martes, 27 de enero de 2015

Cristina Fernández reforma los servicios secretos de Argentina

BUENOS AIRES.- La presidenta argentina Cristina Fernández ha decidido disolver la Secretaría de Inteligencia (SI), que será sustituida por la Agencia Federal de Inteligencia con un director y un subdirector propuestos por el poder Ejecutivo, pero que deberán ser aceptados por el Senado.
 
Cristina Fernández durante su intervención en televisión. / REUTERS
 
En un mensaje grabado de casi una hora que emitieron todos los canales del país, la jefa de Estado anunció que estos cambios serán tratados por el Congreso en forma de proyecto de ley para "transparentar un sistema que evidentemente no ha sido de inteligencia y no ha servido a los intereses nacionales".

Esta decisión llega tras una semana en la que ha sido cuestionado el papel de los servicios de espionaje del Estado, y su alcance en la órbita política y en las pesquisas judiciales, principalmente la relativa al atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) que investigaba el fallecido fiscal Nisman.

"Esto era una deuda que teníamos desde el retorno de la democracia en 1983", sostuvo la mandataria. "Ni jueces, ni fiscales, ni funcionarios podrán contactarse con agentes de la nueva Agencia Federal de Inteligencia. La única forma que los funcionarios tendrán para contactarse con la Agencia Federal de Inteligencia será la institucional".

La presidenta también ha decidido transferir el sistema de escuchas que ordenan los jueces, hasta ahora en manos de Inteligencia, a la Procuración del Ministerio Público Fiscal. "Es el único ministerio que no depende del Ejecutivo, de la Corte, o del Poder Legislativo", dijo.

El proyecto de ley que ha ordenado Cristina Fernández para reformar los servicios de Inteligencia a también prevé la creación de una base de datos cuyos archivos no podrán clasificar a los sujetos por raza, religión u opinión política.
"A mí no me van a extorsionar, no me van a intimidar. No les tengo miedo. Que hagan las denuncias que quieran", dijo la presidenta
Hacía un mes que la jefa de Estado no comparecía ante la opinión pública a raíz de una fractura de tobillo, motivo por el cual se presentó ante las cámaras en una silla de ruedas.

La presidenta comenzó su disertación refiriéndose al comienzo del Gobierno de su esposo Néstor Kirchner, cuando "había dos hitos de la impunidad en la Argentina: uno, el terrorismo de Estado, cuyos responsables no habían sido juzgados; otro, el terrorismo internacional con dos atentados".

La mandataria se refería a los ataques a la embajada de Israel y a la AMIA que sacudieron el país en el lapso de dos años (1992 y 1994), y que causaron 29 y 85 muertos respectivamente.

"Al mes de diciembre, llegamos a 16 juicios de lesa humanidad, 558 condenados y más de 900 procesados. De la voladura de la Embajada de Israel y de la AMIA no hay un solo condenado ni detenido", recordó la mandataria.

'Caso Nisman'

El pasado 13 de enero, tras regresar precipitadamente al país, el fiscal Nisman denunció públicamente a la mandataria Cristina Fernández por intentar encubrir la supuesta responsabilidad de Irán en el ataque a la mutual judía a cambio de la firma de un memorándum entre ambos países para intercambiar petroleo iraní por granos. Cuatro días después, Nisman apareció muerto en el baño de su departamento con un disparo en la sien.

Fernández afirmó que llevaban seis años reclamando en la ONU la colaboración de Irán en la causa AMIA, y que el pedido de captura de Interpol contra sospechosos iraníes nunca entró en cuestión. En 2013, "logramos que Irán aceptara sentarse a discutir un memorándum de entendimiento para que la causa saliera de la parálisis permanente”", expuso.

A partir de ese momento, integrantes del servicio de Inteligencia "comenzaron a bombardear este acuerdo" en palabras de la mandataria. "Se intensificaron una serie de denuncias contra esta presidenta de lo más insólitas", dijo. "Comenzaron a sucederse con un ritmo de vértigo, con la complicidad de grupos de jueces, de fiscales, de denunciantes anónimos, periodistas, medios de desinformación, aparecieron denuncias con cuentas en el extranjero, cuentas en Suiza, todo tipo de denuncia contra esta Presidenta como nunca se ha visto en la democracia".

El memorándum no fue aprobado finalmente por el Parlamento de Irán, y además fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal argentina.

Fernández desmintió además que Nisman hubiera sido nombrado por Kirchner como investigador oficial del atentado, tal y como se había afirmado hasta ahora, y aclaró que su designación había sido iniciativa de la Procuración General [la jefatura de los fiscales]. "Solamente una ignorancia supina puede creer que un presidente puede designar a un fiscal en una causa", indicó. "La designación de Nisman nunca dependió del Poder Ejecutivo".

Primer imputado

Poco antes de que la presidenta le hablara al país, la Fiscalía que investiga la muerte de Nisman anunció la imputación del informático Diego Lagomarsino, excolaborador del fiscal fallecido, por haberle prestado el arma calibre 22 con el que Nisman perdió la vida.

