El PP ha recibido el apoyo de casi 8,5 millones de personas, 550.000 personas más que en las elecciones de 2007. Es decir, que ha conseguido el 37,5% de los votos totales emitidos. El PSOE ha tenido1,5 millones de votos menos que en los anteriores comicios, de modo que apenas ha llegado al 28% de los que han ido a depositar su voto. IU, en cambio, ha conseguido 50.000 votos más que en las pasadas elecciones, obteniendo el apoyo de 1,5 millones de personas en todo el país (6,31% de los votos).
Aunque la abstención se ha reducido 3 puntos porcentuales con respecto a 2007, sigue siendo altísima El número de personas que se abstuvo de votar supera en más de tres millones a los que votaron al PP. Si a ellos sumamos los que votaron nulo y blanco, llegamos a los 12,6 millones de personas, mientras que el PP y el PSOE juntos apenas suman dos millones más de votos.
Queda por saber dónde han ido a parar ese millón y medio de votos que ha perdido el PSOE, si la abstención resulta que se mantiene con respecto al año pasado y la victoria del PP se debe más a la pérdida de apoyo al PSOE que a mérito propio. Aunque el medio millón de votos que ha obtenido el PP sea transferencia del PSOE, queda otro millón de votos desperdigado en partidos pequeños y en los votos nulos y blancos, que juntos suman casi 900.000, unas 300.000 personas más que en 2007.
A partir de ahora estaremos gobernados por un partido, el PP, que sólo ha obtenido el 24% del apoyo de todos aquellos que podían votar. Es decir, casi uno de cada cuatro optaron por el partido de Mariano Rajoy, mientras que 1 de cada 3 no participó en las elecciones.
A la vista de estos resultados, no me parece que nadie tenga nada que celebrar.
Totalmente, nada que celebrar
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