miércoles, 30 de septiembre de 2009

Entrevista con Zelaya: "Esto es una barbarie"*

Tratar de comunicarse con el presidente legítimo de Honduras, Manuel Zelaya, no es tarea fácil. Él mismo se encarga de advertirlo nada más comienza a hablar con Público: "Hay interferencias electrónicas, nos están cortando las llamadas", dice con voz pausada. "Estamos sometidos a unos ataques de ondas muy fuertes".

Aunque ya lleva más de una semana en la embajada brasileña de Tegucigalpa, y pese a que el presidente de Brasil, Lula da Silva, lo considera un "huésped de honor", Zelaya teme las consecuencias que se deriven de las agresiones que llegan de fuera. El pasado viernes, los militares lanzaron gases tóxicos dentro del edificio, y ayer un helicóptero se dedicó a sobrevolar la zona en lo que ha sido considerado una actitud intimidante, según denunció a este periódico Rasel Tomé, secretario de la Comisión de Alto Nivel de Diálogo, y refugiado en la sede diplomática junto al presidente.

Censura mediática

Zelaya sabe que está siendo acorralado. Por eso, el presidente depuesto no se entretiene en explicar cómo se encuentra y denuncia el cierre de Radio Globo y Cholusat Sur. "Fueron asaltados, allanados en sus oficinas. Fue amenazado el personal, confiscados los equipos, desmanteladas las instalaciones", comenta.

El asedio al que está sometido Zelaya tiene una intención muy clara que él reconoce: "Están tratando de amedrentarnos. Hay una movilización militar muy grave", indica. "Esto es una barbarie, una tragedia que está viviendo el pueblo hondureño".

Por eso la petición del presidente parece casi una súplica: "Estamos haciendo esta denuncia ante la comunidad internacional. Que hagan lo que tienen que hacer, preservar para los hondureños su libertad, también para los que estamos aquí en la embajada". Hace una pausa y finaliza: "Pedimos la protección de la vida de muchas personas que están aquí, que temen un ataque. Es un golpe de Estado cruento".


Artículo para Público

viernes, 25 de septiembre de 2009

"Me hace sangrar la nariz... Ahora estamos con mascarillas"*

"No cuelgue", responden a Público desde el interior de la embajada de Brasil en Tegucigalpa. El objetivo era hablar con Rasel Tomé, dirigente del Frente de la Resistencia y refugiado en la sede brasileña en la capital hondureña junto al presidente Manuel Zelaya. Tomé confirma que no hay problema para entrevistar a Zelaya. Está a su lado, pero ahora el líder derrocado habla sin parar por su teléfono.

Durante más de media hora, la comunicación queda en espera. Sólo se escuchan ruidos y gritos. Mucho movimiento y cierto nerviosismo. Una voz a lo lejos parece ser la de Zelaya. Contesta cansado a unas preguntas. Surge de nuevo con nitidez la voz de Rasel Tomé, que pregunta a la periodista: "¿Sigue ahí?". "Sigo, sí". "Le paso en cuanto termine con una entrevista para Globovisión".

De repente, la comunicación se corta. Nueva llamada. Descuelga Tomé, pero esta vez con síntomas de aturdimiento. "Está pasando una cosa. Estamos mal de la garganta", dice. "Hemos recibido como un gas, me está haciendo sangrar la nariz. Ahora estamos con mascarillas". La voz que ahora se escucha en el interior de la embajada es pura queja. "Ahora hable con el doctor y le cuenta mejor", dice Rasel. Se pone alguien que habla sin presentarse.

"Tenemos compañeros que tienen sangrados nasales y rectales, otros tienen náuseas, vómitos", dice exaltado. "La conclusión es que se trata de un gas, pero no sabemos cuál es". El médico está angustiado. "Hacemos un llamado internacional para que la ONU mande a un toxicólogo", dice. "A ver qué antídoto podemos usar".

Zelaya se desvanece. Los responsables de la embajada lo han metido en una habitación para protegerlo. Como si hubiera un lugar seguro dentro de una sede que sigue asediada.