Lagomarsino, según contó la mandataria en su cadena nacional, es hermano de un importante ejecutivo vinculado a las empresas de Clarín, una corporación mediática hoy muy enfrentada al Ejecutivo de Cristina. "Lagomarsino comenzó a tramitar su pasaporte el 14 de enero, el día que Nisman presentó la denuncia", reveló la mandataria. "Ahora el documento fue retenido", añadió la presidenta.
"Solamente una ignorancia supina puede creer que un presidente puede designar a un fiscal en una causa"
El experto informático podría pasar en la cárcel entre 1 y 6 años por entregar un arma de fuego a quien no tenía una credencial para usarla, de acuerdo al Código Penal argentino. La investigadora que lleva el caso, Viviana Fein, también "está evaluando las pruebas recolectadas y los testimonios para saber hasta dónde podría extenderse la imputación", según un comunicado de su Fiscalía.

El sábado, la funcionaria detalló que el disparo que mató al fiscal se había efectuado "sobre la oreja, sobre la piel o a una distancia no mayor a 1 centímetro; prácticamente apoyando el arma en el parietal derecho de la cabeza de Nisman".

El asesor de Nisman, que al parecer fue la última persona que lo vio con vida, se presentó a declarar ante Fein y reconoció que el arma hallada junto al cadáver era suya. Con 35 años, trabajaba para la Fiscalía desde 2007 y tenía en la actualidad un sueldo de 40.000 pesos [unos 4.000 euros], una cuantía inusualmente elevada.

El viernes, el diario Página12 publicó declaraciones de Lagomarsino realizadas a través de una jueza para explicar que cuando fue a ver al fiscal a su departamento, Nisman le había pedido su arma "por seguridad". El informático se retiró para ir a recogerla y luego regresó con la pistola.
Espionaje fuera de control

La información de la denuncia que Nisman estaba por presentar ante el Congreso la extrajo del exjefe de operaciones de la Secretaría de Inteligencia (SI) desplazado en diciembre por la presidenta, Javier Stiusso, muy vinculado a los servicios de espionaje de la CIA y el Mossad. Cuando Lagomarsino fue a ver a Nisman, el fiscal le había revelado que "el día anterior lo había llamado Stiusso y le dijo que se cuidara de la custodia y que, además, tuviera precaución con la seguridad de sus hijas".

Aunque Stiusso no fue nombrado en su discurso, Cristina Fernández sí observó en su discurso que no se podía "seguir manejando a la República Argentina de esta manera", y que tampoco se podía "tener sitiada a la democracia con el miedo y la extorsión".

"Tal vez este lamentable suceso de la muerte del fiscal Nisman sea como el hilo de Ariadna", aventuró la mandataria en alusión a la leyenda mitológica griega con la que Perseo pudo vencer al Minotauro. "A mí no me van a extorsionar, no me van a intimidar. No les tengo miedo. Que hagan las denuncias que quieran", avisó.

Versiones contradictorias

Este lunes también trascendió a la prensa las declaraciones de los custodios que debían proteger al fiscal cuando éste apareció muerto, a través de las cuales salen a traslucir dos versiones contradictorias de lo sucedido ese día.

Los custodios habían recibido un mensaje de Nisman para que estuvieran presentes a las 11 horas del domingo. Como el funcionario no aparecía, subieron a tocar el timbre de su departamento. Uno de ellos afirma que fue a las 14.30, mientras que el segundo alega que no fueron a llamarlo hasta las 17 horas.

Los agentes tampoco se ponen de acuerdo sobre el lugar en el que aguardaban a que apareciera el fiscal. El primero sostiene que esperaban con el coche en el aparcamiento del edificio, mientras que el otro asegura que se apostaron en el subsuelo debido a la lluvia, en donde no había cobertura de telefonía.



* Artículo aparecido el 27 de enero de 2015 en el diario español Público.

lunes, 26 de enero de 2015

Nisman, el fiscal desenmascarado por Wikileaks

BUENOS AIRES.- En una carta publicada este jueves, la presidenta argentina Cristina Fernández ha hecho alusión hasta en once ocasiones a un nombre ya vinculado en varios análisis a Alberto Nisman. El fiscal falleció el domingo en misteriosas circunstancias siendo el investigador oficial del atentado de 1994 a la Asociación Mutualista Israelita Argentina (AMIA), y que acusó a la mandataria de intentar encubrir la supuesta responsabilidad de Irán en el ataque.

Protesta para exigir justicia tras la muerte de Nisman. / EFE


La mandataria se refería al ex jefe de la Secretaría de Inteligencia (SI), Antonio Horacio Stiles (llamado también Javier Stiusso), al mando del organismo hasta diciembre del año pasado, cuando fue desplazado. El espía entró hace 42 años en los servicios de Inteligencia. Corría el año 1972, y sobrevivió como tal a la dictadura (1976-1983), al Gobierno de Raúl Alfonsín, al de Carlos Ménem, y al de Néstor Kirchner y su esposa. Hasta hace un mes.

Se podría decir que este hombre, un ingeniero de 61 años, conoce como nadie los secretos que se mueven en los circuitos de poder, incluidos los de varios presidentes. Ha sido, además, el enlace directo entre Inteligencia y la CIA y el Mossad, los servicios de espionaje de Estados Unidos e Israel.

Fue Stiusso, precisamente, el que dirigió y suministró las supuestas pruebas en las que se apoyó Nisman para hacer su denuncia. El fiscal especial de la causa AMIA lo reconoció en varias oportunidades. El periodista Santiago O’Donnell, del diario Página12, también lo refleja en sus libros Argenleaks (2011) y Politileaks (2014), después de que el editor de Wikileaks, Julian Assange, le confiara los más de 2.500 cables diplomáticos estadounidenses referidos a Argentina.
"Los Wikileaks muestran una gran falta de independencia del fiscal Nisman con respecto a la embajada de Estados Unidos", explicó O'Donnell a Público. Cuando el periodista accedió a los cables, lo que más le llamó la atención fue la información referida al atentado a la AMIA y al fiscal de la causa, Alberto Nisman.

