Los enfrentamientos entre manifestantes y agentes de seguridad que
tuvieron lugar este miércoles en las inmediaciones del Congreso
argentino obligaron a los diputados a suspender la sesión para debatir
el proyecto presupuestal 2019 enviado por el Gobierno de Mauricio Macri y
respaldado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Estas cosas sirven para no discutir el presupuesto y para polarizar a
la sociedad", dijo a Sputnik un joven llamado Pedro frente a la sede el
parlamento.
Los altercados de esta índole complacen a los sectores más fanatizados en una sociedad tan dividida como a argentina, afirmó.
"En la polarización que tenemos, cada sector se nutre de lo que quiere", aseguró.
Bajo esa óptica, la derecha mira "a 'estos negros' que tiran piedras y
alaba la eficiencia del operativo policial, mientras los sectores
sociales observan cómo reprimen al pueblo y qué herramientas utilizan
para aprobar estos presupuestos apoyados por el FMI, que solo sacan
plata de las partidas para pagar intereses de deuda", comentó.
La Cámara de Diputados suspendió el debate ante la tensión que provocaban los disturbios afuera del Congreso.
Aunque la violencia también se vivió dentro del recinto.
Nicolás Massot, jefe del bloque oficialista Cambiemos, y el legislador
Daniel Filmus, de la coalición opositora Frente para la Victoria (FpV),
tuvieron que ser separados.
COMIENZO DE LOS DISTURBIOS
Un grupo de diputados salieron del recinto a mediar entre la policía y
los manifestantes, cuando supieron que comenzaban los disturbios.
"Salimos y llegamos hasta la esquina que estaba vallada, donde había una
muchedumbre y un par de diputados que pedían a la policía que les
abrieran la valla para poder salir, entre ellos Myriam Bregman (del
Frente de Izquierda de los Trabajadores) y un par de legisladores del
FpV", relató a Sputnik el fotógrafo Santiago Viana, del diario Popular,
que acompañó a los legisladores.
Personal de la Gendarmería había acordonado el Congreso, mientras la policía de la ciudad estaba apertrechada.
"En un momento se armó un tumulto y un efectivo tiró gas pimienta al
piso, y nos gasearon a todos", contó el fotógrafo, que tenía aún los
ojos llorosos.
En una primera línea comenzaron a avanzar entre 20 y 30 policías
motorizados "que fueron barriendo la calle en una actitud excesivamente
violenta y desorganizada, festejando entre ellos cuando una bomba de
humo caía en medio de la columna" de manifestantes, prosiguió Viana.
Los seguían agentes policiales que tiraban perdigones de goma y, en una
tercera fila, policías que arrojaban "paintball (bolas de pintura) a
mansalva para marcar a los que están en la primera línea de la marcha y
así luego ir a por ellos", relató.
La refriega, según este fotógrafo, duró entre 40 minutos y una hora.
El joven no supo si los enfrentamientos comenzaron por algunos
manifestantes que arrojaron piedras, palos y bombas molotov, o por los
uniformados, que además de contar con el respaldo de camiones hidrantes,
lanzaron balas de goma, gases lacrimógenos y bolas de pintura.
El martes por la noche, recordó Viana, aparecieron cerca del Congreso
escombros en bolsas y en volquetas, lo que fue difundido en las redes
sociales ante la sospecha de que el Gobierno de Macri buscaba generar un
desborde en la marcha del miércoles.
Al menos 27 personas fueron detenidas, entre ellos Nacho Levi, un
integrante de la organización barrial Garganta Poderosa, un delegado de
la agencia estatal de noticias Télam, Fabricio Bacca, y al menos un
miembro de la empresa de construcción naval Astillero Río Santiago.
"Los disturbios comenzaron hace tres años con el Gobierno de Macri
recortando en áreas sensibles", dijo uno de los manifestantes que se
identificó como Alberto y trabaja en el Astillero tras acudir a la
movilización desde La Plata, a 60 kilómetros de Buenos Aires.
Mientras se retiraba con otros compañeros de la plaza situada frente al
Congreso, Alberto aseguró que el Gobierno intenta ahora "pasar un
proyecto que recorta en salud y educación, y conlleva el cierre de
fábricas".
"Mientras tanto seguimos sin aumentos salariales, la inflación nos está matando y los servicios nos están consumiendo", lamentó.
El Gobierno espera que el Congreso apruebe en las próximas horas el
presupuesto 2019 para que el directorio ejecutivo del FMI, que se reúne
este viernes, dé luz verde a un nuevo crédito por 7.100 millones de
dólares que se suma a los 50.000 ya aprobados en junio.
* Reportaje publicado el 25 de octubre de 2018 en la agencia Sputnik.
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