*Artículo para Público

jueves, 24 de septiembre de 2009

Rafael Alegría: "Exigimos una acción concreta de la ONU"*

“Tenemos que comunicar que la resistencia popular contra el golpe de Estado seguirá movilizada”. El dirigente campesino Rafael Alegría, uno de los líderes de la resistencia popular contra el Golpe de Estado, deja traslucir cierta emoción al pronunciar estas palabras. “Barrios, colonias, ciudades, departamentos, municipios... en todas partes del país está presente la movilización popular. Pero las Fuerzas Armadas están reprimiendo al pueblo”.

Tras una reunión de urgencia que ha congregado a diversos organismos de derechos humanos, Rafael Alegría ha denunciado el recrudecimiento de la violencia que se vive hoy en Honduras, y que ha sido la respuesta instintiva de los golpistas ante la llegada al país del presidente legítimo, Manuel Zelaya. “Por eso estamos a la espera de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Tienen que pasar de una declaración a una acción concreta”. La situación, según cuenta por teléfono, es insostenible.

“En estos cuatro días han causado alrededor de 25 heridos, algunos de gravedad”, narra con vehemencia.

El representante del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado en Honduras cuenta además que durante este tiempo han sido detenidas más de 500 personas, algunas de las cuales van sido liberadas de forma gradual. “Todos los días y todas las noches nos persiguen, nos disparan. Estamos en toque de queda, pero aún así el pueblo resiste”.

A pesar de la coordinación que existe entre todos los movimientos de resistencia del país, y aunque perseveran las denuncias de instituciones como la Organización de Derechos Humanos de Honduras (FIAN), Rafael Alegría espera con impaciencia la llegada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que todavía no ha podido entrar al país por el cierre de los aeropuertos. “Esperamos que lleguen esta noche o mañana”, aventura. “El pueblo hondureño está siendo perseguido y masacrado. Necesitamos una salida urgente”.

* Artículo para el diario español Público

martes, 22 de septiembre de 2009

"Pedimos la ayuda de los cascos azules"*

No puede salir de su casa ni acudir a la embajada de Brasil, en Tegucigalpa, para reunirse con el presidente Manuel Zelaya. La viceministra de Relaciones Exteriores, Beatriz Valle, espera órdenes del Gabinete para coordinar una acción conjunta con todos los ministros aislados y así salir juntos. Entre tanto concedió esta entrevista:


- ¿Por qué Zelaya ha optado por refugiarse en la embajada de Brasil?

Ha debido tomar esa determinación porque Brasil es una país de izquierda moderada que ha cobrado mucha fuerza en América Latina. Ha acudido allí para protegerse de todos los ataques.

- ¿Temen por la integridad del presidente?

Sí. Ayer de madrugada hubo un desalojo violento por parte de las Fuerzas Armadas contra las personas que estaban apostadas pacíficamente frente a la embajada. Hay al menos 18 personas que están el Hospital Escuela. Está por confirmarse lo que ha pasado con un niño que al parecer tenía problemas respiratorios y no habían llegado a revivirlo. Tenemos un toque de queda de 24 horas, nadie puede salir a la calle. Estamos ante un típico Gobierno de facto dictatorial de los que había antes. Parece que estamos viviendo en Macondo.

- ¿No queda gente en las calles?

- Afuera ya no hay nadie, la calle sólo está llena de los militares mandados por Micheletti. Han pensado en allanar incluso la embajada de Brasil. Es territorio brasileño, eso supondría una violación de todos los convenios suscritos con los demás países.

- ¿Por qué Zelaya ha rechazado ahora el Acuerdo de San José?

- Es imposible de firmarlo tal y como está ahora. Está desfasado, las condiciones han cambiado, la situación del pueblo también, y el presidente se debe a los hondureños.

- ¿Qué tienen planeado ahora?

- Esperamos que la comunidad internacional se pronuncie de manera más fuerte.

- ¿Y qué medidas concretas esperan?

- Que vengan los cascos azules de la ONU. La situación ya es de violencia inmensa de parte del Estado contra el pueblo. No tenemos manera de defendernos.