El periodista ahondó en ellos. "La embajada de Estados Unidos le ordenaba al fiscal que no siguiera ninguna pista salvo la iraní. Sin embargo, había una política de Estado que incluía a los grandes medios, a los líderes de la comunidad judía organizada, al Gobierno argentino y a la embajada de Estados Unidos y de Israel de no cuestionar la investigación, aunque en privado había grandes dudas sobre su efectividad", añadió a este diario.

Entre 2004 y 2010, durante los Gobiernos de Kirchner y Fernández, los cables enviados desde Buenos Aires a Washington que incluyen la palabra AMIA fueron 196. De ellos, 75 están caratulados como "confidencial" y 16 como "secreto".

Los documentos a los que accedió O’Donnell revelan cómo Nisman le adelantaba a la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires las medidas judiciales que iba a tomar la Fiscalía o el juzgado en torno a la causa. También alcanzaba a la sede diplomática los borradores de resoluciones para recibir las correcciones que fueran necesarias. El fiscal llegaba incluso a disculparse por no avisar a tiempo de alguna medida judicial que había tomado.

"Distintos funcionarios estadounidenses mantuvieron numerosos contactos con el fiscal encargado de llevar adelante la investigación, Alberto Nisman”, contó O'Donnell en un artículo publicado en 2013. "En esos contactos los estadounidenses dejaron claro que no dudaban de la culpabilidad de los sospechosos iraníes acusados por la fiscalía e insistieron en que Nisman deje de lado la llamada pista siria y la llamada conexión local, porque seguir esas pistas podría debilitar el caso internacional en contra de los acusados iraníes".

Esto explica el enfado del juez Canicoba Corral, a cargo de la investigación de la causa AMIA, cuando el pasado miércoles se dio a conocer la denuncia de Nisman contra la presidenta y su ministro de relaciones exteriores Hector Timerman. "El fiscal de grado no ha tenido ni siquiera la delicadeza de hacerme llegar a mí las conclusiones a las que arriba en una causa en la que el director del proceso soy yo", apuntó en declaraciones radiales.


La pista iraní


Pese a las recomendaciones del magistrado para que Nisman ampliara la investigación hacia Siria y hacia las posibles conexiones locales, "lo cierto es que él se circunscribió a lo que llamamos nosotros la pista iraní", objetó el magistrado.

Los ejemplos de la connivencia de Nisman con la embajada de Estados Unidos son muy ilustrativos. O'Donnell transcribe de Wikileaks cómo en 2006 Nisman le sopló al embajador, con tres semanas de anticipación, la decisión del juez Canicoba de procesar a sospechosos iraníes. Cómo, un año después, Nisman le presentó un borrador a un representante del FBI que no gustó y luego tuvo que modificar.

También queda reflejado, en los cables de mayo de 2008, de qué manera la embajada daba cuenta en hasta tres cables distintos de los sucesivos pedidos de perdón de Nisman por no avisar de que había solicitado la captura del expresidente Menem. Al final de aquel año, Nisman comunicó finalmente que actuaría contra los iraníes.

"Nisman me contó que prácticamente toda su información provenía del agente de la Secretaría de Inteligencia Jamie Stiusso, ya que Stiusso tenía la confianza de los servicios secretos estadounidenses e israelíes", comentaba O'Donnell esta semana en un artículo publicado en su blog. "Me comentó que Stiusso le pasaba información en bruto y lo que él podía corroborar lo llevaba al expediente (…) Puedo estar equivocado, pero la movida de Nisman me huele a carpetazo de los servicios".

En 2004, el por entonces ministro de Justicia Gustavo Beliz mostró por televisión una foto de Stiusso para ponerle un rostro a quien, según denunció, le había montado una suerte de "ministerio de seguridad paralelo" que había convertido la secretaría de Inteligencia en una "policía secreta sin control". Beliz fue destituido por Kirchner y tuvo que emigrar del país con un juicio a sus espaldas.

La fiscal que ahora investiga la muerte de Nisman ha descartado que vaya a citar al que fuera jefe de Inteligencia porque "no tiene que explicar absolutamente nada".


Imágenes del fiscal llegando al país



Cada día se desvelan nuevos indicios que no hacen más que levantar sospechas sobre lo que sucedió con Nisman antes de que lo encontraran muerto en su lujoso departamento de Buenos Aires con un disparo en la cabeza. El canal C5N hizo públicas unas imágenes del fiscal a su llegada anticipada al país, después de haber interrumpido un viaje por Europa que estaba haciendo con su hija, y un día antes de que hiciera pública la denuncia contra la presidenta.

Las cámaras del aeropuerto de Ezeiza se mueven para registrar toda la trayectoria de Nisman desde que avanza hacia los puestos de Migraciones. Se lo ve pasar por el control de pasaportes y esperar las maletas en el recinto donde están las cintas transportadoras. Allí saca su teléfono varias veces, habla con alguien, y al rato acude a su encuentro un hombre cuya cara aparece pixelada. Además de levantar la incógnita de quién es la persona que sale a recibirlo con un abrazo, queda en evidencia que era sabida su llegada al país, y que las cámaras lo fueron siguiendo a medida que avanzaba por el aeropuerto.


