del robo de bebés fuera considerado por la Justicia como un delito al margen de la protección que daban las leyes de impunidad.
El punto de partida fue una denuncia que presentaron el 30 de diciembre de 1996, y que ha culminado, 14 años después, en el proceso que ha sentado en el banquillo a Videla y a Bignone.
"No se trata de una causa más", señaló durante el juicio el fiscal federal encargado del caso, Federico Delgado, al definir la época de la dictadura como "uno de los episodios más oscuros de la historia argentina".
Entre los 34 casos de sustracción de menores que se abordan en este proceso se encuentra el de Macarena Gelmán, la nieta del poeta argentino Juan Gelmán, que descubrió su verdadera identidad a los 24 años, y el nieto de la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, cuyo paradero sigue siendo todavía desconocido.
102 nietos encontrados
Según la Fiscalía, a partir del secuestro de mujeres embarazadas "se redefinió el plan originario" del régimen, que entonces instaló "maternidades en algunos centros clandestinos estratégicamente elegidos".
Las Abuelas de Plaza de Mayo, que hasta ahora han encontrado a 102 nietos robados durante la dictadura, luchan en la actualidad por recuperar la identidad de otros 400 jóvenes.
Está previsto que, durante los ocho meses que dure el proceso, desfilen por el tribunal más de 300 testigos.
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