* Artículo para el diario Público

viernes, 18 de septiembre de 2009

La oposición deja sola a Fernández en el Congreso*

Después de doce horas de debate, el Congreso argentino aprobó este jueves el proyecto de ley de medios audiovisuales que tanta controversia ha causado en las últimas semanas. La victoria del Gobierno fue doble. En primer lugar, alcanzó durante la mañana del miércoles el quórum necesario para debatir la propuesta legislativa en la Cámara de diputados. Entrada la noche, cuando ya se había retirado del recinto una oposición que cuestionó "la legitimidad del proceso parlamentario", los diputados oficialistas conseguían el apoyo del centro-izquierda para votar a favor de una ley que ahora aguarda su ratificación en el Senado.

La oposición justificó su ausencia alegando la invalidez de la sesión dado que los apoyos que necesitaba el Ejecutivo fueron logrados media hora después de lo que establece el reglamento. También denunciaron que la sesión extraordinaria para debatir la ley se convocó un día después de que se incorporaran casi 200 modificaciones al paquete de 167 artículos. Tiempo insuficiente para leerlas en profundidad.

De este modo, y después de que la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica, el PRO y el peronismo antikirchnerista presentaran todas las supuestas irregularidades en las que estaba incurriendo el Gobierno para sacar de manera precipitada la ley, sus diputados abandonaron la Cámara.

Los diputados oficialistas, con la sala medio vacía, discutieron con los más reticentes las últimas particularidades de un proyecto que obligará a los grandes grupos mediáticos a desprenderse de algunas de sus empresas en el plazo de un año, y que además impide que los operadores de cable entren en el negocio de la televisión en abierto.

Tres votos en contra

Los diputados de la coalición de los Kirchner, el Frente Para la Victoria, consiguieron finalmente la aprobación del proyecto con 147 votos a favor frente a tres abstenciones y tres votos en contra. Algunos diputados kirchneristas de cuyo apoyo se había dudado dieron su aprobación, y el Gobierno, además, consiguió la adhesión de los bloques de centro-izquierda y del socialismo, a excepción de un diputado.

A la una de la madrugada, el oficialismo celebró la aprobación del proyecto cantando la Marcha Peronista, el himno que rinde homenaje al ex presidente y símbolo argentino, Juan Domingo Perón. Pero al otro lado de la sala, los 104 asientos vacíos pertenecientes a la oposición respondieron con el silencio.

En los pasillos del Congreso, los líderes de la oposición dejaron claro que no se resignan. "Esta ley no sólo viola normas expresas de la Constitución, sino que es nula por procedimiento", señaló el diputado radical, Óscar Aguad. "Esperamos que en el Senado se abra una instancia de diálogo, de debate y de consenso, que permitan zanjar estos fallos", insistió.

Otras voces disidentes con el kirchnerismo confían en que la Justicia anule la normativa en el caso de que logre superar el debate en el Senado. Las anomalías que han denunciado algunos integrantes del Congreso hacen hincapié en el hecho de que la discusión de todo el proyecto de ley, que ha durado veinte días, ha desembocado en un desenlace apresurado e injustificado dada la importancia de esta normativa. Durante la jornada la vicepresidenta de la Cámara, Patricia Vaca Narvaja, replicó a estas acusaciones asegurando que no se ha violado el reglamento.
A medio camino para que la ley de radiodifusión pueda entrar en vigor, el presidente del bloque kirchnerista en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, ha prometido "un debate serio" en la Cámara Alta. Pichetto espera asegurar 37 o 38 votos de los 42 senadores de la coalición oficialista, suficiente para la mayoría en la Cámara de 72 senadores.

Ante las dudas en sus propias filas, Pichetto tampoco descarta sumar aliados de otros partidos que han dado su respaldo a los planes del Gobierno en otras ocasiones. Con un oficialismo "abierto a discutir", según sus palabras, anunció que los plazos para tramitar el proyecto no se deberían extender más allá del 14 de octubre.