* Artículo aparecido el  23 de enero de 2014 en el diario español Público.

jueves, 22 de enero de 2015

Cristina Fernández se apunta a la teoría de la conspiración sobre la muerte de Nisman

BUENOS AIRES.- “Hoy no tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas. (…) Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible”. Con estas palabras, la presidenta Cristina Fernández se ha referido a la inesperada muerte del fiscal Alberto Nisman, investigador oficial del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) que causó 85 muertos en 1994.
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Fernández expuso también su opinión sobre la denuncia contra ella misma que Nisman había presentado ante la Justicia el miércoles pasado, después de volver precipitadamente de un viaje por Europa, y que iba a explicar en el Congreso este lunes, hasta que el domingo apareció muerto en el baño de su departamento con un tiro en la cabeza.

La Corte Suprema difundió públicamente el texto de 289 páginas hace dos días. “La denuncia del Fiscal Nisman nunca fue en sí misma la verdadera operación contra el Gobierno”, indica la mandataria en una carta publicada en su página oficial. “Se derrumbaba a poco de andar. Nisman no lo sabía y probablemente no lo supo nunca. La verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del Fiscal después de acusar a la Presidenta, a su Canciller [ministro de Relaciones Exteriores] y al Secretario General de [la organización kirchnerista ] La Cámpora de ser encubridores de los iraníes acusados por el atentado terrorista de la AMIA”.
 
En palabras de la presidenta, “el estrépito de la denuncia, sumado al marco internacional por lo sucedido en Francia, que aún sin pruebas ni sustento, plagada de información “plantada”, quedaba sepultada por la muerte del Fiscal”. Pero “eso sí, bajo la forma de aparente suicidio. Recurso que ya ha sido utilizado en muchos casos tristemente célebres”.

Cristina Fernández corrige con esta nueva misiva el rumbo que tomó en su primera carta publicada este lunes, cuando daba por plausible que el fiscal se hubiera suicidado. “El suicidio provoca, además, en todos los casos, primero: estupor, y después: interrogantes. ¿Qué fue lo que llevo a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?", escribió en ese momento. “En el caso del ¿suicidio? del fiscal a cargo de la causa AMIA, Alberto Nisman, no sólo hay estupor e interrogantes”.

En su texto dado a conocer este jueves, en cambio, la jefa de Estado expone las preguntas que han rondado muchos de los análisis mediáticos leídos durante estos días. “¿Por qué habría de suicidarse alguien que escribe un mensaje en su chat como el que escribe el fiscal Nisman cuando explica a un grupo cerrado de amigos su regreso intempestivo al país? En un tono casi épico, reflejando que venía a cumplir una tarea ‘para la que se había preparado pero no se la imaginaba tan pronto’”.

Y prosigue: “¿Por qué se iba a suicidar alguien que en su chat explica que la tenía pensada hace tiempo la denuncia] pero que la había tenido que adelantar? ¿Tal vez lo hicieron venir por lo ocurrido en Francia [los atentados en París]? ¿O estaba pensada para la campaña presidencial? ¿O tal vez se adelantó por los cambios efectuados en la Secretaría de Inteligencia?”.

Cristina Fernández desplazó en diciembre pasado al hasta entonces titular de Inteligencia, Antonio Horacio Stiusso (también conocido como Jaime Stiusso), vinculado con la CIA y el Mossad, y muy cercano al fiscal, como había reconocido el propio Nisman. La presidenta rescata, a propósito, unas declaraciones del funcionario fallecido con respecto a este agente de inteligencia.

“Aquí es bueno recordar declaraciones del Fiscal Nisman realizadas el 14 de enero de 2015 en el programa A dos voces del cable TN [del grupo Clarín] (…). Allí, ante una pregunta (…) ‘¿Y qué hizo Stiusso?’, Nisman contesta: ‘Absolutamente todo lo que yo le pedía. Con quien coincidía muchas veces y tenía muchísimas discrepancias. Stiusso en un excelente profesional. No tengo dudas, pero a veces Stiusso como todo hombre de inteligencia venía y me decía ‘tengo ésta prueba, en tal hecho participó fulano’ y la explicación que me daba cuando me hablaba era coherente, la prueba la daba un informante de la triple frontera, ‘pero escúcheme, para inteligencia es bárbara ésta prueba, yo tengo que ir ante un tribunal, me sacan corriendo, que digo me lo dijo el señor Stiusso’ y se generaban discusiones. Yo solamente validaba jurídicamente lo que le podía dar validez judicial’”.

Todo ello para afirmar, en palabras de Cristina Fernández, que “al informe de Nisman le plantaron información falsa”, en referencia a los presuntos agentes de inteligencia que, en su acusación, Nisman había identificado como espías, y que según el actual titular de la Secretaría de Inteligencia (SI), Oscar Parrilli, nunca habían formado parte del organismo.

La mandataria deduce entonces: “Si Stiusso era el que le daba toda la información que Nisman pedía y tenía, es más que evidente que fue el propio Stiusso el que le dijo (¿o le escribió?) que Bogado e Yrimia [los supuestos espías] eran agentes de inteligencia. ¿Es posible que se haya olvidado de que él mismo lo había denunciado en noviembre del año pasado y se había iniciado causa judicial? Y si se había olvidado un hombre tan memorioso ¿No consultó con la oficina de Recursos Humanos?”.