*Artículo para el diario español Público

jueves, 17 de septiembre de 2009

Fernández se enreda en una guerra de medios politizada*

¿Qué pensar de un país que adelanta sus comicios legislativos al mes de mayo aún cuando el nuevo Parlamento sólo puede configurarse al final del año electoral? ¿Qué debe hacer ese Gobierno si, además, pierde la mayoría absoluta tanto en el Congreso como en el Senado? ¿Cómo juzgar el hecho de que, ante su descalabro en las urnas, el Ejecutivo acelere proyectos de ley que no podrá sacar adelante en las nuevas cámaras?

Ese país es Argentina. Y eso es lo que está sucediendo estas semanas con la reforma a la ley de radiodifusión que el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pretendía aprobar antes de que los diputados y senadores que fueron elegidos en las elecciones del 28 de junio asuman su escaño el 10 de diciembre.

Y así ha pasado. El Parlamento argentino ha aprobado esta madrugada el polémico proyecto de ley por 146 votos -del oficialismo y grupos minoritarios afines-, 3 votos negativos y 3 abstenciones y que, como se preveía, ha provocado el rechazo frontal de opositores y grandes medios del sector audiovisual.

La jefa de Estado justificó el adelanto de los comicios, en los que se renovó la mitad del Congreso y un tercio del Senado, por la incertidumbre que podría causar la crisis económica. Era mejor, según explicó, superar una campaña electoral permanente y trabajar así "en un clima tranquilo, no electoral". Parte de la oposición lo entendió como una táctica para evitar una derrota aún más contundente en octubre, cuando debían haberse celebrado las votaciones.

En cualquier caso, el sistema político argentino está tan enredado que las alianzas se hacen y deshacen al compás de los decretos, de los proyectos legislativos o de las elecciones que se avistan en el horizonte. La pertenencia a un determinado partido no siempre significa asumir sus postulados a rajatabla.

La conmoción que causaron los diputados socialistas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez en 2003 al impedir que Rafael Simancas fuera investido como presidente de la Comunidad de Madrid tuvo aquí su equivalencia en el vicepresidente Julio Cobos cuando el año pasado votó en contra de una resolución del Gobierno a favor de aumentar las retenciones a las exportaciones de granos.

La única diferencia es que Cobos no proviene de la coalición de los Kirchner sino del radicalismo, la otra gran fuerza política histórica que cobró vigor al mismo tiempo que el peronismo. Este reajuste de bancadas es constante en Argentina. Los partidos políticos se unen en extrañas alianzas electorales aun cuando sus programas sean casi antagónicos.

En el último pulso político, el de la ley de medios, la presidenta Cristina Fernández decidió sacrificar su relación con las empresas telefónicas con tal de garantizarse el voto de todos sus parlamentarios a favor de una nueva norma sobre medios audiovisuales. El debate era enorme y el pulso comenzaba a caer en contra de los postulados kirchneristas, más por el poder personalista de los gobernadores de las provincias que por la fuerza política del Partido Justicialista. Se espera, por ejemplo, que los cinco diputados y los dos senadores que obedecen al gobernador peronista Mario Das Neves, de la provincia de Chubut (al sur del país), voten en contra del proyecto aunque todos ellos pertenezcan al partido de los Kirchner.

El Gobierno vive en un permanente estado de ansiedad, calculando sus fuerzas en todos los ámbitos de poder pese a que ya tienen asumido que varios de sus legisladores rechazarán la reforma. Su objetivo es aglutinar apoyos de diputados radicales y de históricos opositores. Conocedora de que el nuevo Parlamento puede hacerle la vida política imposible a partir de diciembre, Cristina Fernández ha cedido en el caso de las telefónicas pero se ha asegurado parte de los votos del centro-izquierda que exigía la salida de las compañías de este sector en el proyecto de la ley sobre radiodifusión. Hoy, el Congreso ha dictado sentencia.

Los grupos opositores buscan un líder con carisma cara a las presidenciales de 2011
La presidenta logró reunir los votos suficientes tras un intenso debate que se prolongó durante más de 13 horas y que terminó con la retirada de la oposición para no participar en la votación. Así, diversos funcionarios de su Gobierno seguirán aireando las bondades de una reforma que consideran crucial para acabar con los monopolios. En el texto que hoy fue debatido, el oficialismo reduce de 34 a 10 las licencias de radio y televisión que pueden tener las empresas y cede un tercio de los permisos a las organizaciones sin ánimo de lucro. El criterio inversionista reflejado es fijar el tope aportado por el capital extranjero en el 30%.

Parte de la oposición de centro-derecha se oponía al proyecto por considerar que el Gobierno utilizará para su beneficio propio el organismo público que estará encargado de aplicar la ley. Algunos diputados pedían que se elimine el artículo que establece la revisión de las licencias cada dos años, porque lo consideran una injerencia peligrosa en los medios de comunicación.
El caso de Buenos Aires

Volviendo la vista a las elecciones celebradas en mayo en la provincia de Buenos Aires, allí surgió como principal fuerza ganadora la Unión-Pro, una alianza que unió al empresario colombiano Francisco de Narváez con el también magnate, ex presidente del equipo de fútbol Boca Juniors y alcalde de la capital del país, Mauricio Macri; y a Felipe Solá, que hasta entonces era diputado provincial por el Frente Justicialista y que renunció a su escaño para presentarse como diputado nacional en una alianza que en principio parecía tener poco que ver con él.

De modo semejante, los comicios pasados vieron surgir otra coalición tan heterogénea como compleja de entender políticamente. Se denominó Acuerdo Cívico y Social (ACS) y el éxito fue inesperado, al convertirse en la segunda minoría del país en el nuevo arco parlamentario que se conformará en diciembre. El ACS unió en sus filas a socialistas, a radicales y a la Coalición Cívica, que a su vez es una confederación de partidos que preside Elisa Carrió, la misma que quedó segunda, aunque a gran distancia de Cristina Fernández, en las elecciones presidenciales de 2007.

Este tipo de alianzas han ido surgiendo para enfrentarse al liderazgo de los Kirchner, pero por ahora carece de una figura opositora con el suficiente carisma como para medirse a Cristina en las urnas. Los analistas aportan nombres con cuentagotas: Cobos, al frente del radicalismo, y Macri, como líder de Unión-Pro. Pero la falta de una dirección convincente, capaz de aglutinar a toda la oposición, dificulta el nacimiento de una figura lo bastante poderosa como para derrotar a los Kirchner en las elecciones presidenciales de 2011.

* Reportaje escrito para el diario español Público

martes, 15 de septiembre de 2009

El Gobierno argentino cede ante la ley de medios audiovisuales*

La presidenta argentina, Cristina Fernández, anunció ayer en una conferencia de prensa que eliminará la distribución de señales de cable por las empresas telefónicas del proyecto de ley sobre radiodifusión que en estas semanas se discute en el Congreso. De este modo, el Gobierno da marcha atrás por primera vez ante una de las grandes pretensiones que la oposición exigía en relación a la ley de medios.

El presidente del bloque Frente para la Victoria en la Cámara de Diputados, Agustín Rossi, ya había manifestado que era necesario modificar la legislación sobre radiodifusión, vigente desde la dictadura, y que por ello el partido oficialista apostaba por una norma en donde los monopolios quedaran "lo más restringidos posibles".

La presidenta confirmó al fin ayer que se eliminará del proyecto el artículo que permitía a las compañías telefónicas tener acceso a licencias del Estado. Las compañías de este sector, de aprobarse esta norma, habrían quedado excluidas del negocio de los medios audiovisuales y de la televisión por cable. "Hemos decidido retirar este escollo para lograr un consenso amplio", indicó Fernández.

Decenas de modificaciones

Durante la conferencia, la jefa de Estado resaltó que el proyecto de ley que ahora se discute en la Cámara de Diputados "transitó por 25 foros, 80 reuniones públicas y tuvo 138 modificaciones". También explicó que en un principio se admitió la inclusión de las telefónicas para proporcionar al país un instrumento legal que pudiera "permitir que se escucharan las voces de todos y se desmonopolizara el sector".