La presidenta revela aquí que “con fecha 12 de noviembre del 2014 la Secretaría de Inteligencia denunció criminalmente al Sr. Bogado por la posible comisión del delito de ‘tráfico de influencia’”, cuando todavía Stiusso comandaba la SI. Aún más: un año antes, la SI recibió un oficio judicial sobre una causa en la que se acusaba a Ramón Allan Héctor Bogado de "extorsión", por lo que se le pedía a la institución que revelara si esta persona trabajaba en espionaje.

“Dichas actuaciones tuvieron lugar antes de que asumieran las actuales autoridades de la Secretaría y quien puso en conocimiento de las mismas a sus superiores fue precisamente” Stiusso, afirma Fernández. “En síntesis, la acusación de Nisman no sólo se derrumba, sino que constituye un verdadero escándalo político y jurídico. Y ahí está una de las claves. El Fiscal Nisman no sabía que los agentes de inteligencia que él denunciaba como tales, no lo eran. Mucho menos que uno de ellos había sido denunciado por el propio Stiusso”.


Protección al colaborador de Nisman que le dio el arma


Con las dudas planteadas sobre Stiusso, quien fuera titular de la SI a lo largo de los Gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández y hasta hace un mes, la presidenta también dirige su atención hacia Daniel Lagomarsino, un informático que trabajaba en la Fiscalía de Nisman y que fue quien, el sábado, le suministró el arma con la que Nisman perdió la vida. “¿Por qué iba a pedir prestada un arma para suicidarse cuando el Fiscal tiene registradas dos armas a su nombre”, se plantea.

“Resulta imposible no observar que en cualquier lugar del mundo, si alguien aparece muerto por un arma que está registrada a nombre de otra persona y esa misma persona resulta ser la última que estuvo con él en vida, le entregó el arma en el mismo lugar del hecho, su casa, y es un íntimo colaborador suyo especialista en informática que trabaja también en la causa AMIA desde el año 2007, resulta cuanto menos raro. Muy raro. Por eso es más que conveniente que se le otorgue mucha protección al Sr. Daniel Ángel Lagomarsino”, afirma.

Por eso, las conclusiones de la presidenta son claras. “Había que traer urgente al país [a Nisman] para aprovechar el estrépito internacional provocado por los actos terroristas ocurridos en Francia. Nisman mismo lo expresa en su chat cuando dice que no lo imaginaba tan pronto refiriéndose a lo que venía a hacer en su retorno imprevisto. Lo que nunca pudo imaginar es que el tiempo no solamente había comenzado a correr para la denuncia del siglo, sino también para su propia vida”.



* Artículo aparecido el 22 de enero de 2015 en el diario español Público.

miércoles, 21 de enero de 2015

Una trama de asesinato y espionaje convulsiona la política argentina

BUENOS AIRES.- El caso de la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman está generando una crisis institucional en Argentina sin precedentes en los últimos años.

Protesta el pasado lunes en la Plaza de Mayo, en Buenos Aires, Argentina, por la muerte del fiscal Alberto Nisman / EFE


La Corte Suprema ha dado a conocer en su página web la denuncia completa de Nisman contra la presidenta Cristina Fernández y su ministro de Relaciones Exteriores Héctor Timerman, cuando hasta ahora el organismo sólo había publicado fallos de jueces. Nunca se había hecho pública una denuncia de un fiscal, y menos, una acusación que todavía está en trámite para ver si es admitida como causa.

Esto puede ser un claro desafío de la Corte Suprema que lidera Ricardo Lorenzetti contra el Gobierno argentino. No eran, últimamente, muy fluidas las relaciones entre el organismo y el Ejecutivo de Cristina, que en más de una ocasión, ha criticado al Poder Judicial por su falta de independencia ante las corporaciones económicas.

La publicación de la denuncia por parte de la Corte Suprema le da una entidad a la acusación de Nisman que no tuvo mientras él estaba vivo, cuando era el fiscal encargado de investigar el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) que en 1994 causó 85 muertos.

A lo largo de 289 páginas, Nisman denuncia “la existencia de un plan delictivo” para desvincular a Irán del ataque a cambio de transacciones comerciales. Y prosigue: "La decisión deliberada de encubrir a los imputados de origen iraní, como surge de las evidencias, fue tomada por la cabeza del Poder Ejecutivo, Cristina Kirchner, y ejecutada por el canciller Héctor Timerman".

El fiscal también involucra al diputado Andrés Larroque, al piquetero Luis D’Elía y al líder de la organización Quebracho, Fernando Esteche, como agentes intermediarios entre el Ejecutivo argentino e Irán.

Además, Nisman incluía en su acusación el nombre de dos presuntos agentes de la Secretaría de Inteligencia (SI) como partícipes del encubrimiento. El juez Ariel Lijo, que interrumpió el lunes sus vacaciones de verano para tomar a su cargo la denuncia de Nisman, pidió este martes al titular de la institución, Oscar Parrilli, que confirmará si eran espías.

Parrilli acaba de anunciar que ninguno de ellos es o ha sido agente a su cargo. "Al respecto, consultadas las áreas pertinentes del organismo, se hace saber que los señores Ramón Allan Héctor Bogado y Héctor Yrimia no pertenecen ni han pertenecido como personal de la planta permanente, contratado, de gabinete ni personal transitorio", dice el escrito del jefe de Inteligencia.


Sospechas sobre el secretario de Seguridad


Más allá de las impredecibles consecuencias políticas que está teniendo el caso, los ojos de la opinión pública están puestos en la investigación que lleva a cabo la fiscal Viviana Fein por inesperada muerte de Nisman, encontrado en el baño de su vivienda este domingo con un orificio de bala en la cabeza.

La diputada opositora Patricia Bullrich, presidenta de la Comisión de Legislación Penal ante la cual Nisman iba a exponer este lunes su denuncia en el Congreso, va a solicitar la comparecencia del secretario de Seguridad Sergio Berni para que explique qué hacía en el departamente del fiscal antes de que llegara la investigadora oficial del caso.

Bullrich detalló a través de su página en Facebook las preguntas que tendría que contestar el secretario de Seguridad. “¿Cómo se enteró de que algo sucedía con el fiscal Alberto Nisman? ¿Cuánto tiempo pasó desde que entró hasta que llegó la fiscal? ¿Se le ocurrió a usted que, habiendo una denuncia contra la presidenta, la fiscal debió haber entrado antes que usted y, en todo caso, que usted no debió estar allí? ¿Por qué usted declaró ese mismo día a la prensa que todos los caminos conducen al suicidio? ¿Qué elementos tenía para aseverarlo? ¿Sacó esa conclusión por usted mismo o lo escuchó de algún funcionario o agente?” son algunas de las cuestiones.

Berni salió a justificar su presencia en el departamento de Nisman. "Yo voy a todos los lugares. En muchos lugares se han perdido muchas cosas por no haber concurrido. Las fuerzas de seguridad están a mi cargo y es mi responsabilidad", dijo en declaraciones radiales. “Ni siquiera ingresé al baño donde estaba el doctor Nisman. Apenas me asomé para mirar".

La actuación policial también está siendo cuestionada. Nisman había citado a los diez agentes de custodia que debían protegerlo a las 11 a.m. del domingo. Los oficiales tardaron más de 10 horas en ingresar al departamento, cuando el fiscal no había respondido a los llamados durante todo ese tiempo.

Pruebas a la luz

La Justicia allanó este martes el despacho de Nisman en la Fiscalía. Su colega Viviana Fein ha solicitado ya el registro de llamadas de todos sus teléfonos. “Se van a evaluar las comunicaciones de hasta cinco días antes”, confirmó la mujer, en coincidencia con el tiempo que estuvo Nisman en Buenos Aires después de volver precipitadamente de un viaje que estaba haciendo con su hija por Europa.

También se revisarán las cámaras de seguridad cercanas al departamento del fiscal, ubicado en un edificio lujoso en el barrio de Puerto Madero, uno de los más caros de Buenos Aires.

Entre tanto, se ha identificado al propietario del arma calibre 22 que fue hallada junto al cadáver de Nisman. Se trata de un empleado de su Fiscalía, el informático Diego Lagomarsino, que aseguró haberle entregado el revólver a Nisman el sábado, un día antes de su muerte, después de que éste se lo pidiera por razones de seguridad.

La investigadora Fein informó hace unas horas que “lamentablemente dio negativo” el barrido electrónico realizado al fiscal para detectar si había pólvora entre sus dedos. No obstante, “al ser un calibre 22 y no un arma de guerra, usualmente éste provoca que el barrido electrónico no arroje resultados positivos", explicó.

Nadie se explica, por el momento, por qué Nisman iba a suicidarse a solo un día de la que sería la jornada más importante de su carrera, cuando presentara ante el Congreso las pruebas que decía tener contra una Jefa de Estado a la que acusaba de encubrir a Irán en el peor atentado de la historia del país.


* Artículo aparecido el 21-01-2015 en el diario español Público.

martes, 20 de enero de 2015

La muerte del fiscal argentino Nisman acelera la causa contra Cristina Fernández

BUENOS AIRES.- Una crisis institucional y política como hace tiempo no conocía Argentina ha hecho reaccionar al Gobierno de la presidenta Cristina Fernández. Todo ha cambiado tras la repentina muerte del fiscal argentino Alberto Nisman, que la acusaba a ella y a otros funcionarios y dirigentes kirchneristas de encubrir a Irán para exculparlo de las sospechas que lo vinculaban con el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de 1994, en el que murieron 85 personas.


Protesta por la muerte del fiscal Alberto Nisman en Buenos Aires. / EFE
EFE

Por orden directa de Cristina Fernández, el titular de la Secretaría de Inteligencia (SI) Oscar Parrilli ha autorizado la desclasificación de archivos secretos solicitada por Nisman antes de morir. "Por expresa instrucción de la presidenta de la Nación", Parrilli ha ordenado levantar el secreto sobre el contenido y la identidad de los agentes de Inteligencia que aparecen en las escuchas telefónicas realizadas por el fiscal fallecido, en las que se basó para realizar su denuncia.

En concreto, el jefe de la SI solicita "la desclasificación de la identidad, las acciones, los hechos y circunstancias correspondientes al personal de inteligencia que surge del producido de las intervenciones telefónicas de los abonados" a cuatro números de teléfono que se detallan a continuación en la nota oficial. También ordena la desclasificación de todo otro material, archivo e información de inteligencia relacionado con la investigación del atentado contra la sede de la AMIA.
Nisman, nombrado en 2005 por el propio ex presidente Néstor Kirchner para encabezar la investigación sobre el ataque a la mutual judía, y sin que en los últimos años hubiera aportado pruebas significativas en el caso, sorprendió el pasado miércoles al regresar precipitadamente de un viaje por Europa y presentar una denuncia ante la Justicia, acusando a la presidenta y a su ministro de Relaciones Exteriores Héctor Timerman de los delitos de "encubrimiento agravado, incumplimiento de deber de funcionario público y estorbo del acto funcional".