En el actual proyecto sólo podrían participar las cooperativas telefónicas. "Hemos admitido que hay un monopolio y que no se puede sustituir por otro", argumentó. Según Cristina Fernández, este proyecto de ley se impulsa desde el Gobierno para "apoyar a aquellos que se merecen tener una nueva ley de medios de la democracia". Los principales medios del país lo calificaron de "maniobra" para "lograr votos en el Congreso".

Durante el turno de preguntas, y ante el requerimiento de uno de los periodistas sobre la relación del ex presidente Kirchner con la telefónica Telecom Italia, la presidenta insistió en que es ella y no su marido, Néstor Kirchner, la que gobierna. "En Argentina la presidenta es Cristina, aunque esté casada", señaló.

* Artículo escrito para el diario español Público.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Las dos Argentinas

Dejó de ser un secreto a voces hace ya tiempo. Las cifras oficiales que presenta el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) de Argentina sobre el estado de su economía ni siquiera se aproximan a las que ofrecen los informes de consultoras independientes. La diferencia entre los números que brindan las dos partes ha generado un espectro tan amplio de datos que, más que dar una idea sobre la situación actual en el país, la ensombrecen.

La desconfianza que despierta el INDEC comenzó en enero de 2007, cuando el Gobierno del ex presidente Néstor Kirchner puso el instituto en manos de su secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno. El escepticismo no hizo más que incrementarse cuando Moreno ordenó la destitución de algunos de los funcionarios que allí trabajaban. El caso más conocido es el de Graciela Bevacqua, que era la responsable de calcular el índice de inflación. Hoy es la primera en denunciar que en dos años y medio los precios han aumentado un 64,3%, y no un 19,5%, como señalan las cifras oficiales.

El recelo se extiende, en realidad, sobre todos los cálculos que realiza el organismo estadístico del Gobierno. El Episcopado argentino calcula que el nivel de pobreza roza el 40%, muy por encima del 15% que estima el INDEC. El director de la firma SEL Consultores, Ernesto Kritz, apunta aún más alto: según él, en la provincia de Buenos Aires se alcanzan picos de pobreza que llegan al 49%.

Precisamente la desigualdad en Argentina fue, por un día, portada de todos los medios de comunicación en el país. Una carta del papa Benedicto XVI difundida hace unas semanas, en la que pedía reducir la “escandalosa pobreza e inequidad social”, volvió a enfrentar las discusiones sobre las proyecciones estadísticas que en este caso tocan un asunto muy sensible para la opinión pública.

Las razones que explican la manipulación de los números tienen que ver con los bonos de la deuda, según el periodista económico Esteban Pérez. “El Gobierno tiene títulos públicos por los que se paga un extra de acuerdo con la inflación”, explicaba. “Se calcula que el Estado, falseando estas cifras, ha conseguido ahorrar unos 8.000 millones de euros desde enero de 2008”.
A juicio de este especialista, el daño intangible es difícil de medir porque no hay cifras confiables. “Argentina tiene cerrados los mercados de crédito por el cese de pago de la deuda pública tras la crisis de 2001”, argumentaba Pérez. Si a ello se le suma el recelo internacional por las estadísticas, se entenderá por qué Argentina ha estado excluida del circuito internacional de préstamos.

Por eso los mensajes de alarma no dejan de aparecer de vez en cuando. “Argentina tiene una recesión de 14%, una de las más altas del mundo”, alertaba hace unos días el economista Roberto Frenkel, del centro de investigación económica CEDES. “La economía argentina es la más volátil del mundo después de Nicaragua”, manifestaba a su vez el titular de la consultora Economía y Regiones, Rogelio Frigeiro. En cambio, el nuevo director técnico del INDEC, Norberto Itzcovich, indicaba esta semana que era capaz de poner “las manos en el fuego” en defensa de su organismo. Era lo que muchos sectores críticos esperaban oír. Confían en que pronto, esa frase, será su sentencia.

Despidos indiscriminados y a voleo: la nueva política que impulsa el Gobierno de Argentina*

 No hubo una evaluación de su desempeño, ni un aviso de advertencia. Carolina Salvatore, una empleada de la Secretaría de Educación de Arge...