El fiscal aducía tener en su poder unos 330 discos con grabaciones de conversaciones telefónicas entre autoridades iraníes, por un lado, y supuestos agentes de Inteligencia y colaboradores cercanos a Cristina Fernández, por el otro. Según Nisman, esas escuchas revelaban una negociación entre Irán y Argentina para encubrir a funcionarios iraníes sospechosos de haber participado en el atentado.

El fiscal argumentaba además que el Memorándum de Entendimiento que intentaron sellar los Gobiernos de Argentina e Irán en 2013 era “la culminación de un proceso de impunidad” que permitiría un intercambio comercial de petróleo iraní por granos, algo que nunca se concretó. Aquel acuerdo no llegó a ser ratificado por el Parlamento de Irán, y además fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal argentina el año pasado.

Nisman iba a comparecer este lunes ante una comisión del Congreso para dar a conocer las supuestas pruebas que tenía en su poder. Varias teorías ya habían comenzado a pergeñarse en torno a su persona, en especial por su cercanía al ex jefe de operaciones de la SI, Jaime Stiusso, que fue desplazado en diciembre del año pasado.

Stiusso, al mismo tiempo, es un agente de inteligencia que comenzó su carrera hace 42 años, durante la última dictadura argentina (1976-1983), y que ha actuado de intermediario con la CIA y el Mossad, los servicios secretos de Estados Unidos e Israel. Según documentos de 2008 desclasificados por Wikileaks, la embajada de Estados Unidos manifestaba su interés en la investigación de Nisman, quien pasó de pedir la detención del ex presidente Ménem por la causa AMIA a centrar sus sospechas en los iraníes.


En curso la denuncia de Nisman



Otro pedido de Nisman se ha concretado horas después de darse a conocer su fallecimiento. El fiscal había solicitado sin éxito que se interrumpiera el descanso judicial de las vacaciones de verano para que se admitiera a trámite su denuncia en el juzgado del magistrado Ariel Lijo.

El juez ha interrumpido ahora su descanso para volver a Buenos Aires y comenzar la investigación solicitada por Nisman. Además ha ordenado medidas urgentes para preservar las pruebas que supuestamente tenía el fiscal en su poder.

Lijo es el mismo magistrado que hace medio año procesó al vicepresidente Amado Boudou por cohecho y que además lo investiga por supuesto enriquecimiento ilícito. Mientras tanto, un nuevo fiscal –Alberto Gentili– ha sido nombrado para sustituir a Nisman en la investigación de la causa AMIA.

Nisman fue hallado sin vida en la madrugada de este lu.nes, a horas de presentarse ante el Congreso. La fiscal que lleva la investigación de su fallecimiento, Viviana Fein, confirmó que su muerte se produjo a las 15h del domingo, y no descarta que su colega haya sido inducido a suicidarse, visto que el fallecido fue hallado en el baño de su departamento muerto de un balazo en la sien. Junto a él había un arma de fuego de calibre 22 que ya se ha confirmado era popiedad de un colaborador suyo. Al parecer, Nisman se la había pedido prestada el día anterior, sábado. "La causa está caratulada como muerte dudosa", resumió la mujer.



* Artículo aparecido el 20 de enero de 2015 en el diario español Público

lunes, 19 de enero de 2015

Nisman, el fiscal argentino que temió por su vida

BUENOS AIRES.- Argentina ha despertado conmocionada con el inesperado fallecimiento de quien venía ocupando las portadas de los diarios en estos últimos días: Natalio Alberto Nisman, de 51 años, conocido por ser el fiscal en la investigación del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) que hace 21 años causó la muerte a 85 personas, sin que todavía hoy se sepa a ciencia cierta quién estuvo detrás de aquella masacre.


Agentes de policía trasladan el cuerpo sin vida del fiscal argentino Alberto Nisman. EFE/David Fernández
(David Fernández, EFE)

Era 2004 cuando el ex presidente Néstor Kirchner creaba una Unidad Especial de Investigación de la Causa AMIA y elegía a Nisman para ponerlo al frente, quien era hasta entonces fiscal de Morón, una localidad de Buenos Aires, y estaba casado con la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, con quien tenía dos hijas.

La Unidad Especial de investigación se encaminó hacia lo que se denominó la pista iraní. Nisman admitió, hasta pocos días antes de su muerte, que el apoyo de Néstor Kirchner fue rotundo. En 2006, Nisman denunciaba públicamente al Estado del presidente Mahmud Ahmadinejad por presunta participación en el atentado, y daba también a conocer un listado de sospechosos.

Es aquí donde lo público se entremezcla con lo privado y en donde comienzan a abrirse las primeras incógnitas sobre el caso.

La embajada de Estados Unidos en Argentina informó a su Gobierno en 2008 de que el fiscal intentaba "congraciarse con la presidenta Cristina Kirchner mediante la persecución de sus enemigos políticos", tal y como revelaron después los cables filtrados por Wikileaks.
"Todos los caminos conducen al suicidio", afirman algunos dirigentes del Gobierno argentino
De acuerdo a las propias palabras del fiscal y reconocido además por el Gobierno, Nisman colaboraba de cerca con la Secretaría de Inteligencia (SI) para tratar de esclarecer el atentado. Era cercano al agente Jaime Stiusso, un histórico dirigente que llevaba 42 años trabajando para la Inteligencia, y que llegó a ser director general de Operaciones. Con él, Nisman trabajó durante una década, hasta que hace menos de un mes, Stiusso fue desplazado oficialmente y se retiró de los servicios de inteligencia para jubilarse.

Algunos medios apuntan a que Stiusso se había convertido en el enlace de la Secretaría de Inteligencia con la CIA y el Mossad.

Entre tanto, Nisman pedía la detención del ex mandatario Carlos Ménem y del ex juez Juan José Galeano, quien había estado al comienzo a cargo de la investigación de la causa AMIA y que en 2005 había sido destituido por tratar de obstruir la Justicia.

Con la llegada de Cristina Fernández a la presidencia del país, el nombre de Nisman comenzó a sonar como posible Procurador General de la Nación. El cargo no se formalizó y es ahí donde comenzó un alejamiento irreversible entre Nisman y el Gobierno, que tuvo su colofón cuando la mandataria negoció con Irán un memorándum de entendimiento en enero de 2013.

Con ese instrumento, los Gobiernos de Argentina e Irán acordaban una serie de indagatorias en Teherán a los principales sospechosos iraníes del atentado a la AMIA. Las negociaciones mantuvieron lejos a Nisman, que a los pocos meses de aquel memorándum al que él se oponía, acusaba a Irán públicamente de cometer actos terroristas en América Latina.

Acusaciones contra el Gobierno

 

Todo se precipitó en estos días, cuando Nisman apretó el acelerador y acusó a la presidenta de Argentina, y a otros dirigentes kirchneristas incluyendo al ministro de Relaciones Exteriores Héctor Timerman, de negociar una "embajada paralela" para garantizar "la impunidad de Irán" y conseguir a cambio beneficios económicos.

Algunas voces críticas contra Nisman levantaron el interrogante de qué vínculos tenía el funcionario con Estados Unidos, adonde quiso viajar para explicar ante el Congreso de ese país sus denuncias contra Irán. La Procuradora General de la Nación Gils Carbó no se lo permitió.

También se indicaba, en estas horas previas a su muerte, que era muy extraño que el fiscal apuntara contra Cristina Fernández y no contra los legisladores que firmaron el memorándum. Por ello, y para justificarse ante el Congreso argentino, Nisman debía presentarse este lunes ante una comisión para ampliar su denuncia.

Entre otras cuestiones, el fiscal afirmaba que tenía conversaciones grabadas gracias a la intervención del teléfono de un espía iraní que habló con dirigentes locales cercanos a la presidenta, como el diputado Andrés Larroque, el piquetero Luis D’Elía y líder de la organización Quebracho, Fernando Esteche, tratando de llegar a un acuerdo. "Con esto me juego la vida", dijo apenas hace unos días.

Nisman vivía en la torre Le Park, uno de los edificios más caros del barrio de Puerto Madero en Buenos Aires, en donde fue encontrado muerto esta madrugada. "Los efectivos de la custodia de Nisman, pertenecientes a la Policía Federal Argentina, habían alertado a su Secretaría en horas de la tarde de su falta de respuesta a los insistentes llamados telefónicos. Al constatar que el hombre tampoco respondía al timbre de la casa y que el periódico del domingo aún se encontraba en el palier, decidieron notificar a los familiares", destacó el Ministerio de Seguridad en un comunicado

La nota oficial prosigue: "El fiscal disponía de 10 efectivos de la Policía Federal Argentina para su custodia personal. La custodia entonces recogió a la madre de Nisman en su domicilio y la llevó a la torre Le Parc. Al intentar ingresar, la mujer constató que la puerta se encontraba cerrada con la llave colocada en la cerradura por dentro".

Entonces, "los familiares solicitaron entonces al personal de mantenimiento del edificio que convocaran a un cerrajero para ingresar al departamento".

"A primera hora de la noche, la madre ingresó a la vivienda acompañada por uno de los custodios, hallando el cuerpo de Nisman en el interior del baño de su habitación, bloqueando la puerta ingreso al mismo", continuaba el texto. En el departamento se encontró una pistola de calibre 22. 



Muchas especulaciones



El secretario de Seguridad de la Nación Sergio Berni es uno de los pocos dirigentes del Gobierno que se ha pronunciado sobre el caso, sugiriendo que "todos los caminos conducen al suicidio". Pero algunos comentan ya que el fiscal Nisman es el último muerto de la causa AMIA.

La noticia de su muerte ha dejado anticuados todos los ejemplares de los periódicos que este lunes se vendían en los kioscos, y que pese a todo llevaban de titular a Nisman a la espera de su comparecencia ante el Congreso.

Mientras la prensa trata de actualizarse, la política comienza a moverse con pies de barro. Todos saben que este día va a marcar a fuego un año muy movido políticamente, con elecciones locales, legislativas y presidenciales, sin que Cristina Fernández pueda postularse de nuevo, y sin que se sepa todavía cuál es el candidato oficial que apostará por sucederla en el Gobierno. 



*Artículo publicado el 19 de enero de 2015 en el diario español Público.

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